Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 1 de enero de 2015
en Alejandría, Egipto
Texto original: The World Must Receive God’s New Message
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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.
Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.
En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.
Dios sabe lo que está llegando para el mundo. Dios conoce la condición del mundo y de su gente. Y la Presencia Angélica que supervisa este mundo está observando cada momento.
Para aquellos que os observan no es un secreto cuáles son vuestras mayores necesidades, tanto en este momento como en los tiempos venideros.
Vosotros no podéis ver estas cosas, porque no os conocéis a vosotros mismos completamente. No sabéis por qué fuisteis enviados al mundo, ni dónde deberíais estar en este momento y por qué no estáis ahí en este momento. No podéis ver lo que está llegando desde el lejano horizonte, viniendo en vuestra dirección. Pero aquellos que os observan y el Señor del universo saben estas cosas.
Las personas están atadas por sus creencias y suposiciones. Están atadas por la interpretación de las religiones del pasado, y ello hace que les resulte aún más difícil entender que Dios ha hablado de nuevo para la protección y el avance de la humanidad.
Todo lo que Dios ha dado alguna vez al mundo en los grandes Mensajes —dado en tiempos de gran necesidad y oportunidad— ha sido dado para la protección y el avance de la humanidad.
No os dais cuenta de que vivís en un mundo dentro de una Comunidad Mayor de vida, donde existen muchas amenazas a la libertad y la soberanía humanas. No veis la imagen mayor de vuestra vida, ni porqué fuisteis enviados al mundo en este momento, a servir en estas circunstancias. Pero el Cielo puede ver estas cosas que vosotros, viviendo en vuestro estado de Separación, no podéis ver.
Vuestras suposiciones, creencias y actitudes y vuestra condena de los demás os ciegan aún más.
Las personas viven para el momento. Han olvidado que también deben prepararse para el futuro. Como todas las criaturas inteligentes en la Tierra, deben hacer estas dos cosas.
Pero Dios sabe lo que está llegando. Dios sabe lo que la humanidad necesita en este momento. Dios sabe lo que tú, como individuo, debes tener para reconocer tu mayor propósito para venir aquí, por qué fuiste enviado y qué debes lograr aquí, lo cual está más allá de tu entendimiento.
Porque tu intelecto no es lo bastante grande para sostener cosas mayores de esta naturaleza. Es un mecanismo perfecto para navegar el mundo de circunstancias cambiantes, pero no puede comprender tu vida más allá del tiempo y el espacio, ni las fuerzas mayores que te dirigen y te han enviado aquí y mantienen para ti el mayor propósito por el que estás aquí.
Ahora Dios ha hablado de nuevo, dando una Revelación más grande y vasta que cualquier cosa que se haya dado antes a la familia humana, [una Revelación] que se da ahora a un mundo alfabetizado de comunicaciones globales y creciente conciencia global, en un tiempo en el que el mundo está entrando a un estado de declive —con recursos en declive, un medioambiente en declive y una atmósfera cambiante, todo producido por la ignorancia, la codicia y la corrupción humanas.
Así que la humanidad se encuentra ciega al borde de un abrupto cambio que podría alterar la faz del mundo, el mayor cambio que nunca haya descendido sobre la humanidad en conjunto.
Pero las personas están viviendo en el momento y no ven las señales del mundo. No escuchan las señales dentro de sí mismas —señales advirtiéndolas, alertándolas, diciéndoles que se contengan, diciéndoles que hagan una reconsideración, de modo que puedan tener un momento de visión, un momento de claridad, de modo que puedan tener un momento para escuchar la mayor voz que Dios ha puesto en su interior, la voz del Conocimiento.
[Esta voz] está en lo profundo bajo la superficie de la mente. Está intentando llevarte a alguna parte, prepararte para un mayor servicio en el mundo y prepararte para un mundo de monumental cambio y convulsión.
Dios ha hablado ahora al mundo entero, no a un pequeño grupo, no solo a una región, no a una tradición religiosa, no a una clase educada de gente, sino a todos en todas las posiciones de la sociedad, en todas las sociedades.
Porque el mundo debe escuchar la Nueva Revelación de Dios, o no se preparará para el gran futuro, para el nuevo mundo que está justo empezando a experimentar. No pondrá fin a sus interminables conflictos, sino que degradará aún más el mundo, lanzando a la humanidad a una oscuridad y confusión aún mayores.
El mundo debe escuchar la Nueva Revelación de Dios. Porque las grandes tradiciones del pasado no pretendían preparar a la humanidad para este gran umbral en vuestra evolución. Ellas no pueden prepararos para un universo lleno de vida inteligente. No pueden prepararos para un mundo en declive, un mundo que alterará todo lo que veis y sabéis.
Las grandes tradiciones se dieron en diferentes momentos de la historia para construir la civilización humana, para construir y reforzar el verdadero humanitarismo, la verdadera ética y los altos principios humanos. Aunque muchos no han sido capaces de seguir estas cosas, estas tuvieron que establecerse, pues de lo contrario la humanidad hubiera sido siempre una raza violenta y autodestructiva, degradando un mundo hermoso que es muy inusual en un universo de planetas estériles y lugares inhóspitos.
El mundo debe escuchar sobre la Nueva Revelación de Dios, porque solo ella contiene la clave para su futuro, para su seguridad y para la unidad, la cooperación y el propósito humanos. Hay demasiadas pocas personas en el mundo que valoren estas cosas lo suficiente para poder cambiar y modificar el curso que estáis urdiendo para vosotros mismos, incluso en este momento. Esto debe venir de Dios —de vuestra Fuente, del Creador de toda vida, del Creador de todo.
Pero para ello, debéis escuchar con oídos nuevos. Debéis escuchar con un corazón abierto. Si rechazáis esto, entonces rechazáis el Dios que alabáis y en el que afirmáis creer. Rechazáis la conciencia de que el Plan de Dios es mayor que solo una Revelación en un momento dado de la historia.
Porque todos los Mensajeros han venido de la Asamblea Angélica, y todos ellos están sirviendo a un Plan Mayor para la humanidad —para construir la civilización humana, para fomentar la unidad y la cooperación humanas, para enseñar a la humanidad, mediante la sabiduría y mediante su tecnología, cómo sostener un hermoso mundo sin saquearlo hasta llevarlo a un estado de deterioro total.
Es un Plan Mayor. Incluso desde el principio, pretendía prepararos para vuestro futuro en una Comunidad Mayor de vida en el universo. Pero primero [la humanidad] debe ser una civilización viable. Debe tener una ética y unos principios más altos para ser un mundo libre y tener alguna libertad en un universo donde la libertad es muy rara.
El Plan siempre estuvo ahí. No ha cambiado, solo se adaptó a las circunstancias cambiantes y a los momentos variables de gran oportunidad.
No podéis ver esto, vosotros que vivís en el momento, que estáis circunscritos por un mundo que no comprendéis, que vivís en vuestros pensamientos, creencias y admoniciones, pero que no podéis sentir todavía la mayor Presencia que mora en vosotros y que es vuestra Fuente, vuestro propósito y vuestro destino.
Es necesario que el mundo escuche la Nueva Revelación de Dios. Porque solo Dios sabe lo que está viniendo. Solo Dios sabe cómo podéis prepararos. Solo Dios os comprende mejor que vosotros mismos. Solo Dios conoce la verdadera condición de la humanidad y lo que la humanidad debe hacer para salvarse del colapso desde dentro y del riesgo de ser subyugados por otros desde fuera.
No os quedéis tras vuestras escrituras negando esto, porque esto es la continuación de la obra de Dios en el mundo. Esto completa el trabajo de Mahoma, de Jesús, de Buda y de otros grandes maestros —tanto conocidos como desconocidos, tanto reconocidos como sin reconocer— en la historia de este mundo, a quienes ni siquiera podéis explicar completamente.
No seáis arrogantes y tontos, o fracasaréis frente a las Grandes Olas de cambio que están llegando. Y no os prepararéis para vuestro encuentro con un universo de vida inteligente, un encuentro que ya está ocurriendo por parte de fuerzas que están aquí para aprovecharse de una humanidad débil y desprevenida.
Los riesgos están creciendo cada día. La Oscuridad Mayor está en el mundo.
La humanidad está destruyendo sus bases en este mundo con una velocidad y una estupidez sin precedentes —incapaz de contenerse, incapaz de cambiar su curso, incapaz de proveer para las mayores necesidades de la gente en todas partes, incapaz o poco dispuesta a hacer lo que debe hacerse para asegurar el futuro de la humanidad bajo una serie diferente de circunstancias.
No podéis prepararos a vosotros mismos. Todavía no tenéis el coraje necesario. Todavía no veis la necesidad. Todavía no reconocéis las señales. Todavía no tenéis la cooperación necesaria en vosotros, entre vosotros, entre vuestras naciones, entre vuestras religiones, que están ahora hundiéndose en un caos y una disensión crecientes entre sí, e incluso internamente.
No es que seáis incapaces. Es solo que sois irresponsables. No es que no tengáis ciertas fortalezas y capacidades. Es que estáis perdidos en un mundo de miedo y deseo, de conflicto, pobreza y privación, un mundo que vosotros habéis creado.
No podéis culpar a Dios por esto. Ni siquiera podéis culpar a Dios por las catástrofes naturales —las sequías, los huracanes, la pestilencia—, porque todo esto forma parte del funcionamiento de la naturaleza, la cual fue puesta en marcha en el principio de los tiempos.
Por tanto, la Asamblea Angélica os observa, a vosotros y a todos los demás aquí, para ver cómo os adaptaréis, para ver qué elegiréis. Ellos os han dado libertad para vivir en Separación. Os han dado libertad incluso para fracasar. Pero también os han dado el poder y la dirección para tener éxito —si podéis responder, si podéis responder a esta guía mayor, si podéis responder al Conocimiento dentro de vosotros, que todavía está conectado a Dios.
El Señor de este universo y de otros universos y de la Creación, la Creación atemporal más allá de toda manifestación física, no os está atendiendo física o personalmente. Eso es asunto de la Asamblea. Porque existen incontables razas en el universo, y cada una debe tener una Asamblea que la supervise.
Es un Plan a una escala que posiblemente no podéis ni considerar. Es tan grande, tan vasto, tan incluyente y tan perfecto, que solo Dios podría hacerlo. Solo Dios puede reclamar a los separados mediante el poder del Conocimiento que ha sido puesto dentro de toda vida consciente.
Ahora tenéis una oportunidad de entender estas cosas en una Revelación mucho más avanzada y completa. Porque todavía no entendéis cómo Dios opera en el mundo, trabajando a través de las personas desde dentro hacia fuera, mediante el servicio, la contribución, el perdón y un comportamiento constructivo y compasivo.
Vuestras nociones de Dios nacen de las Enseñanzas de la antigüedad. Están incompletas, porque la gente en aquel tiempo no tenía la sofisticación ni la libertad o el desarrollo social para entender la naturaleza mayor del Plan de Dios en este mundo y más allá.
Las grandes religiones han mantenido a la humanidad en marcha, han construido la civilización humana y han sido una inspiración para incontables personas. No pienses que carecen de valor, a pesar de todo lo que se ha hecho violándolas y de cómo han sido abusadas y están siendo abusadas incluso en la actualidad.
Dios ha puesto el Conocimiento en tu interior, una perfecta inteligencia guiadora. [El Conocimiento] está conectado a Dios. No tiene miedo del mundo. No está condicionado por el mundo. No es atraído por la belleza, la riqueza y el encanto. Solo está aquí para llevarte a una cita con tu mayor misión en la vida y a una reunión con aquellos que te enviaron —a una vida de propósito, significado, relaciones e inspiración.
Pero estás lejos, a la deriva. Si vas a estar entre los primeros en responder, debes responder con fuerza. No permanezcas en la duda, porque eso es deshonesto. En tu corazón sabrás, y entenderás lo que estamos diciendo aquí hoy. Es un desafío. Es un desafío a ser honesto, sincero e incondicional.
El mundo debe escuchar la Nueva Revelación de Dios. No es solo para ti individualmente. No es solo para tu educación. Pero has de ser parte de ella, recibiéndola, expresándola, compartiéndola y ayudando a traducirla a todos los idiomas del mundo, de modo que suficiente gente en el mundo pueda responder y comenzar a cambiar el curso de la humanidad, a evocar la clase de responsabilidades y el cambio que deben ocurrir para que la familia humana no caiga en una grave inestabilidad, en el conflicto y en la guerra.
Todavía no ves los riesgos que la humanidad enfrenta. Por tanto, te cuesta entender la gran necesidad que ha traído esto al mundo.
Para entenderla, debes abrir tus ojos al mundo, no a lo que quieres, no a lo que prefieres, sino a lo que realmente está ocurriendo aquí. Debes volverte una persona responsable, una persona capaz de responder.
Porque debes escuchar la Nueva Revelación de Dios, y debes traer a ella tanta honestidad, sinceridad y humildad como te sea posible. Ella te fortalecerá en todos los aspectos. Traerá resolución a tu vida. Te recuperará del remordimiento y la [sensación de] falta de valía. Te traerá de vuelta a ti mismo y a la verdadera dirección que debes seguir, que Dios ha puesto ya dentro de ti para que la recibas ahora.
El Mensajero está en el mundo. Él es el que fue enviado para traer esto aquí. Él es un hombre humilde. No tiene una posición en el mundo. No busca liderar naciones o ejércitos o un grupo contra otro, porque él tiene un Mensaje para el mundo entero, para que se reciba o se rechace.
El tiempo es un factor esencial. Las Grandes Olas de cambio están comenzando a golpear en todas partes, aquí y allá, degradando cada año vuestra infraestructura, vuestras sociedades, vuestra riqueza y vuestra confianza en vosotros mismos. Es tiempo de prepararse, pero no hay mucho tiempo. Hay poco. Es ahora.
Pero no todo el mundo puede responder. Porque no todo el mundo sabrá de ella [de la Revelación]. No todo el mundo está siquiera preparado para ella. Y muchos se pondrán en su contra, protegiendo sus ideas y creencias anteriores y su riqueza y posición en la sociedad. Es desafortunado, pero siempre ocurre así durante el tiempo de Revelación.
Permítete estar entre los primeros en recibir la Nueva Revelación para el mundo. Tiene el máximo valor. Es la cosa más importante en tu vida. Ella hará toda la diferencia cuando todo lo demás te haya fallado. Hará toda la diferencia para ti si puedes recibirla y seguirla y tomas los Pasos al Conocimiento que Dios ha provisto para reinvolucrarte con tu propósito y naturaleza más profundos para estar aquí.
Si la humanidad no logra recibir la gran Revelación, entonces entrará en un estado de permanente declive —de gran conflicto, gran sufrimiento y grandes pérdidas humanas—. Porque no estaréis preparados para este nuevo mundo. No estaréis preparados para lo que está llegando incluso aunque las señales aparecen cada día.
Intentaréis proteger vuestros intereses, vuestras preferencias, vuestras esperanzas. No querréis tener que lidiar realmente con las cosas que están viniendo hacia vosotros. Pero lidiar con ellas os dará fuerza, coraje y determinación. Sin esta preparación no tendréis estas fuerzas y capacidades.
Es una gran Revelación para ti individualmente. Es una gran Revelación para la humanidad. Porque ella honrará todas las religiones del mundo, y las unirá lo suficiente para que cesen sus interminables conflictos. Verás que todas ellas están conectadas en su base, a pesar de lo que se ha hecho de ellas con el tiempo.
Verás que todos los Mensajeros han venido de la Asamblea. Y verás que nadie más puede afirmar traer grandes Revelaciones al mundo si no tiene este Origen. Porque aunque hay profetas en todas las épocas, los grandes Mensajes solo llegan en grandes puntos de inflexión. Y estos Mensajes traen consigo toda una nueva realidad que podría alterar el curso del mundo y el destino de las incontables personas que pueden responder con el tiempo.
El mundo tiene una gran necesidad de recibir la Nueva Revelación de Dios. Este es vuestro desafío. Esta es vuestra redención. No hay nada más importante que considerar ahora.
El Mensajero es un hombre mayor. Solo estará en el mundo unos pocos años más, tal vez. Si puedes encontrarte con él y saber de él, será para ti una gran bendición.
Él no es un dios, pero ninguno de los Mensajeros fueron dioses. Él no permitirá que le alabes, pues toda alabanza debe ir a Dios y a la Asamblea. Él se ha probado a sí mismo a través del sufrimiento y el aislamiento, a través de grandes desafíos y una gran preparación —más allá del entendimiento de las personas a su alrededor, salvo de unas pocas.
Os traemos esto porque es la Voluntad del Cielo. Somos Nosotros quienes hablamos a Jesús, a Buda y a Mahoma. Somos Nosotros quienes observamos el mundo. No podéis saber Nuestros nombres. Nuestros nombres no son importantes, porque hablamos como uno y muchos, y muchos como uno —una realidad que no podéis abarcar viviendo en la Separación, todavía no.
La Voluntad del Cielo es que la humanidad se prepare para la Comunidad Mayor, que se fortalezca y se una y que preserve este mundo para no caer bajo la persuasión y el dominio de otras naciones que buscan usar este mundo para sus propios propósitos.
Por primera vez en la historia, las puertas del universo están abriéndose para que veáis cómo es la vida en el universo a vuestro alrededor y lo que Dios está haciendo en este universo. Porque para poder entender lo que Dios está haciendo en este mundo, debéis entender lo que Dios está haciendo en el universo —a un nivel esencial y fundamental—, y esto está poniéndose a disposición [de la humanidad] por primera vez.
Que tus ojos se abran. Que tu entendimiento del mundo sea verdadero y honesto. Que tu evaluación de ti mismo y tus necesidades sea sincera y plena de humildad y seriedad. Y que el Regalo del Cielo que ahora estás recibiendo —tú que tienes la gran fortuna de vivir en un tiempo de Revelación— sea tuyo y lo reconozcas, lo recibas y lo des a un mundo en gran necesidad.