Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 15 de abril de 1988
en San Francisco, California, Estados Unidos
Texto original: Escaping Suffering
Escucha el audio original aquí (en inglés): no disponible online
Más información sobre este texto
Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.
Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.
En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.
Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.
“Falta lo que es significativo y por eso las personas sufren”.
Hay tres planes de estudios o remedios diferentes para acabar con el sufrimiento: el remedio para los que desean renunciar a un poco del sufrimiento, el remedio para los que desean renunciar a gran parte del sufrimiento y, por último, el remedio para los que desean renunciar a todo el sufrimiento. Son remedios muy diferentes —prescripciones, podrías decir—. Nos gustaría hablar de la prescripción para renunciar a gran parte del sufrimiento.
Ya eres bastante consciente de las prescripciones para renunciar a un poco del sufrimiento. Son muy simples, y la mayoría de ellas solo enmascaran tus problemas. Algunas te ofrecen un alivio pasajero y hacen la vida un poco más tolerable. Esta primera prescripción es con mucho la más popular.
Las personas no son conscientes de lo infelices que son, a menos que algo muy maravilloso o misterioso les suceda. Solo una profunda experiencia de felicidad puede proveer el contraste necesario para ilustrar lo que realmente es posible y está al alcance de las personas. Estás aquí porque estás buscando un mayor remedio, una mayor felicidad y una mayor realización en la vida, y es por eso que debemos hablar del sufrimiento.
Hay dos tipos de sufrimiento; nos gustaría hacer esta distinción. El primero es el tipo de sufrimiento que la mayoría de personas tiene en mente cuando piensan en él, y una definición simple podría ser esta: el sufrimiento es la pérdida reconocida o anticipada de algo que temporalmente valoras. Pero nos gustaría concentrarnos en otro tipo de sufrimiento que las personas raramente consideran, porque tiene mucho que ver con tu comprensión de cómo puede lograrse aquí la felicidad. El segundo tipo de sufrimiento es tu anhelo por tu Familia Espiritual, tu anhelo por Dios. Es un tipo de sufrimiento muy diferente al de sufrir por la pérdida de cosas temporales.
El primer tipo de sufrimiento tiene que ver principalmente con tu mente. No es dolor; debemos hacer esa distinción. No es dolor físico, aunque este pueda resultar de él. No queremos analizar el primer tipo de sufrimiento, porque ya hay demasiado al respecto —“La psicología del sufrimiento”—. Nos gustaría hablar sobre lo que realmente motiva a las personas en la vida.
El primer tipo de sufrimiento es algo que experimentas diariamente, incluso cada hora: la pérdida de cosas y la anticipación de su pérdida; pérdida de experiencias, de objetos, de amigos, de capacidades, de oportunidades, de valores, de placeres. ¡Pérdida y más pérdida! Este fenómeno de la “pérdida” es muy dominante. Es el lado malo de la felicidad. Es como una gran sombra que te persigue, pues todo lo que hoy amas puedes perderlo mañana; puede desaparecer. Hay muchas cosas cuya pérdida no puedes ni siquiera considerar, porque te resultaría demasiado aterrador y doloroso.
Así que existe este problema del sufrimiento. No puedes evitarlo porque es un compañero constante. Si comienzas a observar tus pensamientos verás cómo tu mente va de una pérdida a otra, y la única manera de enmascarar esta insistencia es esperando cosas nuevas y emocionantes. Sea lo que sea a lo que te aferres, siempre lo pierdes y esto acaba siendo agotador. Pasas toda una vida acumulando y luego renunciando a todo. Vivir así supone un estado muy precario, pero ese es el estado del mundo.
La religión tradicional en sus formas más puras ha dicho: “Renuncia ahora a todo lo que anticipas perder y socavarás la fuente de tu sufrimiento”. Sin embargo, para la mayoría de las personas esto aumenta su sufrimiento de inmediato, porque deben renunciar a todo lo que quieren incluso antes de perderlo, y esa parece una receta terrible. No hay muchos que se emocionen con este enfoque. No hay mucho entusiasmo al respecto. “¡De acuerdo, lo dejaré ahora y así no tendré que preocuparme más de eso!”. Esta prescripción te sumerge en el corazón del dilema, pero es solo la mitad de la imagen, y de las dos mitades es la menos importante.
Tu felicidad, tu curación y tu bienestar no pueden nacer de una influencia o enfoque negativos. ¿Qué motiva a las personas a mirar más allá de su dolor? ¿Qué las llama a salir del conflicto? ¿Qué las lleva hacia delante en la vida? ¿Qué las anima a renunciar a una situación dolorosa a cambio de una mayor oportunidad, por incierta que sea? ¿Cuál es este poder que te llama y por qué respondes a él?
Muchos de ustedes tienen preguntas específicas sobre cómo mejorar las cosas en su vida, pero les daremos más que eso, porque necesitan algo más que un alivio temporal. Sin embargo, existe aquí un problema, porque si te decimos lo que es cierto y no estás listo para ello, entonces discutirás con nosotros, porque saber lo que es cierto depende siempre de cuánto quieres saber la verdad. Esto a veces puede ser difícil de determinar dentro de ti, porque aunque estés ansioso de renunciar al sufrimiento, no siempre estás dispuesto a aceptar el cambio que se necesita.
¿Cuál es este poder que te llama a ir hacia delante en la vida, que te mantiene en movimiento, que te impide estancarte y te recuerda que existe algo más grande que hacer en la vida que simplemente sufrir? ¿Cuál es este poder, esta gran atracción, esta gran respuesta en tu interior? Es cierto que las personas sufren por la pérdida —ya sea reconocida o anticipada—, pero existe un mayor anhelo en el corazón mismo de todas las personas. Está en un lugar tan íntimo de su interior que rara vez lo descubren ellas mismas u otros. En este lugar están las mayores lágrimas, la mayor risa y la mayor felicidad. Aquí el sufrimiento es como un cascarón o una pared muy delgada. No es profundo ni cavernoso.
Este poder no hace una lista de todo aquello a lo que debes renunciar en la vida: habla de lo que la vida te está dando. Su énfasis está en dar, no en perder. Es una atracción en sí mismo. Cuando reconoces este poder, simplemente comienzas a dejar caer otras cosas y vas por él. ¿A quién le importa perder algo? Además, debido a que para encontrar este poder no puedes llevar todo contigo, de manera natural dejas caer cosas a lo largo del camino. Simplemente se vuelven una carga para ti. Comprendes que complican tu vida, te retienen y te hacen infeliz, y simplemente las dejas caer.
Esta gran atracción, este anhelo que tienes, es por Dios. Sin Dios, el mayor anhelo que podrías tener es por el romance. Es probablemente la única otra cosa por la que te abandonarías. Enamorarse, perder la cabeza… ¿a quién le importa la seguridad en el mundo? ¿A quién le importa lo que te pase? “¡Oh, no me importa! Solo quiero mi amor”. Solo puedes pensar en tu amor día y noche, noche y día, y notas que tu vida sigue funcionando para ti milagrosamente, incluso sin que lo manejes todo. Pero el romance es solo una experiencia muy, muy pequeña y temporal en comparación con lo que realmente te está moviendo en la vida. Hasta que descubras lo que es esto, seguirás anhelando e intentando satisfacer tus anhelos con personas, cosas, nuevas experiencias, nuevas sensaciones, nuevos estímulos —cosas nuevas constantemente; ¡nuevo, nuevo, nuevo!—. En realidad no quieres la mayoría de ellas, así que terminas abandonándolas a cambio de otras cosas nuevas.
Cuando dejas de estimularte empiezas a sentir este gran anhelo, y este es el comienzo de tu autodescubrimiento. Este anhelo no es terrible; simplemente es muy profundo. Es como recordar cuánto amas a tus padres a pesar de todo lo que ha sucedido. Trae consigo tristeza, pero también gratitud. Es demasiado profundo para ser sentimental.
Estás dotado con la fuente de la felicidad, y esta busca que la uses cada día y que, con el tiempo, confíes en ella. Por eso enseñamos a las personas a empezar a confiar en el Conocimiento, la mayor facultad mental que tienen para conocer y seguir lo que saben. Las personas que solo quieren aliviarse del sufrimiento un poco no llegan muy lejos en este sentido. Tal vez intentan usar su intuición frente a decisiones muy complejas y confusas, pero el resto del tiempo no piensan en ello. Sin embargo, las personas que quieren renunciar a la mayoría del sufrimiento comienzan a ver nuevas oportunidades para cultivar su experiencia del Conocimiento, ampliar su capacidad para el Conocimiento, afinar sus habilidades y desarrollarse a sí mismas. Y luego están los individuos muy raros que están dispuestos a renunciar a todo el sufrimiento, y para ellos existe un plan de estudios muy especial del que no hablaremos, porque no es relevante para tus necesidades. Ellos eligen un camino que es muy rápido pero no fácil, porque el método directo no es fácil. El método más lento es más fácil ahora, pero más difícil a largo plazo.
Si piensas en resolver algún problema y te dices: “Bueno, vamos a resolverlo hoy”, o “Vamos a resolverlo pronto”, o “Tal vez lo resolveremos más tarde”, esto representa los tres tipos de enfoques. Pero hay un pequeño truco en todo esto, porque Dios es muy inteligente. Si intentas renunciar a la mayoría del sufrimiento, lo cual supone un gran paso, comenzarás a experimentar una profunda felicidad, y esto creará un agudo contraste en tu vida. Comenzarás a ver que al seguir al Conocimiento te acercas a la felicidad, y que al descuidarlo o evitarlo te alejas de ella. Aquí aprendes la sencilla lección de que si vas hacia el Conocimiento te sientes más feliz, y que si te alejas entonces vuelves a la confusión, la ansiedad, la ira, la tristeza y todas las formas de infelicidad. Finalmente, comprenderás que si pasas más tiempo con el Conocimiento y lo sigues, las cosas funcionarán mejor. Así que empiezas a hacerlo cada vez más. Entonces querrás pasar todo tu tiempo con el Conocimiento, porque ¿qué sentido tendría pasar solo parte de tu tiempo con algo que te da certeza, poder y relación? Puede tomar muchos años llegar a esta decisión, pero las personas finalmente lo hacen. Aquí está garantizado que si emprendes el proceso de renunciar a la mayoría del sufrimiento, algún día querrás renunciar a todo el sufrimiento.
Ahora bien, existe aquí algo muy importante. Esperamos que nos escuches a Nosotros y no a tus pensamientos. Cuando decimos: “Abandona el sufrimiento”, las personas no se emocionan a menos que estén en una situación muy desdichada en la vida, tan infelices de hecho que considerarán cualquier cosa y querrán una salida. A menos que estén incómodas, renunciar al sufrimiento solo suena como una buena idea. “Lo añadiré a mi lista de cosas para hacer este año; este mes renunciaré al sufrimiento; ¡lo pondré en mi lista de metas diarias!”. Bueno, si las cosas no están demasiado mal, ¡a quién le importa renunciar al sufrimiento! Sin embargo, cuando las cosas se ponen realmente feas, la persona dice: “¡Ahora sí estoy interesado!”.
Por eso, la idea de renunciar al sufrimiento no basta para alentar o despertar el entusiasmo de las personas. Ellas preguntan: “Bueno, ¿a qué debo renunciar para renunciar al sufrimiento?”, y se ponen muy nerviosas. “¿A qué tengo que renunciar ahora? Tal vez no quiera renunciar a algunas cosas. ¿Tengo que renunciar a ellas para renunciar al sufrimiento?”. Y entonces piensan en todas las personas ascéticas y religiosas que no tienen nada y dicen: “¡Oh, eso no es para mí!”. Sin embargo, lo que realmente implica esto es aceptar la felicidad y la certidumbre en tu vida, y eso deshace el sufrimiento.
Queremos que todos renuncien al sufrimiento. Ese es nuestro deseo para ti, porque no necesitas ser tan infeliz. Debes reconocer que eres infeliz para ver la necesidad de hacer algo al respecto en tu vida. Las personas reconocen que son infelices de dos maneras: por ser cada vez más infelices y finalmente reconocer que lo son, o bien por tener una profunda experiencia de felicidad y darse cuenta del contraste.
No hay mucho que debas cambiar para llegar a ser muy feliz. El mundo no tiene que ser un lugar bonito. No tiene que dejar de haber guerra en el mundo. No tienes que tener todos los problemas resueltos. No tienes que satisfacer todos tus grandes objetivos. Ese no es el requisito. Tener más de lo que quieres no te hará más feliz. Ahora tienes más de lo que tuviste ayer o hace mucho tiempo, y no eres mucho más feliz por ello. Tal vez la vida es un poco mejor, pero sigues intentando conseguir cosas, mantenerlas y evitar que la vida te las quite. Eso es muy desesperado y no hay felicidad ahí. Debe haber un enfoque diferente.
Es como una prisión llena de personas que están todas en sus celdas, aunque las puertas estén abiertas; y las personas todavía siguen ahí, porque han estado ahí tanto tiempo que ¿qué otra cosa hay? No se dan cuenta de que las puertas están abiertas. Todavía están intentando amoldarse a sus circunstancias actuales.
Cuando empiezas a experimentar el Conocimiento, comienzas a comprender algunos contrastes importantes en la vida. Comienzas a experimentar verdadera certeza en el mundo, al principio gradualmente y en pequeñas situaciones, y luego con creciente regularidad a medida que comienzas a seguir al Conocimiento, por misterioso que sea. Aprende a seguir al Conocimiento y aprende a contribuir a otros muy directamente, y entonces no habrá tiempo para sufrir. ¿Quién tiene tiempo para sentarse y anticipar la pérdida cuando hay tanto que hacer en este momento?
Verás, eres muy impotente para determinar el curso de los acontecimientos. Esto puede sonar como un insulto; se supone que los seres humanos son muy poderosos, con grandes mentes que pueden hacer mucho y alcanzar muchos objetivos. Pero si observas tu estado de ánimo actual verás lo indefenso que te sientes en el mundo. Vives tu vida de acuerdo con suposiciones, y cuando estas se decepcionan supone un golpe aplastante. ¡Qué fácilmente se desvanece tu felicidad por algún pequeño cambio en la vida! Tu felicidad debe establecerse sobre una base firme, sobre algo que trajiste contigo al mundo y no sobre lo que el mundo puede hacer por ti.
Debido a que tienes miedo tan a menudo y soportas tanta ansiedad, ello da testimonio del hecho de que realmente te sientes amenazado y vulnerable. Puede que refuerces tu coraje diciéndote: “Puedo manejarlo todo. Determinaré mi destino. ¡Sí, seguiré adelante!”. Y por pura fuerza de voluntad, realmente podrás lograr más de lo que pensabas que podías; pero aun así no habrás resuelto el problema del sufrimiento, y la verdadera felicidad de la que estamos hablando todavía te eludirá, incluso aunque esté justo ahí.
Por tanto, tu primer objetivo es afrontar tu sufrimiento directamente, y con esto queremos decir que debes enfrentar el sufrimiento sin juicios. Si estás presente ante el sufrimiento, este no puede afectarte. Pero si reaccionas a él o tratas de cambiarlo, puede superarte en cualquier momento. Los que luchan contra el sufrimiento se volverán esclavos, porque están respondiendo a él. El sufrimiento los captura porque representa un hábito y una adicción. Es algo que reclama a las personas a pesar de sus buenas intenciones.
Ahora nos gustaría hablar sobre algunos puntos que son relevantes para todos. En primer lugar, uno de los requisitos es que dejes de intentar resolver tus problemas. Esto es muy importante. Comienza ahora a dejar de intentar resolver tus problemas y los de todos los demás. Si siempre estás tratando de resolver cosas, entonces no estás en condiciones de experimentar el Conocimiento. Debes relajarte ante la situación. Solo debes actuar si algo exige acción inmediata. A menos que sea así, a menos que el requisito sea inmediato y obvio para ti, entonces es sabio asentarte y comenzar a sentir realmente dónde radica la certeza sobre la situación. Este no es un intento desesperado e implica fe.
No puedes resolver todos tus problemas. Ese no es el camino para salir del sufrimiento, porque otros problemas tomarán su lugar —más y más problemas, que entrarán tan rápido como resuelvas los viejos—. No tendrás una vida sin problemas, y si la tuvieras sería un problema terrible para ti. Así que los problemas siempre estarán presentes. Es como tener que comer la próxima comida, dormir la próxima noche o ir a trabajar al día siguiente. Estar en el mundo es un problema, así que los problemas forman parte de la vida aquí.
El segundo requisito es que hagas un inventario de las cosas que sientes que realmente te hacen infeliz y veas lo que puedes hacer al respecto. Una vez más, las circunstancias ideales no proporcionan felicidad, a menos que estés muriéndote de hambre o tengas alguna necesidad inmediata que sea absolutamente esencial para tu salud y supervivencia. Las personas tienen descubrimientos muy importantes en la vida cuando las oportunidades no parecen buenas. De hecho, los descubrimientos más importantes ocurren durante esos períodos. Cuando todo va bien, las personas se duermen; se vuelven menos atentas y observadoras, y están como en un estado de letargo. Así que si tus circunstancias no son ideales, eso puede ser muy bueno para ti.
El siguiente requisito es que no te conformes con el estado normal de la mente. Es patéticamente limitado y hay mucho más para ti. A medida que te vuelvas más exigente respecto a tu bienestar, esto se hará más evidente. Aquí es muy bueno chequearte con regularidad a ti mismo. Para los estudiantes informales, al menos una vez al día. Para los estudiantes serios, con mayor frecuencia. Chequéate a ti mismo. ¿Cómo estás realmente? Nosotros presentamos un contraste entre cómo las personas pueden vivir sus vidas y la forma en que lo hacen habitualmente. Este contraste es muy, muy importante.
El siguiente requisito es que no pienses que la mejora de tus circunstancias garantizará lo que realmente buscas. Aquellos que viven vidas muy lujosas no muestran una mayor felicidad que tú. ¿Puedes verlo? Y si piensas lo contrario, deberías pasar un tiempo con ellos y descubrir lo decepcionante que es. Ellos están más ansiosos por perder las cosas que tú. Tienen más que perder, y no han encontrado la fuente de su propia felicidad o su base en la vida.
Siguiente: el objetivo de la vida no es dejar de trabajar, sino encontrar un verdadero trabajo en el mundo. Falta lo que es significativo y por eso las personas sufren. Cuando el significado se vuelve tu base —el verdadero significado— entonces este será la fuente de tu felicidad, y podrás llevarla contigo a donde quiera que vayas, sin importar las circunstancias.
A las personas que están inspiradas no les frustran las apariencias infelices a su alrededor. Pueden funcionar en cualquier lugar, si tienen el apoyo adecuado de otras personas y si continúan alimentando su conciencia y experiencia del Conocimiento. Entonces, a medida que se hacen más fuertes, pueden llevar el Conocimiento allí donde el Conocimiento parece estar ausente, y pueden contribuir a personas que están sin el Conocimiento y están perdidas.
Cuanto más vengas al Conocimiento, más se apartará de ti la nube oscura del sufrimiento. Como ves, en la vida las personas están hundidas en la miseria. Puede que esto suene muy negativo, pero en comparación con tu estado natural es bastante preciso. Cuando comienzas a despertar, empiezas a reconocer que has estado en un sueño muy profundo. El mundo genera este tipo de sueño. Está constantemente alimentándolo y regenerándolo, por lo que tendrás que retirarte un poco del mundo al principio de cada día, para encontrar algún alivio y permitir que tu mente se asiente si está agravada. Esto es cierto para todos.
Por eso, no recomendamos que los estudiantes del Conocimiento lean periódicos o revistas o que vean mucha televisión, porque esto simplemente irrita el lado personal de tu mente, que es donde sufres. Si eres serio sobre encontrar una manera de salir del sufrimiento, no desearás seguir agravando tu problema poniendo el dedo en la llaga.
Debes permitir que tu mente se calme. Tus pensamientos se mueven muy rápidamente. Te obsesionan y tú los obedeces. Son pensamientos muy infelices, y si intentas poner pensamientos felices en su lugar, bueno, entonces estos también están moviéndose alrededor.
La felicidad es un estado quieto. No es nerviosa. No está intentando ir a ninguna parte, ni conseguir nada. Está muy quieta, así que tienes que aquietarte para acercarte a ella. Es como si la felicidad estuviera pasando a cinco millas por hora y tú fueras a cien. Bueno, ¡la dejaste atrás!
Algunas personas son muy críticas, pensando que son ellas quienes han creado toda esta miseria y sufrimiento. Bueno, lo han hecho, pero solo porque no supieron hacerlo mejor. Después de todo, uno simplemente está haciendo lo que todos los demás están haciendo. ¿Culpas al niño por ser un niño? ¿Lo castigas por actuar tontamente, o por olvidarse, o por no tener habilidades?
Si solo fueses consciente de dos caminos a seguir y ambos fueran infelices, sería difícil elegir uno de ellos, ¿no es así? Si pudieras elegir entre un camino de infelicidad y el Camino del Conocimiento, bueno, entonces no habría elección. Por eso nuestro objetivo es traerte al Conocimiento. Eso soluciona el problema.