Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 19 de agosto de 2008
en Boulder, Colorado, Estados Unidos
Texto original: How Will You Know What to Do?
Escucha el audio original aquí (en inglés):
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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.
Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.
En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.
Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.
Muchas personas están preocupadas por el futuro. A medida que los tiempos se vuelvan más turbulentos y discordantes, más y más personas sentirán ansiedad por lo que pueda suceder a continuación. Su ansiedad aumentará con el tiempo, porque al enfrentar las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo, los eventos se acelerarán y las economías se volverán más turbulentas e inestables. Habrá mayores problemas medioambientales y las personas de todas partes tendrán que enfrentar la realidad del declive en los recursos del mundo.
¿Cómo sabrás qué hacer frente a un gran cambio? ¿A dónde acudirás? ¿A quién consultarás? ¿Quién piensas que te guiará en los difíciles e inciertos tiempos venideros?
La familia humana tiene muchas grandes fortalezas, pero una de sus debilidades es que no ha planificado adecuadamente para el futuro. Las personas no miran hacia delante. No miran ni ven lo que se avecina en el horizonte. Y así, acaban desprevenidas y abrumadas ante acontecimientos de la vida que, en la mayoría de los casos, podrían haberse previsto. Ellas dieron la espalda al futuro y el futuro llegó.
De pronto se encuentran sumergidas o desbordadas, sin trabajo, incluso sin hogar. Y entonces, puede que te preguntes: “¿Por qué no lo vieron venir? Las señales estaban ahí”.
Siempre existen señales antes de grandes eventos. A veces, las señales ocurren años antes de estos grandes eventos. Pero existen muy pocas personas que puedan reconocer estas señales y respondan adecuadamente antes de que el evento suceda.
Las personas están consumidas viviendo el momento y reflexionando sobre el pasado. Los pensamientos sobre el futuro son en su mayoría esperanzas y temores. Las personas no son entrenadas en su infancia para mirar hacia el futuro con objetividad y reflexionar utilizando una Inteligencia más profunda que Dios ha puesto dentro de cada persona, una Inteligencia llamada Conocimiento.
Esta incapacidad para mirar hacia delante y el vivir la vida sobre la base de suposiciones auto-reconfortantes, representa una de las debilidades reales de la humanidad en este momento, una debilidad que la hará vulnerable a experimentar inmensas dificultades, tanto ahora como en el futuro.
El Conocimiento dentro de ti te dará señales y responderá a las señales del mundo que son significativas. Porque una señal no es simplemente un mensaje; también es una enseñanza. Las señales no son solo para advertirte, sino también para instruirte. La mayor parte de la instrucción vendrá del Conocimiento dentro de ti, pero a veces las señales realmente te dicen qué hacer.
En un sentido muy obvio, si hay humo en el edificio sabes que hay un incendio. Eso es una señal, así que respondes. Pero la mayoría de las señales que se refieren a eventos futuros son muy sutiles. Son sutiles, pero también frecuentes. Si estás prestando atención puedes verlas. Y el Conocimiento, la Inteligencia más profunda dentro de ti, te aconsejará sobre qué hacer, y te impulsará a hacer ciertas cosas y no otras.
Cada día, las personas se comprometen con varias cosas, muchas de las cuales no funcionarán; pero como no revisan sus decisiones con el Conocimiento, siguen adelante empujadas por la insistencia de otros, por la insistencia de sus familiares o amigos, o por la insistencia de su propio miedo a la soledad o su propio deseo de riqueza.
Toda decisión desastrosa comenzó como una buena idea, y las personas fueron impulsadas por algún deseo o necesidad. Pero los desastres ocurren porque las personas no están respondiendo al Conocimiento y no acuden al Conocimiento cuando toman decisiones importantes.
Tú puedes engañar al intelecto. No es difícil hacerlo. Pero engañar al Conocimiento es muy difícil. La única razón por la que se puede engañar a las personas aquí es que ellas no tienen suficiente conciencia del Conocimiento. No usan el Conocimiento. No consultan al Conocimiento. No reflexionan con el Conocimiento. Y entonces, sus intelectos son fácilmente seducidos, fácilmente persuadidos, fácilmente tranquilizados, fácilmente desanimados.
Así que tenemos dos problemas: por un lado, las personas no miran hacia el futuro lo suficiente, y por otro, no utilizan el gran regalo del Conocimiento que Dios ha puesto en su interior.
Al mirar hacia el futuro, debes alargar tu mirada muchos años, sin asumir que todo a tu alrededor permanecerá igual; sin asumir que tu economía será fuerte o incluso funcional; sin asumir que el sistema de salud estará operativo; sin asumir que tendrás todas las ventajas que tienes ahora.
Debes mirar sin suposiciones tanto como puedas. No con esperanza, no con miedo, sino simplemente mirando, como miraría un marinero desde lo alto del mástil de un velero: vigilando, escudriñando el horizonte, viendo lo que se puede ver. Sin esperar, sin desear, sin temer: solo mirando. Un vigilante.
Esta es una habilidad fundamental. Los animales del campo están haciendo esto. Los pájaros del aire están haciendo esto. Pero las personas están ensimismadas con sus pensamientos, con sus planes, con sus metas, con sus problemas, con sus resentimientos, con sus problemas entre sí.
Ellas no están mirando. No están escuchando. Por tanto, no ven las señales del mundo. Y están tan absortas en sus propios pensamientos y sentimientos que no escuchan las señales del Conocimiento en su interior.
El futuro no es tan misterioso como crees, si puedes prestar atención y no intentas ser específico respecto a fechas y plazos, pues eso siempre engaña a la gente. Las personas dirán: “Oh, esa fecha será un año muy significativo. Está profetizado en los textos antiguos”. Pero nunca te aferres a una fecha.
El tiempo es una creación humana, y el futuro siempre está cambiando, dependiendo de lo que suceda hoy, mañana y en los días venideros. Un evento puede ser inevitable, pero no puedes decir con precisión cuándo ocurrirá. Por tanto, no profetices usando fechas y plazos. Eso te meterá en problemas y, como resultado, te encontrarás a ti mismo equivocado y desanimado.
Lo importante es ver el movimiento de las cosas: hacia dónde va la economía, hacia dónde va el mundo, hacia dónde va tu vida, hacia dónde va la vida de otras personas. Ver el movimiento de las cosas, discernir la dirección, discernir los posibles desenlaces. Siempre que no le pongas una fecha a eso, podría ser muy revelador.
Las personas no hacen las preguntas realmente importantes cuando están estableciendo sus relaciones mutuas o están tomando decisiones fundamentales, porque no están prestando atención y no están mirando hacia el futuro.
Por ejemplo, con respecto a tu trabajo y carrera, particularmente si eres joven o estás cambiando de trabajo y carrera, debes buscar un trabajo que pueda sobrevivir a tiempos económicos muy difíciles. Debes proporcionar bienes o servicios que serán fundamentalmente necesarios en condiciones económicas muy estresantes. Nadie va a necesitar otro tipo de servicios. Muy pocas personas podrán pagarlos, por lo que estos desaparecerán en gran medida.
Si no tuvieras esta comprensión del futuro, podrías entonces tomar una decisión extremadamente imprudente e invertir mucho en tu esfuerzo, solo para que las circunstancias se vuelvan en tu contra. Y todo esto podrías haberlo previsto en el pasado si hubieras estado mirando con atención.
Ser impulsado por anhelos, deseos y preferencias es ciego y tonto si no comprendes el entorno en el que estos se expresarán; los entornos: el entorno físico, el entorno económico, el entorno político, las circunstancias. Si las circunstancias no son propicias, hasta la mejor idea del mundo no funcionará y no podrá tener éxito.
Las personas confían en que el entorno estará ahí para ellas. Esperan que esté ahí para ellas. Y entonces, se lanzan a un gran esfuerzo económico o esfuerzo personal, solo para descubrir que no era el momento adecuado, que no consideraron su entorno, que no miraron lo suficientemente lejos. Asumieron que el futuro sería como el pasado, por lo que se lanzaron en el momento equivocado y entonces se internaron en aguas tormentosas.
En cualquier esfuerzo que busques iniciar que sea a largo plazo, debes considerar el entorno con mucho cuidado, con mucha objetividad, incluso con arrojo.
¿Tendrá ese esfuerzo apoyo? ¿Lo sostendrá la economía en el futuro? ¿Lo necesitará la gente en el futuro? ¿Será una prioridad para ellos en tiempos económicos difíciles?
Las personas miran hacia atrás mientras avanzan. Entonces, cuando chocan con las cosas, se sorprenden. No las vieron venir porque no miraban, porque estaban asumiendo y creyendo, esperando y deseando mientras la vida se movía.
Es como estar en un automóvil en marcha. Todo viene hacia ti. ¿Te quedarías mirando por el espejo retrovisor? ¿Desviarías tu atención por más de un instante cuando todo está viniendo hacia ti en tu camino? La vida es así, aunque más en cámara lenta. Si no prestas atención tendrás un desastre.
Antes de que ocurran grandes eventos, existen señales. Se van formando. Incluso si es un terremoto y no puede predecirse, dentro de ti sentirás señales. Sentirás ansiedad, una ansiedad irracional. Sentirás cautela y miedo sin poder identificar su causa. Te sentirás inquieto.
Si esto ocurre, debes sentarte y preguntarte a ti mismo: “¿Cuál es la fuente de estos sentimientos? ¿Están asociados con algo que estoy haciendo en este momento? ¿Están asociados con el entorno que me rodea, con algún cambio en el entorno? ¿Hay algo que deba ver o hacer en este momento?”.
Debes aprovechar estos momentos de malestar. Son importantes. La gente dice: “Oh, me sentí muy mal anoche. Estaba tan ansioso y perturbado… No pude dormir, pero ahora me siento mejor”.
¡Eso es estúpido! No te sientes irracionalmente ansioso sin motivo alguno. Algo está intentando comunicarse contigo. Estás respondiendo a algo, quizá más allá de tus circunstancias inmediatas, y tú lo estás tratando como si solo fuera una especie de episodio emocional.
Algunas personas piensan que cualquier miedo o ansiedad es algo malo y por eso intentan ser felices todo el día. Eso es muy necio. Ellas están perdiéndose todas las señales. No permiten que su delicado sistema de guía interior funcione a su favor. Piensan que cualquier pensamiento problemático o ansiedad va, de alguna manera, en contra de sus expectativas y creencias.
Si ese es tu caso, debes cambiar tus expectativas y creencias, porque no estás aprovechando el poder y la presencia del Conocimiento para alertarte, advertirte, llamar tu atención y reinvolucrarte con tu entorno.
La gente joven sale de la escuela pensando: “Oh, ¿qué quiero hacer con mi vida? ¿Qué me haría feliz? ¿Qué sería gratificante?”. Pero rara vez miran el medioambiente o consideran el futuro. Simplemente piensan que, si hacen lo que quieren, todo saldrá adelante. Bueno, todo saldrá adelante, pero no para su beneficio ni cumpliendo sus expectativas.
El entorno es muy importante. Si dejas de considerarlo, actuará en tu contra y te derrotará. Tienes una relación dinámica con tu entorno: con el entorno natural, con el entorno económico, con el entorno político, con el entorno social, con quién estás y sus influencias sobre ti.
Todos estos entornos pueden funcionar a tu favor o en tu contra, dependiendo de cómo te involucres con ellos y lo que elijas hacer, y en función de cómo planifiques tus actividades y el grado de atención que brindes a tus circunstancias.
Debes pensar que tu vida es como navegar a través de un gran océano, un océano que puede ser tranquilo y pacífico o bien turbulento y tormentoso, donde los vientos varían, donde las corrientes varían. Debes tener provisiones para este viaje. Debes tener habilidades para emprender este viaje. Debes saber qué evitar y cómo responder a ciertos tipos de dificultades. Siempre debes estar atento al entorno. En un velero de cualquier tamaño qué esté fuera en el océano, debes ser muy, muy observador y debes ser capaz de leer las señales de tu entorno cambiante: el cambio en el viento, el grado de turbulencia en el océano, la lectura de las nubes.
Muchas personas simplemente lanzan sus vidas y acaban naufragadas en algún lugar de la costa, luchando por mantenerse a flote en aguas abiertas. Algunas personas se hunden por completo. Subestimaron el poder y la potencia de su entorno.
Muchos emprendimientos comerciales y matrimonios han fracasado, porque las personas no respetaron el entorno y las demandas de la vida; estaban mal preparadas, no eligieron correctamente o no actuaron en el momento adecuado.
Ellas no estaban con el Conocimiento en el momento de la decisión: no prestaron atención a las señales, no ejercieron suficiente cuidado y precaución, impulsadas por otras personas, impulsadas por sus propios deseos, impulsadas por el miedo a perder, a desaprovechar una oportunidad. Ellas dieron el salto, solo para descubrir que el agua en la piscina era muy poco profunda.
La humanidad se enfrenta ahora a Grandes Olas de cambio, más grandes que cualquier otra cosa que la familia humana en conjunto haya tenido que enfrentar antes: degradación medioambiental, disminución de recursos, meteorología violenta, inestabilidad económica y política, creciente riesgo de competencia, conflicto y guerra por los recursos restantes, y una población creciente de personas en el mundo que bebe de un pozo que se reduce poco a poco. Esto representa un entorno muy desafiante y difícil. Esto requiere mucho cuidado y habilidad.
¿Cómo navegarás los tiempos difíciles que se avecinan? ¿Cómo sabrás qué hacer frente a un cambio que no anticipaste, un cambio que muy pocas personas anticiparon?
Aquí es mejor ser cauteloso que ser demasiado optimista. Pero, aun así, debes emprender este viaje. No puedes esconderte bajo una roca en algún lugar o encerrarte en un armario.
No te desanimes, porque has venido al mundo con un propósito superior, para vivir en estos tiempos turbulentos e inciertos. Dios ha puesto el Conocimiento dentro de ti para guiarte y protegerte, y para permitirte dar los pasos necesarios para descubrir tu mayor trabajo y servicio en el mundo. Pero esto requiere un tipo de fuerza, sobriedad, claridad y honestidad en uno mismo que muy pocas personas han forjado en su interior de manera apropiada.
No puedes perder el tiempo frente a las Grandes Olas de cambio. No puedes estar jugando en la playa cuando lleguen las Grandes Olas o estar de espaldas al océano. Esto simboliza lo que la humanidad está haciendo en este momento.
Existen algunas personas que están al tanto de las Grandes Olas de cambio, que están intentando hacer sonar una alarma, pero su voz es ahogada por la ignorancia, la indiferencia y la insistencia en la preservación de la riqueza. Están solas en sus amonestaciones, porque las personas no están prestando atención y aún no tienen la fuerza para enfrentar una gran incertidumbre, a pesar de que Dios ha puesto esta fuerza en su interior.
El poder y la presencia del Conocimiento están aquí para guiarte y protegerte, pero debes tomar los Pasos al Conocimiento y volverte fuerte en el Conocimiento.
Aquí debes dejar a un lado tus miedos, tus esperanzas, tus pesadillas y tus fuertes preferencias, para poder mirar y ver con atención, para ser lo más objetivo posible, para tomar tu entorno muy en serio, para observar a otras personas y aprender de sus errores y sus fortalezas, para detener tus quejas interminables, para dejar de condenar a los demás y poder aprender de su ejemplo.
Aquí el mundo entero puede enseñarte qué funciona y qué no, qué funcionará para ti y qué no funcionará para ti. Pero no puedes aprender nada de esto si juzgas el mundo por decepcionar tus expectativas, si estás consumido por tus propios intereses, deseos y problemas, porque entonces no estás prestando atención. No estás siendo un estudiante de la vida.
Así que no sabrás qué hacer en los tiempos difíciles que se avecinan. Serás arrastrado, y cuando finalmente decidas actuar, será demasiado tarde, porque todos estarán actuando y habrá pánico. Será un caos. Las tiendas estarán vacías. Los bancos estarán cerrados. Habrá malestar social. Y te quedarás atrapado en medio de una situación que podrías haber evitado si hubieras planeado con antelación.
Ahora debes ser muy cauto. La cautela es diferente al miedo. El miedo es una especie de reacción ciega, una especie de experiencia paralizante. Pero la precaución es observadora. Es objetiva. Está indagando. Estás mirando para ver lo que debes ver. Estás teniendo mucho cuidado con tus acciones, tus pensamientos y tus decisiones. Eso es ser cauteloso. Eso es lo apropiado aquí.
Tener miedo es dejar de ser observador. Es ser dominado por tu propia reacción. Es quedarte inmovilizado. Es retirarte y contraerte. Hay poca sabiduría en eso.
Pero si no estás preparado para un gran cambio, reaccionarás de esa manera. Quedarás paralizado de miedo. Estarás indignado. Estarás confundido. No tendrás ningún plan. No sabrás qué hacer. Culparás a otras personas. Actuarás desesperadamente. Seguirás a otras personas que están actuando desesperadamente. Pondrás tu vida en mayor riesgo y peligro.
Las Grandes Olas de cambio derrotarán a la humanidad o bien requerirán que la humanidad crezca y se vuelva madura, responsable y unida. La humanidad debe cooperar para enfrentar las Grandes Olas de cambio. No puede ser un grupo de tribus y culturas en guerra, de lo contrario las Grandes Olas simplemente destruirán lo que ha creado.
Este es un gran momento para la humanidad. Las Grandes Olas de cambio se han producido en gran medida por el abuso y el uso excesivo del mundo por parte de la humanidad, su uso imprudente de los recursos y su falta de preocupación por el futuro, la falta de conciencia del futuro y la falta de preparación para el futuro.
Es este comportamiento desesperado, irresponsable e imprudente el que ahora está metiendo a la humanidad en tantos problemas, y solo producirá mayores dificultades a medida que la humanidad avance.
Todo el mundo quiere crecimiento económico, pero la familia humana se enfrenta a un mundo en declive. Todos quieren tener tanta riqueza como ahora e incluso más, pero la humanidad está bebiendo de un pozo menguante.
Aquí, lo que tú quieres y hacia dónde se dirige el mundo pueden ser cosas muy diferentes. Lo que tú esperas y lo que se avecina en el horizonte pueden ser cosas muy diferentes.
No subestimes el poder de la naturaleza y las consecuencias de alterarla. Todos han tenido su parte en esto, y todos tendrán que aportar destreza, capacidad y la voluntad de unirse y cooperar para enfrentar las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo.
El Conocimiento te enseñará qué hacer paso a paso, pero debes emprender una evaluación real y profunda de tu vida y de tus circunstancias actuales.
¿Cómo de sostenible es tu trabajo? ¿Y tu casa? ¿Y tu forma de transporte? ¿De dónde obtienes tus alimentos y tu energía? ¿Cuáles son los recursos de tu comunidad? ¿Cómo irás al trabajo si no hay petróleo disponible? ¿Cómo lidiarás con la escasez de alimentos y el continuo incremento de los precios de todo?
Tienes que pensar en el futuro ahora. Se necesita coraje. Es inquietante, e incluso podría resultar aterrador al principio. Pero si mantienes tu atención en esto, ganarás una mayor objetividad y las olas del miedo se pasarán. Y aprenderás a ser cauto y observador, cuidadoso en lo que haces.
Pero debes comenzar con una gran evaluación de dónde y cómo vives, de cómo viajas, de cómo usas los recursos, de la fuerza de tus relaciones. Las personas que te rodean, ¿tienen alguna idea de lo que se avecina en el horizonte? ¿O están jugando tontamente en la arena de la playa, o llevando a cabo sus propios objetivos sin darse cuenta del gran cambio en su entorno?
Esta evaluación llevará tiempo, porque requiere muchas cosas; y requerirá cambiar muchas cosas y reorientar, quizá completamente, el curso de tu vida.
Pero el problema es el tiempo. El tiempo apremia. No tienes mucho tiempo para prepararte para las Grandes Olas de cambio. Cada mes y cada año son ahora muy significativos.
Si vives en el lugar equivocado, si estás mal posicionado, llegará un momento en el que no podrás hacer nada al respecto, excepto sufrir una gran pérdida. Pensaste que el futuro sería como el pasado, invertiste de esa forma, bajo esa suposición, y ahora te encuentras en peligro.
Este es el desafío de la vida. Siempre ha sido el desafío de la vida, pero ahora el desafío es mucho mayor.
Las personas de las naciones ricas han perdido el contacto con la naturaleza. Han perdido su capacidad de usar el discernimiento, ser cautas y ser conscientes. Se han vuelto complacientes y seguras de sí mismas, viviendo con la suposición de que su riqueza continuará, sus privilegios serán respaldados y su entorno continuará satisfaciendo sin cesar sus deseos y necesidades.
Mientras, las personas más pobres enfrentan la realidad cada día: el problema de los recursos, el problema de la seguridad, el problema de protegerse a sí mismas y a sus familias, el problema de adquirir suficientes alimentos, agua y medicinas. Estas personas son mucho más sabias que las personas más ricas. Ellas están más cerca de la realidad, y ahora la realidad se reafirmará en todas partes, incluso en las naciones ricas.
Nadie escapará de las Grandes Olas de cambio. Y cuanto más rico seas más tendrás que perder, y más preocupado estarás por proteger lo que tienes, y mayor será tu vulnerabilidad frente a un mundo de personas necesitadas.
Este es un problema que derrotará a la humanidad o bien la unirá y la elevará. La decisión no es solo de los gobiernos o las grandes instituciones: es de cada persona. Cada persona debe elegir si disputará, competirá y luchará o si, por el contrario, encontrará formas para sostenerse a sí misma en concierto con otras.
Es una decisión fundamental ante circunstancias graves. Es la vida. Puedes pensar que esto es desastroso, pero realmente estás regresando a una vida más auténtica, enraizada y genuina.
En lugar de entretenerte con tus pequeños juguetes tecnológicos, en lugar de perderte en tus romances y tus aficiones, tienes que volver a la vida, permanecer en el filo de la vida con todas sus incertidumbres, oportunidades y peligros. No creas que todo saldrá apropiadamente, porque todo saldrá, pero será un desastre para mucha gente.
Tienes tiempo para reconsiderar tu vida, para ganar aquí un mayor grado de sabiduría y discernimiento, pero no tienes mucho tiempo.
Es por eso que es tan importante este Mensaje. Es por eso que es tan importante la realidad del Conocimiento. Es por eso que es tan importante mirar hacia el futuro con ojos despejados. Es por eso que es tan importante hacer planes y preparativos y discernir cómo vas a poder cuidar a otras personas.
Habrá personas más allá de tu familia a las que podrías tener que cuidar: ancianos, niños sin padres, personas discapacitadas o simplemente personas que se derrumbarán ante las Grandes Olas de cambio. Puede que tengas que cuidar de algunas de estas personas hasta cierto punto. ¿Cómo lo harás y con qué?
Estas son cosas en las que deberías estar pensando ahora, antes de que las tormentas surjan en abundancia. Debes estar construyendo tu arca antes de que lleguen las lluvias y no esperar hasta el último momento, cuando ya no habrá nada que usar para construir un arca.
Es por eso que hay un Nuevo Mensaje de Dios en el mundo, pues la humanidad no está preparada para las consecuencias de sus propias acciones en el mundo —su falta de preparación, su falta de sabiduría, su falta de responsabilidad y respuesta ante sus actos—, cuyos resultados son ahora crecientes y seguirán aumentando, sin descanso, a medida que la humanidad avance.
Dios ama a la humanidad y no quiere ver a la civilización humana fracasar y derrumbarse —una civilización humana que ha tardado tanto en construirse, y que tiene una promesa tan grande y tan grandes cualidades—. Dios no quiere ver a la humanidad caer presa de fuerzas de más allá del mundo, que están aquí para aprovecharse de una humanidad débil y dividida.
Por eso hay un Nuevo Mensaje de Dios en el mundo. Y por eso está aquí para advertir a la humanidad sobre las Grandes Olas de cambio. Está aquí para proporcionar los Pasos al Conocimiento y la preparación que se necesitará: la preparación dentro de cada persona sobre cómo se relaciona consigo misma, con otras personas y con el propio mundo.
Esto requerirá mucha fuerza y coraje. Pero tu vida está en riesgo, así que debe existir suficiente motivación para que tengas esta fuerza y coraje.
Y debes ser muy compasivo, porque las personas que te rodean estarán cada vez más angustiadas y confusas. Se involucrarán en comportamientos autodestructivos, actuarán tontamente y estarán delirando. Debes tener gran compasión, porque la humanidad en conjunto no está preparada para las Grandes Olas de cambio. No está preparada para la Intervención que está teniendo lugar en el mundo por parte de razas de más allá del planeta. No está preparada para la vida, para las eventualidades.
Debes ver la verdad de lo que se avecina, y debes tener la fuerza, el poder y la motivación para actuar de manera apropiada, sabia y cuidadosa, usando la sabiduría de los demás para ayudarte, usando los recursos de tu comunidad, tendiendo la mano a otras personas.
Porque no se trata de almacenar alimentos para el futuro. Eso solo funcionará muy temporalmente. Te enfrentas a un conjunto de circunstancias muy prolongadas. Tienes que reiniciar tu vida, reposicionarte.
Es por eso que las Grandes Olas de cambio, aunque calamitosas y extremadamente peligrosas, también pueden ser redentoras. Ellas requieren una mayor honestidad, una mayor capacidad y una mayor responsabilidad en las personas. Esto es redentor, porque has venido al mundo para servirlo. Si ese servicio no se activa, si no se reconoce y se expresa, entonces estás fallando en tu misión fundamental en la vida.
E incluso si eres rico y vives en esplendor, te sentirás incómodo, inquieto y ansioso porque no estás realizando tu mayor actividad en el mundo. No estás satisfaciendo la necesidad del alma. No estás encontrando ni expresando el propósito superior por el que estás aquí.
Una vez que superas el miedo y la ansiedad, comienzas a ver que las Grandes Olas de cambio están conectadas con quién eres y tu razón para estar aquí. Y este es un descubrimiento muy importante. Representa un verdadero cambio en la forma en que verás y comprenderás la grandeza de tu época y el poder que Dios ha puesto dentro de ti para enfrentarla, servirla y vivir de manera significativa en ella.