Texto original: The Goal and Purpose of Revelation
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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.
Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.
En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.
“Si no sabéis de la gran necesidad de la humanidad, ¿cómo podéis entonces reconocer la necesidad de que Dios hable de nuevo? ¿Y quién puede decir que Dios no puede hablar de nuevo?”
La humanidad está entrando en una peligrosa fase en su desarrollo, una fase en la que agotará los recursos del mundo en muchos sentidos, causando una contracción económica y en algunos lugares un completo colapso.
La humanidad ha saqueado la Tierra tan a fondo que esta no puede sostener una población tan grande como la que ha sostenido en el pasado, y tendrán que tomarse grandes medidas para reorganizar la civilización y terminar la guerra y el conflicto, de modo que la civilización pueda construir una nueva base en un mundo degradado y mermado.
La gente no ve esto, por supuesto. Piensa que la Tierra es ilimitada, que proveerá eternamente para sus caprichosos deseos —su deseo de riqueza, crecimiento y expansión—. Pero desafortunadamente la Tierra tiene límites, como los tenéis cada uno de vosotros, y esos límites están alcanzándose ahora en muchos sentidos.
La humanidad se encuentra en un gran momento decisivo, en el que tendrá que decidir en un número infinito de decisiones si perseguirá un curso de crecimiento y expansión y de competición y conflicto con otras naciones —respecto a quién tendrá acceso a los restantes recursos del mundo—, o si la humanidad reconocerá su grave condición colectiva, su destino compartido, y comenzará a trabajar para construir una mayor seguridad para la comunidad mundial en conjunto, y no solo una mayor seguridad para la nación, la tribu o el grupo propio.
Este es el gran test que todas las razas emergentes en el universo deben afrontar y pasar, porque todas ellas mermarán los recursos de su mundo, algo que plantea una tremenda serie de problemas de adaptación, cooperación y mayor unidad.
La humanidad ha alcanzado este gran umbral. También ha llegado al gran umbral en el que tendrá que enfrentar fuerzas invasivas del universo, que están aquí para aprovecharse de la situación, para presentarse como seres benignos, iluminados y todopoderosos —cualidades que pueden seducir fácilmente a una humanidad debilitada y más desesperada.
Estas persuasiones ya se están usando sobre los líderes de la religión, de las naciones y del comercio. ¿Quiénes entre ellos pueden ver el engaño? ¿Quiénes entre ellos son suficientemente fuertes en el Conocimiento que Dios les ha dado para poder reconocer el engaño? ¿Quién entre vosotros puede reconocer el engaño?
Es todo parte del gran umbral al que la humanidad justo ahora está comenzando a entrar, un umbral que levantará grupo contra grupo y naciones contra naciones. La competición se volverá ahora muy conflictiva. Las naciones rivalizarán sobre quién tendrá acceso a los recursos importantes, a medida que estos disminuyan en sus propios territorios. Será una situación que requerirá gran contención y el reconocimiento de que ninguna nación puede caer ahora sin causar inmensas consecuencias al mundo entero.
Las economías están bajo tensión. Los gobiernos están quedándose sin recursos. Es una situación de cambio a una escala nunca vista antes en este mundo, aunque se ha repetido incontables veces en el universo a vuestro alrededor para razas muy diferentes de vosotros, pero que no obstante se encontraron en un gran apuro, en una gran serie de dilemas. Y ellas también se encontraron enfrentando la intervención del universo a su alrededor, que muy a menudo ocurre en un umbral como este. Se trata de una gran oportunidad para que grupos pequeños y otras naciones ganen acceso a los recursos del mundo y a su valor sin usar la fuerza ni las armas.
La humanidad está asentada en un planeta que otros valoran. Ella desconoce su vulnerabilidad en este aspecto. Es insensata e irresponsable en su uso del mundo, por tanto ahora debe enfrentar el gran cambio que ha causado en las aguas, en la energía, en el medioambiente, en el paisaje y en la producción de alimentos del mundo —en todos los elementos esenciales que hacen la vida aquí posible y sustentable.
El Señor de todo el universo reconoce este gran umbral, y ha enviado al mundo un Nuevo Mensaje para preparar a la humanidad para la experiencia de un nuevo mundo y para prepararla para la Comunidad Mayor, porque la humanidad no sabe nada de esta última.
El objetivo de la Revelación de Dios es asistir a la humanidad en su pasaje por este periodo de transición tan difícil, en el que la tentación del conflicto, la guerra, el agravio, la queja y la disolución económica es muy, muy grande.
El objetivo de la Revelación es dirigir a la humanidad a través este pasaje difícil, grande y oscuro, de tal manera que la humanidad pueda construir una nueva base para la civilización humana y comience a prepararse y a ganar la sabiduría necesaria para tratar con un universo lleno de vida inteligente —un universo que no es humano, un universo competitivo, un universo sobre el que la humanidad no sabe nada.
Dios ha enviado también una Revelación sobre la vida y la espiritualidad en el universo, y ha proporcionado los Pasos al Conocimiento, para que cada persona tenga la oportunidad de desarrollar la fortaleza mayor que Dios ha dado a cada persona —para guiarla, protegerla y conducirla a una mayor vida de servicio y realización en el mundo.
Para aquellos que no reconocen el gran apuro y la gran necesidad de la humanidad, la Revelación de Dios será desconcertante. Ellos no comprenderán. Pensarán que es como el pasado, o la desecharán por completo. Pensarán que es un comentario de otras religiones, o una rebelión contra otras religiones. Podrían verla como una competición con otras religiones. Pero como veis no es nada de esto. Está aquí para preparar a la humanidad para una nueva realidad en el mundo y para la nueva realidad de vivir en una Comunidad Mayor de vida, siendo ambas cosas los mayores umbrales que la familia humana ha encarado hasta ahora y quizá los mayores que encarará en toda su evolución.
Las Revelaciones del pasado no pueden preparar a la humanidad para esto, porque se dieron en el mundo antiguo y aquel mundo no enfrentaba estas grandes calamidades. Se dieron para ayudar a construir la civilización humana y para proveer —a la gente de diferentes naciones, culturas y eras— una oportunidad de acceder al poder y la presencia del Conocimiento dentro del individuo, el cual es el lugar donde la gente puede conectar con Dios y puede responder a la Voluntad de Dios. Pero esta oportunidad en las Revelaciones pasadas ha sido eclipsada por las leyes, el control y la dominación de organizaciones, gobiernos e individuos ambiciosos.
El Señor del universo se da cuenta de que esta es la primera vez que una Revelación se da una comunidad global, una comunidad global con comercio y comunicaciones globales.
Esta es la primera vez que la humanidad podrá escuchar la Voz de la Revelación, una Voz como la que habló a Jesús, a Buda y a Mahoma.
Es muy difícil traer un Nuevo Mensaje de Dios al mundo, y un Mensajero ha sido enviado con este propósito —un hombre con verdadero carácter, un hombre sin posición en el mundo, un hombre que puede traer, expresar y demostrar la gracia, la compasión y el poder de la Revelación.
Si no sabéis de la gran necesidad de la humanidad, ¿cómo podéis entonces reconocer la necesidad de que Dios hable de nuevo? ¿Y quién puede decir que Dios no puede hablar de nuevo? Incluso los grandes santos y profetas no pueden decirlo. Incluso los textos sagrados no pueden decirlo. Incluso la Hueste Angélica no puede decirlo. Por tanto, no seáis ignorantes y arrogantes haciendo estas afirmaciones o adoptando tales suposiciones, porque no sabéis lo que Dios hará a continuación.
De hecho, Dios ha hablado de nuevo en un momento de gran necesidad, prueba y dificultad para la familia humana. Porque todo en la civilización humana está en peligro; todo lo que es bueno para el mundo, todo lo que se ha establecido para el beneficio de la humanidad está ahora en peligro. El futuro y el bienestar de todos los pueblos y naciones están ahora en peligro.
Las religiones del mundo están internamente fracturadas y disputan entre sí. Ellas no pueden preparar a la humanidad para un nuevo mundo, y ciertamente no pueden preparar a la humanidad para su futuro y su destino como raza libre en el universo, un universo donde la libertad es infrecuente y debe ganarse y sostenerse con gran cuidado y vigilancia.
El objetivo de la Revelación es dar a la humanidad esta gran oportunidad en su hora de mayor dificultad, desafío e incertidumbre —la cual será algo mayor que incluso los conflictos y las guerras mundiales; mayor que cualquier cosa que la humanidad haya encarado antes—. No esperéis a que la cresta de la ola se eleve y el umbral se haga demasiado abrumador para empezar a prepararos, o de lo contrario será demasiado tarde y seréis barridos, barridos en un mar de cambio que no anticipasteis y para el que no estabais preparados.
El Señor del universo ama a la humanidad y ha enviado la advertencia, la bendición y la preparación. Está aquí. Y vosotros podéis ver esto porque el Conocimiento vive en vosotros. El Conocimiento en lo profundo dentro de vosotros, más allá del dominio y el alcance del intelecto, responderá a esto de manera natural. Pero si el Conocimiento os es desconocido, si sois unos extraños para vosotros mismos y para vuestra naturaleza más profunda, entonces podéis tener dificultades para reconocer la profunda necesidad y la respuesta y la resolución de Dios a esa necesidad.
Este es un momento de gran prueba para la humanidad. Las decisiones que se tomen en las próximas dos décadas determinarán el tipo viaje que la familia humana tendrá que tomar en el futuro. ¿Será un viaje de desesperación, guerra y conflicto, enfrentando una influencia cada vez mayor de la Comunidad Mayor a vuestro alrededor —intentando dividir y tomar a la humanidad sin usar la fuerza, usando los poderes de la persuasión, el incitamiento y el desaliento, los cuales se han cultivado en un grado muy superior a lo que se ha logrado aquí en el mundo?
La gente puede decir: “Bueno, si todo esto es cierto, entonces no tenemos ninguna esperanza. No hay promesa para nosotros. No podemos superar estas cosas”. Pero sí que podéis, y debéis, porque el poder del Conocimiento está dentro de vosotros, y este no puede ser doblegado por la subversión, la manipulación o las manifestaciones del mal. El Conocimiento no teme al mundo. No está gobernado por el mundo. Representa la parte de vosotros que nunca ha dejado a Dios, y esa es la clave para el éxito de la humanidad.
Incluso más allá de los más heroicos esfuerzos y grandes logros, será el poder del Conocimiento lo que retendrá a la humanidad de embarcarse en la guerra y la autodestrucción. Será el Conocimiento lo que dará la señal a aquellos que harán una gran contribución al mundo. Será el Conocimiento lo que dará a la gente la fuerza, el coraje y la determinación para navegar las grandes tormentas que vendrán. Será el Conocimiento lo que alentará la cooperación y la unidad ante circunstancias difíciles y agravantes. Será el poder invisible e inefable del Conocimiento dentro del individuo lo que permitirá salir adelante a la humanidad y construirá un futuro distinto del pasado, construido ahora sobre una sabiduría que antes no existía, construido con un consenso que antes no existía, construido por necesidad y no desde la teoría o la preferencia, construido porque debe construirse, o de lo contrario la humanidad perderá el control de este mundo y de sí misma.
Nunca antes se ha dado un desafío como este a la familia humana, pero este desafío está ahora ante vosotros. Si podéis mirar con ojos claros y objetivos, veréis las señales de esto por todo el mundo. Veréis la ansiedad en los rostros de la gente. Escucharéis las quejas y la irritación nacidas del miedo y de la incertidumbre. Veréis cómo se quebrantan los establecimientos y las economías de la humanidad. Y veréis a los expertos luchando, incapaces de controlar o dirigir con éxito la situación.
Esta es vuestra gran llamada y vuestro gran momento en el mundo, pues vuestra llamada emergerá encarando una gran adversidad y necesidad. Si os estáis ocultando en el placer o en la fantasía, la grandeza dentro de vosotros no emergerá, y vuestra vida se degradará, incierta y trágica.
No caigáis presa de esto, porque estáis aquí por un propósito mayor. El Mensajero de Dios hablará de este propósito. Y la Revelación de Dios llamará a este propósito y os dará los Pasos al Conocimiento para que os preparéis para este propósito. Y ganaréis una nueva relación con el mundo. En vez de ser un lugar que os frustra y os decepciona, se vuelve el terreno perfecto para el aprendizaje, el entorno perfecto para la contribución y el sitio perfecto para estar con la consciencia del Conocimiento y el descubrimiento de vuestros mayores regalos y capacidades.
Dejad que los críticos sean críticos, pues ellos son ignorantes y no pueden responder. Dejad que la gente dé la espalda, porque está demasiado asustada o demasiado inconsciente para reconocer la gran necesidad y la respuesta que se ha dado. Dejad que otros ignoren lo que es esencial, pero dentro de vosotros no podéis ignorar estas cosas por más tiempo. Ignorarlas os ha pasado una gran factura en el pasado. Habéis fallado ya en muchos sentidos a la hora de ganar fuerza, coraje y el poder que Dios os ha dado. Habéis dado insensatamente vuestra vida, y como resultado os sentís enfadados, frustrados y aislados. Sed honestos, y veréis estas cosas dentro de vosotros. No pretendáis.
Estáis en el mundo para un mayor propósito. Si no estáis trabajando hacia este propósito, entonces vuestra vida se frustra, se confunde, se pierde —gobernada ahora por la voluntad y los deseos de otros, gobernada ahora por las circunstancias, gobernada ahora por cosas que sentís que están más allá de vuestro control.
El objetivo de la Revelación es dar a la gente este poder central y esencial, porque este no puede ser construido por unos pocos individuos inspirados. Debe tener la determinación de muchos. Debe tener el trabajo y la voluntad de muchos. No puede ser algo montado por los expertos o por grupos ocultos, o de lo contrario no habrá un resultado favorable.
Esta es una llamada para muchos, no para unos pocos, porque muchos deben construir el nuevo mundo y muchos deben reconstruir la civilización desde lo que ha existido antes.
Recibid por tanto la Revelación. Esta es la respuesta para vuestras vidas. Es una llamada para vuestras vidas. Es una preparación para vuestras vidas. Conoced o escuchad al Mensajero mientras todavía está en el mundo en sus años restantes en la Tierra. Será una gran bendición para vosotros si lo hacéis, pues él trae consigo la presencia y el poder, y su vida es una demostración del mayor éxito que os espera.
Observad el mundo sin juicio ni condena, y seréis capaces de ver las señales. Sentiréis, escucharéis y percibiréis cosas. No hagáis conclusiones; por el contrario, permitid que estas experiencias crezcan en vuestra consciencia, y tendréis toda una nueva experiencia del mundo. Si el Conocimiento está con vosotros y vosotros estáis con el Conocimiento, seréis capaces de ver estas cosas sin miedo ni aprensión, reconociendo que este es el mundo que habéis venido a servir y que es precisamente vuestro servicio al mundo lo que aquí será vuestro mayor logro y vuestra mayor satisfacción.
El objetivo de la Revelación es restaurar el poder, la dignidad y el propósito en las vidas de la gente; es aportar el marco en el que puedan existir verdaderas relaciones y grandes matrimonios. La Revelación llamará a la humanidad a un mayor entorno de vida, a preparase para la Comunidad Mayor y a economizar los recursos del mundo, de modo que estos perduren en el futuro y el mundo pueda seguir manteniendo la civilización humana de una manera mucho mejor que nunca antes.
Esta es Nuestra bendición para el mundo. Este es Nuestro regalo al mundo —de Nosotros que hablamos como uno solo, de Nosotros que velamos sobre el mundo, de Nosotros que guiamos al mundo, de Nosotros que recibimos la Revelación para el mundo—. Vosotros no sabréis nuestros nombres, porque eso no tiene importancia. Lo que importa es si podéis escuchar, sentir y ver la Revelación, responder a su gran llamada y despertar de vuestro sueño de realización y decepción que tanto os preocupa en este momento.
Sentid el movimiento hacia algo mayor dentro vosotros, pues todavía no estáis viviendo la vida que habéis de vivir, y ahora estáis siendo llamados a esa vida, en el momento de mayor necesidad y consecuencia en el mundo.
Permaneced con la verdad dentro de vosotros, la cual existe más allá de vuestras creencias, ideas y admoniciones. Seguid el misterioso camino, pues este os llevará más allá de vuestro pasado en la vida hacia un futuro mayor —un futuro de mayores relaciones, mayor significado y mayor propósito—. Es así como cumpliréis vuestro destino en el mundo, un destino que no puede reconocerse sin reconocer las necesidades y realidades del mundo a vuestro alrededor.
Que este poder y esta bendición os acompañen, pues el Conocimiento está con vosotros. Dios os ha dado ya todo lo que necesitaréis para hacer este mayor viaje en la vida. Ahora debéis adquirir la voluntad, la determinación y el coraje para llevarlo a cabo, lo cual restaurará en vosotros todas estas cualidades que han estado tan ausentes en el pasado.