Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 25 de junio de 2008
en Boulder, Colorado, Estados Unidos
Texto original: Escaping Fear, Confusion and Hopelessness
Escucha el audio original aquí (en inglés):
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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.
Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.
En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.
Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.
Si uno es realmente honesto consigo mismo, debe darse cuenta de que el mundo está cambiando y Grandes Olas de cambio están llegando al mundo. Este es más un sentimiento dentro de uno mismo: una sensación de aprensión y ansiedad; una sensación de que uno debe prepararse para algo, incluso si no sabe para qué específicamente.
Porque Grandes Olas de cambio están llegando al mundo: grandes cambios medioambientales, declive de los recursos, creciente inestabilidad económica y riesgo cada vez mayor de competencia, conflicto y guerra por los recursos restantes.
Tal vez hayas reconocido algunos o todos estos fenómenos. Quizá tengas dentro de ti un sentimiento más profundo de aprensión, preocupación e incertidumbre, una creciente incertidumbre sobre si las cosas realmente estarán bien. Existe una apariencia de normalidad, por supuesto, pero la sensación de cambio es omnipresente.
Si te detienes a preguntarte: “¿Cómo me siento realmente sobre la condición del mundo?”, o “¿Cómo me siento realmente acerca de la condición de mi país y el bienestar de las personas?”, tal vez evoques una respuesta diferente a la de simplemente tratar de asumir que todo estará bien, que el cambio en cuestión es solo una fluctuación o una interrupción menor, y que la vida volverá a la normalidad tan pronto como estos problemas pasen, como si fueran simples nubes cruzando sobre la tierra y solo necesitaras capear la tormenta, una tormenta difícil pero breve.
Sin embargo, lo que causa una profunda sensación de aprensión no es una interrupción breve o un inconveniente. Es algo mucho mayor y más profundo, cuyos impactos son de gran alcance. Esto es lo que origina una preocupación y una sensación de aprensión más profundos.
Aquí es importante no descartar estos sentimientos, pues son señales dentro de ti de que estás respondiendo a algo más grande en el mundo, incluso si no has reconocido completamente qué es lo que está generando esta respuesta dentro de ti. En este momento, el mundo te está dando señales, y el Conocimiento dentro de ti, la Inteligencia más profunda que Dios ha creado y puesto ahí para ti, también te está dando señales. Las señales no son simplemente formas de aliento o una afirmación o confirmación de tus ideas, creencias y expectativas. La mayoría de las veces son señales de advertencia, que te alertan de la presencia de peligro o te indican algún cambio en tu comprensión o en tus actividades.
Es como si tuvieras un sistema de alerta temprana dentro de ti, el cual te da señales y pistas de que debes prestar atención a algo, de que debes responder a algo, de que debes reconocer algo que previamente no habías reconocido. Este sistema de alerta temprana es de vital importancia para ti, y nunca debes interpretarlo simplemente como temor o negatividad por tu parte. Este es un aspecto de la Inteligencia mayor que Dios ha puesto dentro de ti para advertirte de la presencia de un peligro, o para alertarte de una necesidad, para que prestes atención a algo específico o a un conjunto de dificultades.
Observa la naturaleza. Los animales del campo siempre están mirando a su alrededor para evaluar su entorno, para ver si existe algún riesgo o peligro en él. ¿Por qué ellos muestran tanta cautela y tú no? La sabiduría te instruirá a estar siempre atento, alerta y presente a tu entorno.
Cada momento de cada día, las personas cometen errores críticos, tienen accidentes terribles o pasan por alto oportunidades importantes porque no prestan atención a su entorno. No prestan atención a sus inclinaciones más profundas, las cuales las alertan, las alientan o, en algunos casos, las retienen.
Por tanto, esta falta de atención es un problema crítico, y es la fuente de la mayoría de los fallos y errores que cometen las personas, incluso de errores catastróficos. No pienses que ser así de cuidadoso y observador implica actuar en un estado de miedo. Realmente, implica funcionar en un estado de sabiduría, ya que el hombre y la mujer sabios siempre tienen cuidado de discernir su entorno, de escuchar más profundamente los motivos e intenciones de otras personas, de verificar sus conclusiones y de tomar decisiones con mucha atención, buscando la verificación de otros en quienes confían.
Es este cuidado y precaución lo que representa la sabiduría. No es temor. Esta sabiduría nace del reconocimiento de que el mundo plantea muchos peligros y muchas oportunidades, y uno debe ser observador y estar presente para ver ambos. Ser imprudente y no estar atento implica ponerse en peligro, y también perder las señales y oportunidades críticas que la vida te está dando tan frecuentemente.
Por tanto, ser precavido y observador es realmente ser inteligente, y mostrar una falta de conciencia y precaución demuestra una falta de inteligencia. Porque, ¿qué es la inteligencia, sino la voluntad y la capacidad para aprender y adaptarse? La inteligencia real crea el deseo de aprender, de estar completamente comprometido con la vida, de ser vigilante, de discernir, de abstenerte de juicios o conclusiones prematuros, de prestar toda tu atención a las cosas que están frente a ti, de escuchar con atención a otras personas para discernir sus motivos e intenciones y la verdadera comunicación que están tratando de expresar a través de sus palabras y sus acciones. La inteligencia no es simplemente ser astuto o resolver problemas complejos; es la voluntad y la capacidad de aprender y adaptarse.
La vida es una realidad en constante cambio, que presenta tanto peligros como oportunidades. No estar completamente presente a eso es no estar presente a uno mismo; es estar funcionando de una manera en la que estás desconectado o distraído de esta involucración primaria con la vida. En esa situación no puedes aplicar tus mayores poderes mentales. No puedes usar la mayor Inteligencia del Conocimiento que Dios te ha proporcionado, y te perderás las señales del mundo e incluso del propio Conocimiento, el cual está guiándote, hablándote, instruyéndote, alentándote, haciéndote avanzar o reteniéndote, dependiendo de la situación en cuestión.
Por tanto, es esta falta de atención la que te impide obtener el beneficio completo de estar en el mundo y de utilizar esta gran Inteligencia del Conocimiento —de hecho, también de utilizar todas tus habilidades y todos tus niveles de sensibilidad—. Esto niega tu creatividad y tu capacidad para traer nuevas ideas, comprensiones y creaciones al mundo.
Porque si no puedes responder al mundo, entonces no responderás ni siquiera a tu propia creatividad. Es como si una niebla invadiera tu mente, o como si hubieras tendido una cortina entre tú y todos y todo lo demás. Y la única manera de no estar presente en el mundo es estar obsesionado con tus pensamientos y fantasías, o bien con los pensamientos y fantasías de otros.
Tu intelecto es una herramienta maravillosa, una herramienta de comunicación en el mundo, y ese es su propósito final. Pero la mente que no tiene este propósito, que no está guiada por el Espíritu o Conocimiento, se vuelve en sí misma una forma de obsesión, que te arrastra y te sumerge indefinidamente en el auto-debate, en la duda, en la proyección de tus propios deseos o en la pesadilla de tus miedos.
Es una gran herramienta que no está siendo utilizada correctamente, que no está siendo aplicada correctamente, que no tiene gobierno porque, en última instancia, es tu cuerpo el que debe servir a tu mente, y tu mente la que debe servir a tu Espíritu. Sin este servicio, el vehículo del cuerpo y el vehículo de la mente se vuelven imprudentes, problemáticos y dominantes —problemas dominantes.
Cuando estés en el mundo, debes prestar verdadera atención. No estés escuchando tu música cuando camines. Observa. Escucha. Profundiza y cultiva tu vista, tu oído, tu tacto. No te consumas en tus pensamientos, tus problemas, tus recuerdos o tu preocupación por el futuro.
Eso es estar presente. Eso es estar vivo. Eso es ser realmente inteligente. No necesitas tener una buena educación en el sentido habitual para ser inteligente, pero necesitas ser observador. Y necesitas aprender a obtener sabiduría de tu experiencia y de la experiencia de otros.
Eso es utilizar la presencia del Conocimiento, la cual ya existe dentro de ti, y eso es adquirir sabiduría mundana que representa la evolución de la inteligencia, tanto dentro de ti como individuo como para toda la humanidad.
Aunque las personas tienen puntos de vista particulares y llegan a conclusiones particulares, tanto el Conocimiento como la sabiduría tienen una resonancia universal sobre ellas. Las personas pueden estar en desacuerdo sobre cómo arreglar algo o cómo interpretar algo. Pueden estar en desacuerdo sobre sus ideas acerca de cuál es el comportamiento humano correcto, cómo deberían formarse los gobiernos o cómo debería emprenderse el comercio. Existe una gran variedad de opiniones aquí, una gran variedad de interpretaciones. Pero la sabiduría real es algo que las personas pueden compartir fácilmente entre sí, y la experiencia del Conocimiento es algo que une a las personas.
Porque no existe tu Conocimiento y mi Conocimiento. Puede existir tu interpretación del Conocimiento y mi interpretación, o el alcance de tu experiencia y el alcance de mi experiencia, pero el Conocimiento en sí es uno. Por eso, es un gran pacificador en el mundo. Por eso, es un medio a través del cual las personas se reconocen mutuamente, resuenan entre ellas y encuentran una acción significativa en su relación mutua.
¿Qué es el miedo? El miedo es un rechazo de la realidad. Es una proyección de la propia incapacidad de funcionar con éxito en la vida. Es el resultado de vivir sin la guía del Conocimiento y sin acumular suficiente sabiduría. Existe miedo en el momento de enfrentar un peligro real. Eso es normal.
Pero la mayor parte del miedo que consume a las personas es producto de su imaginación. Se están muriendo mil veces en su imaginación. Están imaginando todo tipo de posibilidades terribles, cosas que podrían pasarles a ellas o a otros, a sus seres queridos o al mundo entero. Están viviendo su propia pesadilla, pero es una pesadilla imaginaria.
Ese el resultado de estar desconectado de la vida y del Conocimiento más profundo que Dios ha colocado dentro de ti. Sin esta mayor certeza y sin esta mayor involucración con el mundo, ahora estás solo. Ahora te sientes vulnerable. Ahora te falta certeza. Ahora te sientes estresado, porque no sabes qué hacer y no has construido una base dentro de ti en la que puedas apoyarte, una base de autosuficiencia, una confianza en el Conocimiento en tu interior y, con ella, la capacidad para estar completamente involucrado en el mundo.
Las personas que tontean mucho, que no están atentas, que no prestan atención y se dejan llevar por sus propias corrientes de imaginación y preocupación, están mal preparadas para lidiar con las realidades del mundo y, ciertamente, están mal preparadas para lidiar con las Grandes Olas de cambio, o con la realidad de que la humanidad está ahora en contacto con razas inteligentes del universo.
Esta incapacidad, entonces, para estar presente, para aprender de la vida, para reconocer sus peligros y aprender de sus enseñanzas y oportunidades, representa una gran desventaja. Y en esta desventaja existen un temor y una aprensión interminables, pero no es la aprensión que proviene del Conocimiento, sino más bien una aprensión que proviene de la propia debilidad y de la falta de discernimiento, experiencia y confianza en uno mismo.
Si aún no has construido una base suficiente de fuerza dentro de ti mismo —la fuerza que representa tu conexión con el Conocimiento y la construcción de la sabiduría mundana dentro de ti, la fuerza creada a partir de tener relaciones significativas con otras personas—, entonces verás la vida con temor, y sentirás miedo porque todavía no eres capaz de lidiar con la realidad. Habiéndote entregado tanto a la fantasía, habiendo permitido que tu mente y tu imaginación sean capturadas por la imaginación de otros, tu verdadera capacidad para estar en el mundo y navegar sus condiciones siempre cambiantes no está desarrollada. Y sin habilidad, te sentirás impotente.
La única manera de evitar realmente el miedo y todas sus manifestaciones oscuras, es construir tu conexión con el Conocimiento y comenzar a reunir tu sabiduría mundana, distinguiéndola de tus creencias, tus deseos, tus temores, tu ideología política y religiosa, tus actitudes, tus prejuicios, etcétera. Esto implica un trabajo y un esfuerzo reales en tu propio beneficio, un verdadero trabajo interno para obtener un mayor control sobre tu mente y utilizarla para un propósito mayor, en lugar de simplemente ser esclavo de todas sus fantasías y pesadillas. Esto representa que uno asume el poder dentro de su propia vida, en lugar de flotar en un mar de suposiciones, a la deriva en su propia imaginación.
La imaginación en sí misma es muy valiosa si está guiada por el Conocimiento dentro de ti. Tu intelecto es tremendamente valioso si está guiado por el Conocimiento dentro de ti. Pero sin esta guía, estas cosas se descarrían. Están fuera de control y generan peligros y obsesión contigo mismo.
El mundo te está mostrando lo que viene en el horizonte. Te lo enseña a través de la demostración de todos los errores que las personas están cometiendo. Te lo enseña a través de la demostración de todas las formas en que las personas se involucran exitosamente con el mundo. Te lo enseña demostrando cómo es la contribución real al mundo y cómo puede ser experimentada. El mundo te está mostrando todas las formas de malinterpretación y error humanos.
Pero para obtener esta gran educación del mundo, debes mirar con ojos despejados. Debes mirar sin sacar conclusiones prematuras. Debes vivir con preguntas en lugar de buscar siempre respuestas. Debes estar presente en la vida en lugar de estar presente a tus propias ideas.
Asumir aquí un enfoque de principiante es muy útil, porque un principiante hace pocas suposiciones sobre su propio aprendizaje o sus logros, y está presente para aprender lo que es más valioso mediante la experiencia y la demostración, y para distinguir lo que es valioso de lo que no lo es.
Debido a que el miedo es el resultado de no estar presente en el mundo y de no experimentar tu propia conexión con el Conocimiento —la mente más profunda—, el antídoto para el miedo es estar presente en el mundo y tomar los Pasos al Conocimiento dentro de ti.
Cuanto más te acercas al Conocimiento, más objetivo puedes ser y menos te dejas llevar por las fantasías de la esperanza o las pesadillas de la desesperación. Has encontrado una manera de estar con el mundo que es clara, discerniente y compasiva. Eres capaz de mirar y ver, porque ya no tienes tanto miedo. Eres capaz de enfrentarte a ti mismo y a tus propios problemas, porque ya no tienes tanto miedo. Puedes mirar hacia el horizonte de la vida para ver lo que se avecina en el horizonte, porque ya no tienes tanto miedo. Eres capaz de encontrar la verdad dentro de ti y de distinguirla de todo lo que es falso, porque ya no tienes tanto miedo.
Es esta voluntad y capacidad para adaptarte y aprender lo que genera tal fuerza dentro de ti, lo que te aporta este tipo de objetividad y esta libertad frente a la imaginación temerosa y las seducciones de la fantasía. Es una claridad, pero es una claridad que te recompensa. Te libera de la duda. Te libera del auto-rechazo. Te permite mirar el mundo con ojos despejados para discernir su significado, su valor y sus dificultades.
De esta manera, podrás navegar no solo las circunstancias cambiantes de tu vida, sino también las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo, las cuales producirán cada vez mayores grados de inestabilidad e incertidumbre en todas las naciones del mundo, incluso en las naciones ricas. ¿Cómo sabrás qué hacer ante esto? ¿Cómo sabrás qué hacer cuando cambien las circunstancias, cuando tengas que tomar decisiones difíciles en el momento, cuando tengas que confiar en el Conocimiento dentro de ti, en vez de seguir simplemente los mandatos o las predicciones de las personas en posiciones de autoridad?
Debes asumir una mayor responsabilidad sobre tu vida. Esto es fundamental. Esto, entonces, proporciona el estímulo y el compromiso que necesitas para entrar plenamente en el momento, y para discernir tus ventajas y tus desventajas, la fortaleza de tus relaciones, la fortaleza de tu conexión con el Conocimiento, la idoneidad de tus propias circunstancias.
¿Estás en el lugar apropiado, con las personas adecuadas y haciendo lo correcto? ¿Tus relaciones te animan o te desaniman? ¿Te están acercando a la realidad o te están alejando? Porque no existen relaciones neutrales: te están ayudando o bien te están obstaculizando a la hora de encontrar y construir tu fuerza y cultivar tu sabiduría.
En un mundo que enfrenta las Grandes Olas de cambio, estas cosas se vuelven cada vez más importantes. Si estás sentado ociosamente al margen de la vida, preocupado por la televisión o las películas, viviendo en la imaginación de algún otro, desconectado de los acontecimientos del día, sin darte cuenta de los grandes cambios que se están produciendo en el mundo, entonces te estás poniendo en una posición de extrema impotencia y vulnerabilidad.
Como resultado de esta falta de conciencia y preparación, te sentirás muy asustado. Y a medida que las Grandes Olas se desarrollen, tu miedo aumentará. Te sentirás desesperanzado e indefenso, y serás propenso al pánico y a tomar decisiones muy malas, o a seguir a otros que estén tomando decisiones muy malas.
Dios ha puesto una mayor Inteligencia dentro de ti para guiarte y protegerte, pero debes ganar acceso a ella. Debes escucharla, aprender de ella y abstenerte de hacer suposiciones tranquilizadoras sobre la vida y sobre tu futuro.
No pienses que todo saldrá bien. Todo resultará de algún modo, pero no necesariamente bien. No pienses que Dios cuidará de las cosas del mundo, porque Dios te ha enviado a ti para cuidar de las cosas del mundo. No pienses que todo sucede con un buen propósito, porque las cosas simplemente ocurren, aunque pueden usarse para un buen propósito. No pienses que estás en el momento apropiado, en el lugar correcto y con las personas adecuadas, pues esa es una suposición falsa. Puede que estés en el lugar erróneo, con las personas equivocadas y haciendo lo incorrecto, y eso es realmente muy común para las personas que te rodean. No pienses que todo miedo es malo, porque existe el miedo que nace de la precaución, del reconocimiento de un peligro real, y que requiere una respuesta seria y sabia.
Aprende sobre las Grandes Olas de cambio y mira el mundo con toda la objetividad y el coraje que puedas reunir. Obtén con el tiempo la fuerza para hacerlo: mira todos los días, contempla todos los días; mira qué cambios debes hacer en tu vida y tus circunstancias; evita la complacencia y la ambivalencia, esas dos dolencias que atormentan a la mente humana. Evita asumir tu derrota o tu éxito, y aventúrate en la vida sin estas falsas garantías o promesas. Enfrenta la dificultad con el poder del Conocimiento dentro de ti. Y sirve a los demás, no porque el resultado esté garantizado o asegurado, sino porque el servicio es necesario y es correcto que tú lo brindes.
El miedo es fácil. Es fácil sentir temor y caer en el pozo del miedo o la desesperación. Es fácil sentirse impotente y sin esperanza. Esa es una respuesta perezosa a la vida y a las circunstancias de uno mismo. Es más difícil enfrentar los desafíos y las dificultades en el camino de la vida, examinar todo lo que debe ser examinado, arreglar o reparar las cosas que deben ser solucionadas o reparadas, enfrentar tu debilidad y saber que debes fortalecerte. No cedas ante el camino oscuro de la conformidad, la presunción, la desesperanza o el desaliento.
Frente a las Grandes Olas de cambio y, de hecho, frente a la Intervención de razas de más allá del mundo, las personas se asustarán enormemente y caerán en la desesperación. Lo harán de manera automática, porque no tienen una base para enfrentar la vida con fuerza y objetividad.
En lugar de enfrentar la situación y preguntarse: “¿Qué debo hacer?”, y luego considerar lo que deben hacer, simplemente se desmoronarán. O su esperanza se evaporará como si fuera un fantasma. Caerán desde la seguridad en sí mismas al pozo de la desesperación, como si estuvieran cayendo de un edificio. No tienen la fuerza, la base en su interior o la conexión con el Conocimiento para enfrentar una situación imprevista, un acontecimiento inesperado. Entrarán en la negación y darán la espalda, no porque estén enfrentando algo que es irreal, sino porque no tienen la fuerza para enfrentarlo. Ellas no pueden manejarlo. No pueden manejarlo porque no tienen la fuerza, no tienen la base y no tienen la conexión con el Conocimiento.
En ausencia de estas cosas, solo existe la esperanza y el temor. Y la esperanza es derrotada fácilmente. Y el miedo se adopta fácilmente. Es como si no tuvieras nada en lo que apoyarte en la vida, excepto las suposiciones y creencias; y cuando esas suposiciones son amenazadas o se demuestra que son falsas, es como si te cayeras del cielo. Lo que antes te estaba sosteniendo se ha desinflado, y ahora te estás cayendo del cielo, cayendo en la desesperación, la confusión y el pánico.
Al enfrentar las Grandes Olas de Cambio, verás esto en las personas —esta incapacidad para enfrentar la situación y estar con el problema, esta demanda de soluciones simples, la exigencia de que algún otro se encargue del problema por ellas—. Tú verás esto. Puedes verlo incluso ahora.
Los recursos fundamentales del mundo están disminuyendo. Por eso está aumentando el costo de todo, pero ¿quién puede enfrentar esto y ver cuál es la causa real? Ni siquiera los expertos pueden hacerlo. Ellos están tan gobernados por la esperanza y la ambición que no pueden ver la realidad. La vida les está diciendo lo que significa, pero ellos no pueden verlo ni oírlo. Es como si estuvieran ciegos.
La educación académica no parece marcar ninguna diferencia en esto. Los cultos no parecen tener mucha más visión que los incultos. Simplemente interpretan las cosas de maneras más complejas.
O ves las señales del mundo, o no las ves. Pero para verlas, debes mirar y mantenerte mirando. Si no miras, no verás. Si no ves, no sabrás. Si no sabes, no tendrás idea de dónde te encuentras en la vida ni de qué está sucediendo. Y no tendrás la fuerza para lidiar con las circunstancias cambiantes que seguramente ocurrirán.
Puedes especular sobre la vida y el cambio. Puedes darle una perspectiva espiritual y pensar que todo se rige por un gran plan, pero eso no significa nada si solo oculta el hecho de que no tienes la fuerza para enfrentar la realidad de tu vida, ni para reconocer las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo, ni tampoco para prepararte.
Tus ideas espirituales no significan nada si no has construido una base en el Conocimiento y el coraje para enfrentar cosas y problemas que no pueden resolverse fácilmente. Algunos problemas ni siquiera tienen respuestas. Los grandes problemas no tienen soluciones simples. Debes vivir con el problema y trabajar con él para encontrar formas de resolverlo o de eliminar sus peligros. Las personas que desean soluciones simples las quieren porque no son lo suficientemente fuertes para enfrentar la situación.
Por tanto, el miedo es producto de la falta de preparación propia, así como el resultado de no usar la inteligencia, de no obtener sabiduría mundana. Esto es diferente de estar preocupado. La preocupación implica reconocer riesgos y dificultades. El miedo es estar indefenso, desesperanzado y abrumado. Es la diferencia entre alguien que abandona un barco que se hunde y otro que simplemente está como congelado, sin saber qué hacer.
Es importante considerar el miedo de esta manera —el miedo que nace de la falta de fuerza y preparación, de la ausencia de una base real de sabiduría y fortaleza; el miedo que nace de la ausencia de Conocimiento en la conciencia de uno mismo; el miedo que es el producto, el producto inevitable, de alguien que vive sobre un conjunto de suposiciones y creencias nunca cuestionadas.
Dios te ha dado una Inteligencia mayor para navegar los tiempos difíciles e inciertos que se avecinan, pero si no has obtenido acceso a esta Inteligencia y no la has aplicado en tu vida, ¿cómo puede servirte? Sin esta certeza más profunda, solo tus suposiciones y creencias podrán darte una sensación de estabilidad y seguridad. ¿Y qué son las suposiciones y creencias, sino únicamente ideas en la mente? Puede que no tengan nada que ver con la realidad en absoluto.
La gran mayoría de los errores y tragedias que enfrentan las personas son el resultado de no prestar atención, de no estar presentes en la situación, de no verificar algo con el Conocimiento antes de tomar una gran decisión, de no prestar atención a las señales de advertencia, de no ver el poder y la gracia del Conocimiento trabajando a su favor.
El miedo ocupa el vacío, un vacío resultante de que uno no haya construido suficientemente la base. En vez de una base, allí no existe nada; y dentro de ese espacio, el miedo, la ansiedad, la aprensión y la duda comienzan a llenar el ambiente. Donde la realidad no existe, la imaginación toma el control, una imaginación que no tiene orientación ni verdadero enfoque.
Aquí las personas fantasean, sueñan y especulan, pero en realidad no saben dónde se encuentran en la vida ni saben lo que están haciendo. No están preparadas para lo que se avecina en el horizonte, lo cual podrían discernir si estuvieran mirando, si prestaran atención y mantuvieran dicha atención.
Fuiste enviado al mundo para servir a un mundo en transición, un mundo que enfrentará las Grandes Olas de cambio, un mundo que enfrentará el tremendo umbral de interactuar con la vida inteligente de más allá del mundo. Enfrentarás un mundo de recursos en declive, de inestabilidad económica, de discordia política y social. Fuiste enviado al mundo para enfrentar estas cosas y para brindar un servicio a una humanidad en dificultades. Pero ¿es esta tu experiencia de quién eres y de por qué estás aquí? Y ¿tienes realmente la fuerza y la capacidad para hacer estas cosas?
Si no las tienes, si tras un análisis honesto comprendes que no tienes esta fuerza ni esta conciencia, entonces puedes ver en qué te debes concentrar: en comenzar a desarrollar esta fuerza; en educarte; en aprender sobre las Grandes Olas de cambio; en tomar los Pasos al Conocimiento; en moderar tu vida para poder estar presente en ella, de manera que pueda ser de gran beneficio para ti; en dejar a un lado todas esas formas de evasión y escape personal, apagar el televisor y dejar de leer cosas tontas que no tienen sentido, de manera que puedas comenzar a focalizarte en desarrollar una sabiduría y una conciencia de lo que está sucediendo en tu mundo, y puedas tomarte tiempo para discernir, aclarar y anotar tus fortalezas y debilidades con el fin de saber cuáles son.
¿Dónde están tus puntos ciegos? ¿Dónde tiendes a ser necio? ¿Dónde tiendes a creer en otras personas, sin realmente cuestionar el valor o el significado de lo que te están diciendo? ¿Cuál es el estado de tu salud personal? ¿Cuál es el estado de tu situación económica? ¿Estás en condiciones de enfrentar un gran cambio, o eres extremadamente vulnerable? ¿Dónde están tus fortalezas y debilidades, tus ventajas y desventajas? Todas estas cosas se vuelven ahora una prioridad, y todas son un antídoto contra el miedo y la imaginación negativa.
Si no has construido tu base, ahora es el momento de empezar. Hacer algo realmente importante para ti te aportará un creciente sentido de confianza en ti mismo. Tomar medidas —no solo ser consciente de algo, sino tomar medidas al respecto— es lo que te dará una sensación de confianza y de movimiento en tu vida. Necesitas esa confianza y ese movimiento. Necesitas ver que realmente puedes hacer algo. Aunque parezca insignificante, puedes hacer algo, y estás haciendo algo, y estás manteniendo tus ojos fijos en aquello para lo que debes prepararte. Estás evitando todas las tendencias dentro de ti que quieren que te rindas, que escapes o que vayas hacia la negación y la evasión. Esto está llenando tu vida de fuerza y seguridad, creando muy poco espacio para que surja el miedo.
No te preocupes por lo que hagan otras personas. Se trata de lo que tú debes hacer. Aprende de aquellos que están haciendo más que tú, pero no esperes un consenso, porque el consenso no será un consenso de sabiduría. No sigas a los débiles. No te identifiques con los débiles. Y no condenes a los débiles. En cambio, construye tu fuerza. Construye tu base en el Conocimiento. Pon en orden tu vida y no te detengas. Y en vez de miedo, comenzarás a sentir el Poder de Dios trabajando en ti y a través de ti. Y por muy difíciles que puedan parecer las circunstancias a tu alrededor, podrás llevar esta fuerza contigo.
Este es tu regalo para el mundo, el mundo al que has venido a servir. Requiere que seas fuerte y capaz, consciente y observador. Requiere que evites la fantasía, la negación, la impotencia y la desesperanza, porque estás aquí para servir al mundo. Y aquellos que te enviaron al mundo son tu fortaleza y tu recordatorio de que estás aquí con un propósito mayor.