Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 24 de mayo de 2014
en Boulder, Colorado, Estados Unidos
Texto original: The Deep Union with God
Escucha el audio original aquí (en inglés):
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Más información sobre este texto
Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.
Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.
En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.
Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.
La realidad de Dios y su Plan para el universo sobrepasan tu capacidad y comprensión intelectual, pero la oportunidad de experimentar la unión profunda con Dios está siempre presente en tu interior.
Esta es la experiencia de una relación profunda, la relación más profunda que puedes tener y tendrás. Es una relación que ya posees, porque aunque tu alma deambula por esta realidad física, viviendo en un estado separado de conciencia, la parte más profunda de ti nunca dejó a Dios. Esa profunda unión con Dios todavía vive en tu interior, esperando a ser descubierta, experimentada y cumplida.
Tener una comprensión intelectual de Dios siempre será muy insuficiente e inadecuado. Aunque las personas pueden basar sus creencias, ideas y admoniciones en dicha comprensión, ello indica que no están experimentando la unión profunda, y que están tratando de confiar en que las facultades de su intelecto les digan qué es realmente la realidad.
Cuando Nosotros hablamos de Dios, estamos hablando del Dios del universo entero y todas sus dimensiones, con innumerables razas de seres e innumerables religiones, todas diferentes en forma y orientación. Estamos hablando de un Dios de un universo no humano donde la libertad es rara.
Por tanto, nunca pienses que el ser humano fue creado a semejanza de Dios, porque Dios no tiene semejanza, estando siempre presente e impregnándolo todo. Porque aunque vivas en Separación y estés recorriendo la vida en este mundo, sigues siendo parte de la Creación, la cual nunca cambia y es para siempre, sin principio ni fin.
Tales cosas están claramente más allá de la imaginación y la capacidad del intelecto para comprenderlas. No puedes crear imágenes al respecto, porque no hay imagen que sea eterna. No podrás realmente crear conceptos adecuados, porque los conceptos no son eternos y estás tratando con algo que sí lo es. La imaginación solo puede considerar cosas en el tiempo, en la realidad física. Es por eso que no puede concebir la paz. No puede concebir la verdadera ecuanimidad. No puede concebir la verdadera felicidad. No puede concebir una relación pura. Porque estas cosas son eternas.
Por tanto, tu intelecto está diseñado para navegar el mundo y resolver problemas en él, ya que este es un mundo para resolver problemas. Y hay Grandes Olas de cambio en el horizonte que desafiarán tu intelecto más de lo que ahora puedes imaginar. Pero tu experiencia de relación verdadera, felicidad profunda y ecuanimidad requiere una orientación diferente en tu interior. Está bien tener imágenes que representen esto de alguna manera, pero nunca confundas estas imágenes, ideas y parábolas con la realidad misma, que es mucho mayor y es completa.
Necesitas una unión con Dios para conocer tu fuerza más profunda y ser capaz de comprender que estás en el mundo con propósito superior, un propósito que te será revelado gradualmente a medida que avances.
Aquí debes alejarte de la vida en la superficie y de tu mente operando en la superficie, una mente que siempre está atrapada en planes, metas y resolución de problemas, así como en la fantasía, el conflicto y la disociación. Aquí enfocas tu atención hacia la gran quietud y tranquilidad que existe bajo la superficie de la mente. Encuentras métodos para adentrarte en este ámbito más profundo y expansivo, que es muy diferente a tu vida en la superficie.
Tu mente es como el océano: siempre turbulento en su superficie, azotado por los vientos del mundo, aparentemente caótico y sin un claro propósito o dirección. Sin embargo, cuando te sumerges en las profundidades encuentras una realidad completamente distinta. Allí está silencioso; es una realidad omnipresente, que apenas muestra nada de los impactos que están ocurriendo en la superficie. Allí arriba podría estar sucediendo la tormenta más grande del mundo, pero cuando estás en las profundidades, de hecho incluso justo debajo de la superficie, encuentras una realidad y una experiencia completamente diferentes.
Allí no vas para obtener respuestas, buscar dispensaciones o rezar pidiendo solo resultados favorables. Vas simplemente para estar en la Presencia.
La Nueva Revelación de Dios para el mundo te ha dado los Pasos al Conocimiento, la gran enseñanza universal que te preparará para esta involucración más profunda, de manera que puedas comenzar a comprender que vives con dos mentes: tu mente mundana, que ha sido condicionada por tu familia, tu cultura y probablemente tu religión, y la mente más profunda del Conocimiento, que representa la parte de ti que todavía está conectada a Dios. Ambas mentes son completamente diferentes.
El Conocimiento en tu interior es silencioso y observador. Siempre está abierto a la Voluntad del Creador. No te hablará particularmente con palabras, salvo tal vez en frases muy cortas. Es más probable que te dé impulsos: contención para detenerte o aliento para avanzar cuando eso es necesario. Es un poder y una fuerza en tu interior. Representa la corriente más profunda de tu vida. Solo el Conocimiento contiene tu verdadero propósito y el reconocimiento de aquellos que servirán a este propósito y desempeñarán un papel importante en su descubrimiento y su expresión. También es tu experiencia de unión con Dios, que es silenciosa y omnipresente.
Aquí tu deseo y tu capacidad deben crecer. Tu deseo debe crecer, porque debes ver que esto necesita ser alimentado, restaurado y fortalecido, de modo que con el tiempo puedas ser más valiente, más claro y más capaz de participar en el mundo en nombre de un propósito superior.
Necesitas esta unión profunda, porque se trata de tu relación primordial. Tu incapacidad para experimentarla representa tu incapacidad para experimentar reconocimiento, armonía e incluso intimidad con otros.
Lo que limita tu involucración con Dios es lo que limita tu involucración con las personas y con el mundo en general. Es por eso que las personas viven en sus ideas, creencias y conceptos, rara vez en el momento, sin experimentar casi nunca la Presencia de Dios y el significado de su existencia.
Aquí, en esta involucración más profunda, tus ideas no son importantes; tus creencias son solo impedimentos; tus miedos, preocupaciones, planes y metas son simplemente distracciones. Porque en la unión profunda no son importantes.
Aquí comienzas a expandir tu capacidad. En este momento quizá solo puedes experimentar esto durante uno o dos segundos, por periodos muy breves, antes de que tu mente se cierre y suba a la superficie. Experimentarás esto repetidamente a medida que comiences a prepararte para la involucración.
Verás lo dominado que estás por tus pensamientos y por el mundo a tu alrededor. Debes verlo para entender tu estado actual y el estado de casi todas las personas a tu alrededor. No te culpes; no es sino la evidencia de vivir en Separación.
Sin embargo, a medida que tomes los Pasos al Conocimiento construirás tu capacidad para experimentar la inefable Presencia de Dios, y encontrarás maneras de sumergirte bajo la superficie. Nosotros te recomendamos que repitas las palabras Na Rahn, Na Rahn, poniendo en ellas toda su atención. Es como un elevador que puede llevarte a las profundidades, bajo la superficie de la mente.
Las relaciones son invisibles. La verdadera evidencia de una gran relación no es lo que ves y tocas, sino lo que sientes y sabes, ya se trate de una gran relación con una persona, con el trabajo en el mundo, con un lugar o con el mundo entero.
Tu relación primordial es con Dios. Es invisible. Lo que tú eres es realmente invisible. Quien eras antes de venir al mundo y quien serás cuando te vayas de él, es algo que no puedes percibir con tus ojos.
Entras en un ámbito más profundo, y está oscuro; pero a medida que continúas, está lleno de Presencia. Cada momento que puedas dedicar a esta Presencia —comprometido, sin preguntas ni conceptos, sin la superficie de tu mente— te restaurará y te dará una fuerza y un coraje que no podrías recibir de ninguna otra forma.
Cuando escuchas Nuestras Voces, hablándote ahora unidas, ello puede evocar este sentido profundo de relación, el poder invisible de la verdadera unión. Cada momento que pasas aquí te vuelves menos esclavo del mundo, menos esclavo de tus sentidos, menos esclavo de tus miedos y obligaciones con los demás, menos esclavo de tus fantasías y deseos —todo ello se ve debilitado con cada momento que pasas profundamente en la Presencia.
Hay otro gran beneficio aquí, y es que cuando esta conexión se va construyendo cada vez más, el Conocimiento podrá hablarte y tú podrás escucharlo y sentirlo. El Conocimiento te habla de todos modos, pero rara vez lo escuchas o lo sientes. Sin embargo, ahora estás construyendo la conexión, que es mucho más importante que obtener ideas o respuestas a tus preguntas, ya que, construyendo paso a paso esta conexión, todo lo que necesitas ver, saber y escuchar podrá venir a ti y serás capaz de escucharlo. Serás capaz de permanecer con ello y de sacar adelante lo que sea que requiera en tu vida.
Cuando te canses de las relaciones vacías, de las búsquedas sin esperanza, del costo de tratar de obtener lo que quieres del mundo y de toda la corrupción que eso crea en tu interior y a tu alrededor, buscarás la unión profunda cada vez más. Ninguna otra cosa podrá darte lo que realmente necesitas, las verdaderas necesidades de tu alma.
Es aquí donde comienza el retorno a Dios, quizá de manera imperceptible al principio. Es el gran punto de inflexión, porque Dios es la gran atracción de tu vida, mayor que cualquier imagen de riqueza, belleza o encanto de este mundo o de cualquier mundo; más penetrante, completo, profundo y permanente que cualquier otra cosa que puedas pensar o tener.
Por tanto, construirás de manera natural la capacidad para esto y el deseo de esto, pues cuando hayas doblado esta esquina buscarás cada vez más aquello que es real y permanente, y podrás lidiar con el mundo del cambio y la forma de manera más efectiva, con menos agravamiento, miseria y sufrimiento. Podrás ver cosas que antes no podías ver, escuchar cosas que antes no escuchabas y ver el poder del Conocimiento trabajando en los demás y en ti mismo.
Tu práctica espiritual más primaria es experimentar esta Presencia más profunda. No es la presencia de una persona, de un ángel o de alguna deidad. Es la Presencia de tu Fuente y toda la Creación.
Es más grande de lo que jamás podrás experimentar plenamente en esta vida. Sin embargo, a medida que te abras a ella tu corazón se llenará, tu mente será purificada y aliviada y sabrás que eres permanente, aunque estés viajando por este mundo. Sabrás que eres amado, aunque el verdadero amor parezca muy remoto y difícil de encontrar aquí. Sabrás que estás aquí con un propósito, porque Dios te envío aquí con un propósito. Serás paciente, sabiendo que te desarrollarás a medida que avances, aliviándote así de la constante especulación.
Comenzarás a experimentar como nunca antes las maravillas de la vida aquí, las pequeñas alegrías y placeres simples de estar en el mundo, porque ahora puedes sentir cosas que antes no podías sentir, ver cosas que no podías ver y escuchar cosas que no podías escuchar.
La Presencia es sabia más allá de su imaginación. Te mantendrá alejado de muchas cosas que te distraerían y te llevarían por el mal camino. Debes estar dispuesto a que esto suceda y aceptarlo para tu propia protección y seguridad. Como a un niño pequeño al que se le quita un objeto peligroso, puede que llores en ciertas ocasiones porque no se te están dando ciertas cosas que quieres, o bien por no poder aferrarte a algo que crees que necesitas, y llorarás como llora el bebé. Pero debes confiar en que esto se hace para tu protección, aunque en este momento no puedas ver ni por qué ni cómo.
Dios no te dará todo lo que quieras. Dios te dará la oportunidad de vivir la verdadera vida que viniste a vivir aquí; te dará la oportunidad de encontrar las verdaderas relaciones que serán parte de esta vida mayor; te dará la oportunidad de liberarte de muchas de las cosas esclavizantes del mundo y de gran parte del sufrimiento, la miseria y la desesperación que verás a su alrededor. Tendrás esta profunda libertad, que es más grande que la libertad política y más grande que cualquier libertad que puedas imaginar. Pero es todo para un propósito superior. Es para prepararte para este propósito, de manera que tengas libertad para verlo, conocerlo y seguirlo cada vez más.
Aquí no estás buscando felicidad, sino relación: tu relación de propósito con Dios y la profunda unión con Dios que está más allá de la expresión, la descripción, las palabras y las imágenes, y no obstante siempre presente en tu interior, llamándote, esperando a que respondas.