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Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 25 de junio de 2011
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: Restoring the World

Escucha el audio original aquí (en inglés):

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Más información sobre este texto


Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

La humanidad está degradando el mundo a un ritmo alarmante, disminuyendo la riqueza del mundo y su productividad para el futuro. Esto, por supuesto, es sabido por muchos, aunque la humanidad en su conjunto y los gobiernos del mundo siguen sin prestarle atención. Las necesidades del momento eclipsan la preparación para el futuro. Las preocupaciones de cosas menores oscurecen las necesidades de cosas mayores.

Las personas son dominadas por sus problemas, asuntos y dilemas personales. Y, por tanto, no son lo suficientemente fuertes o receptivas para ver el mayor movimiento de las cosas que les rodean, ni siquiera en su interior. Otras viven el momento, sin darse cuenta de que esto es solo la mitad de lo que se requiere en la vida.

Se te ha dado una mente para prepararte para el futuro, y debes prepararte. Porque la familia humana está entrando en un mundo nuevo: un mundo degradado, un mundo de recursos y productividad decrecientes, un mundo cuya condición en deterioro tendrá un tremendo impacto en la vida de las personas de todas partes y en las circunstancias con las que tendrán que lidiar.

Esto augura un futuro sombrío para sus hijos. Las personas están robando a sus hijos. Les están arrebatando un futuro seguro y protegido.

Para que la humanidad pueda resistir las Grandes Olas de cambio —el gran cambio medioambiental que se está creando y que ya está en marcha; el gran cambio político y económico que se producirá; y el encuentro de la humanidad con la vida en el universo, un encuentro que es mucho más complejo y peligroso de lo que las personas todavía piensan— el mundo debe ser restaurado, no solo para satisfacer las necesidades fundamentales de las personas hoy y en el futuro, sino también para asegurar la libertad de la humanidad en un universo donde la libertad es rara.

Porque en este universo, la humanidad debe ser autosuficiente; si no, dependerá de otros. Y ellos, más que la humanidad, determinarán los términos de la interacción y la capacidad humana para crear y determinar su propio futuro.

Como la humanidad todavía vive en aislamiento dentro de esta Comunidad Mayor de vida, no comprende las consecuencias de sus actos en relación a su posición en este mayor ámbito de la vida. No se da cuenta de que su autosuficiencia, o su falta de autosuficiencia, determinará si la humanidad será libre y autodeterminada en este mayor ámbito. La humanidad no conoce lo que existe más allá de sus fronteras.

En parte por eso, la Nueva Revelación de Dios se está dando en este tiempo: para advertir, preparar y capacitar a la humanidad para que haga lo que debe hacer hoy, a fin de asegurar lo que debe tener mañana. Las personas no pueden ser descuidadas ahora, porque se hace tarde. No pueden ser imprudentes frente a las Grandes Olas de cambio, o estas socavarán sus vidas y arrojarán a la humanidad al caos y la catástrofe.

Una parte de esto es la restauración del mundo, para que este pueda sosteneros a ti, a tus hijos y a sus hijos, y pueda dar a la humanidad la oportunidad de establecer un futuro más unido, constructivo y creativo.

Porque la familia humana no puede ser un conjunto de tribus y naciones en guerra y sobrevivir como una raza libre en el universo. Sería demasiado vulnerable a la intervención y a la manipulación, las cuales ya están en marcha en el mundo en este momento.

El mundo es el único hogar de la humanidad. No puede dejarlo y construirse una vida en otro lugar, porque tales mundos habitables están ocupados por otros y la humanidad no puede quitárselos. Este mundo lo es todo para su capacidad de sobrevivir en la realidad física. Es la base.

La naturaleza te ha enseñado las consecuencias de menoscabar y destruir esta base. Civilizaciones enteras han colapsado en un corto período de tiempo porque su entorno no podía sostenerlas.

La humanidad depende de los suelos del mundo. Depende del clima estable del mundo. Depende de los alimentos que se cultivan y de la disponibilidad de agua dulce, más que de cualquier otra cosa. Más que de sus sistemas políticos o sus creencias religiosas; más que de sus complejas teorías y de todas sus aficiones y actividades; más que de sus empleos y de la complejidad de las relaciones entre naciones. Más que de todo esto, la humanidad depende de estas cosas simples y elementales para vivir en este mundo; y no solo para vivir, sino también para prosperar y tener la oportunidad de construir una civilización: una nueva civilización ahora, basada en la cooperación y la responsabilidad.

El mundo debe restaurarse. No se trata simplemente de cómo la humanidad usa los recursos del mundo. Se trata de que el mundo mismo debe ser sostenido para que este pueda sostener a la humanidad. Muchas personas saben esto, por supuesto, pero pocas entienden sus consecuencias con respecto a la Comunidad Mayor.

Y la humanidad no puede confiar solo en la tecnología, porque una vez que el mundo se agote, su tecnología tendrá poco impacto. De hecho, en el universo a su alrededor, hay sociedades que tienen capacidades tecnológicas mucho mayores, las cuales han degradado sus mundos hasta el punto en que estas sociedades dependen del comercio y de otras naciones para sostenerse.

La libertad es desconocida en esos lugares, o ha sido olvidada hace mucho tiempo, porque las necesidades de vivir en un mundo agotado excluyen las posibilidades de una mayor libertad para el individuo. Porque en tales situaciones, todo debe ser controlado.

La libertad humana se está perdiendo con cada día que pasa, a medida que merma el mundo; y también disminuye la posibilidad de libertad para aquellos que aún están oprimidos en muchas partes del mundo. La libertad se basa en el lujo de un mundo estable y abundante. Que tengas la libertad de elegir depende de un mundo estable y abundante.

Sin embargo, el mundo se está degradando. Sus suelos están siendo mermados y perdidos. Sus aguas son contaminadas. Su aire se está volviendo tóxico. Sus climas se están volviendo inestables. La abundancia natural del mundo está disminuyendo. La diversidad de vida se está reduciendo.

Dios no salvará a la humanidad si destruye la abundancia de este mundo. Un redentor no vendrá a restaurar el mundo que ha sido mermado y degradado. La humanidad se expone a una Intervención, a la astuta manipulación por parte de quienes querrían llevarla a sus redes de negocio, comercio y dominio.

Porque en el universo real, toda raza debe estar unida, debe ser autosuficiente y debe ser muy discreta. Porque la libertad es rara, y se debe coexistir con naciones poderosas donde la libertad ha sido negada y se desconoce.

Ahora la humanidad no puede ver el mundo como un lugar aislado, sino como parte de un mayor escenario; de lo contrario, no entenderá las consecuencias de sus acciones, el significado de su existencia y las posibilidades de una mayor libertad en el futuro.

Otros aprecian este mundo por su riqueza natural, por su abundancia, por su diversidad, por sus recursos naturales. Una Intervención ya está en marcha, porque la humanidad está destruyendo la riqueza del mundo como si no tuviera futuro, como si el mañana no fuera importante, devorando el mundo lo más rápido posible, utilizando sus recursos lo más rápido posible, sin pensar en el mañana ni en lo que el futuro traerá o requerirá. ¿Qué puede hacer Dios por tal raza, sino proporcionar la Revelación que se está proporcionando ahora?

Para restaurar el mundo, la humanidad tendrá que restaurar su diversidad y proteger la diversidad que queda. Un tercio de todas las tierras tendrá que mantenerse en estado salvaje; al menos un tercio. Las aguas tendrán que limpiarse. El aire tendrá que limpiarse. Tendrá que convertir su basura en material útil. Tendrá que preservar sus recursos. Tendrá que reconstruir sus suelos, o el futuro de la humanidad será predecible y catastrófico.

Dios lo sabe, por supuesto. Y aquellas razas que buscan intervenir en el mundo para sus propios fines lo saben, por supuesto. Pero la humanidad es como un adolescente imprudente. Se gastará todo ahora mismo sin pensar en el futuro, sin pensar de dónde vendrán su riqueza y sus provisiones dentro de unos años. Vive para el momento, como el insensato.

Dios le ha dado a la familia humana habilidades naturales: la sensibilidad ante el mundo, la conexión con la vida, la sabiduría de las eras, una sabiduría que no se está usando hoy.

La humanidad está estableciendo las condiciones para la desesperación, no solo de las personas más pobres, sino de todos. Está estableciendo las condiciones para las guerras de la desesperación, en las que naciones desesperadas buscarán no solo superar a sus vecinos, sino eliminarlos por completo. Está creando las condiciones bajo las cuales la humanidad trabajará y sufrirá como nunca antes.

¿Puedes ver esto? ¿Estás dispuesto a ver? La evidencia está en todas partes. ¿Puedes responder? ¿Eres capaz de responder? ¿Puedes responder al Conocimiento, la Inteligencia más profunda que Dios te ha dado? Esta te mostrará la verdad y te guiará por el camino de la restauración, no solo para tu vida, sino para desempeñar tu papel en la restauración del mundo y proteger su riqueza y su capacidad de sustentarte tanto a ti como a los demás.

Las naciones tendrán que cooperar. No pueden estar en conflicto o guerra, o mermarán la riqueza del mundo. Incluso más allá de la tragedia del desplazamiento y el sufrimiento humanos, destruirán los recursos restantes del mundo, gastados ahora de la peor manera posible, desperdiciados completamente para ganar algún tipo de ventaja política o satisfacer algún tipo de venganza nacional.

Gente de este mundo, escuchad Mis palabras. Vuestra tarea en este mundo, en parte, es restaurar el mundo, ser una fuerza de restauración. Esto forma parte de cualquiera que sea vuestro propósito y llamado individual.

Si vuestra población va a crecer, entonces el mundo debe ser restaurado y protegido, o sucederá lo inevitable. Y lo inevitable está a la vuelta de la esquina. Y en muchos lugares del mundo, se trata de la realidad presente.

¿Cómo alimentaréis a un mundo de población creciente y desesperada, si no podéis producir un excedente, si no hay excedente? ¿Cómo mantendréis a las naciones estables y cooperativas si no podéis alimentar y mantener a vuestros propios pueblos? Seguramente sobrevendrá la guerra, una guerra que no podréis controlar ni prevenir. Hoy, naciones enteras dependen del excedente de otras. Cuando no haya excedente, ¿qué pasará?

Gente del mundo, este es vuestro tiempo y vuestra realidad. Si deseáis evitar la guerra y el colapso de la civilización humana, debéis construir y restaurar el mundo: el suelo bajo vuestros pies, la claridad de vuestras aguas, la limpieza de vuestro aire, la riqueza de vuestro suelo. En el futuro no tendréis los recursos para hacer esto sintéticamente.

¿Quién tiene el coraje, la honestidad y la humildad para ver estas cosas y no perder la fe en la humanidad, sino ver que el gran desafío que tenéis delante es lo único que restaurará la dignidad y el poder de las personas, lo único que creará el entorno de cooperación que es esencial para el éxito?

Las personas que viven solo en la fantasía o la esperanza no pueden enfrentar la realidad en absoluto. Ellas caen en la desesperación inmediatamente. No han encontrado el punto medio de claridad, compasión y determinación. Pasan en un instante de la esperanza y la expectativa a la desesperación absoluta, porque no tienen fuerzas para enfrentar el mundo en declive que las rodea. Ellas no pueden ver. No saben. No responderán, a pesar de que se les están dando las señales.

¿Qué puede hacer Dios por ti si no respondes, si no eres sabio, si no eres honesto? Si no desarrollas tu fuerza para enfrentar un futuro más desafiante y difícil, ¿qué puede hacer Dios por ti?

¿Crees que si Jesús viniera sería diferente? Jesús sería destruido y el mundo se acercaría más a la guerra. ¿Quién puede ver estas cosas? Estas son el producto de un reconocimiento honesto, pero ¿quién puede ver estas cosas?

Hoy el Mensajero está en el mundo, trayendo la única gran Revelación que puede restaurar y salvar a la humanidad y prepararla para el gran desafío de emerger a una Comunidad Mayor de vida en el universo. Él trae consigo una Revelación más completa y extensa que cualquier otra que se haya proporcionado a la familia humana.

Sin embargo, él será negado, humillado, criticado, evitado. Las personas no quieren escuchar que deben trabajar más duro, que deben ser más responsables, que deben tener autodisciplina, que deben volverse honestas.

Solo quieren recompensas del Creador. Quieren los milagros, sin saber que el milagro del Conocimiento ya se les ha dado. Los medios de la restauración, los medios de la redención, ya han sido puestos en su interior y en el de los demás.

La Separación de Dios fue curada en el momento en que se creó. Pero ¿quién puede ver la cura?

Parte de tu restauración es la restauración del mundo. Debes ver esto, o no comprenderás que no puedes hacer o lograr nada grande si el entorno le falla a la humanidad.

No habrá libertad. No habrá creatividad. No habrá redención. No habrá unión. No habrá paz. No habrá estabilidad si su entorno le falla.

Mira los suelos con gratitud, responsabilidad y preocupación. Considera las aguas y el aire, la fertilidad de las tierras, la salud de la naturaleza.

Los climas del mundo ya están cambiando, acelerados ahora porque el medioambiente se ha utilizado como un vertedero de basura. Las aguas están sucias. Los océanos están llenos de basura. La vida está pereciendo a tu alrededor.

¿Qué puedes hacer, dices? Tú haces tu parte. Sigues al Conocimiento. Respondes a la Revelación, la cual te dará esta fuerza. Te conviertes en una fuerza para el bien, en lugar de ser alguien retraído y deprimido, incapaz de comunicarse ni de contribuir al mundo que le rodea. Eres llevado desde las sombras hacia la vida, al desafío de este tiempo, para el cual fuiste enviado y para el cual fuiste preparado por aquellos que te enviaron al mundo, a fin de servir al mundo en estas condiciones.

No mires la vida como una gran tragedia, sino como tu gran oportunidad de servir, porque esta es también tu restauración. Sin este servicio, no hay restauración para ti.

Por tanto, debes saber a qué estás sirviendo y por qué estás sirviéndolo. Este es un asunto que el Conocimiento en tu interior debe establecer para ti: tu conciencia, una conciencia que Dios ha creado dentro de ti, que forma parte de este mayor Conocimiento e Inteligencia.

No te preocupes de que los demás no respondan. Debes responder e inspirarte en otros que también lo están haciendo.

La beneficencia del Cielo brillará sobre ti al doblar esta esquina de tu vida. Y verás que la Revelación es un gran regalo de amor y compasión. Y verás que el Conocimiento dentro de ti es el regalo más grande que el Creador podría haberte dado, un regalo para protegerte, guiarte y llevarte a una vida mayor.

Tu actitud cambiará. Tu desesperación se desvanecerá. Tu sentido de agravio y hostilidad hacia otros disminuirá, remplazado por la claridad y la sabiduría. No estás aquí para obtener cosas del mundo, más allá de tus provisiones básicas, sino para servir al mundo tal como fuiste diseñado para hacerlo, de una manera única y especial.

No puedes escapar de esto ahora, ni evitarlo, ni descuidarlo, porque el mundo está declinando. El mundo está sirviéndote ahora para que entres en razón, para traerte de regreso, para llamarte a salir de las sombras y la oscuridad de la Separación.

La crisis del mundo es tu llamada. No puedes llamarte a ti mismo. Dios te está llamando a servir al mundo, no solo para cuidarte a ti mismo y a tus seres queridos, sino para contribuir a las condiciones de la humanidad. Y esto incluye la restauración del mundo.

No te pierdas en la controversia política. No te pierdas en las teorías del orden social. No te pierdas en la dinámica agresiva y despiadada de la política. Debes ver tu relación más intrínseca con el mundo, y hacer que esta guíe tus puntos de vista, tus ideas y tus creencias.

El mundo está en peligro. La humanidad está al límite. Ya se encuentra en el umbral de la Comunidad Mayor. No queda tiempo para la fantasía y la distracción, ni para búsquedas personales sin esperanza, ni para enriquecerte o asegurar tu propia posición más allá de cierto punto.

La gravedad de la situación te servirá si puedes responder. Te fortalecerá. Aclarará tus ideas. Restablecerá tus prioridades en armonía con la realidad misma.

Pero si no puedes responder, entonces el mundo se volverá más aterrador y te retirarás aún más. Tus agravios se profundizarán. Tu incapacidad para responder será cada vez más dominante. Te quedarás impotente y desesperanzado, y serás parte del problema y no de la solución. Tu ira aumentará cuando los gobiernos no respondan o sean incapaces de lidiar con la gravedad y el alcance de la situación. Vivirás una vida de terrible miedo, angustia, agravio y hostilidad. Tu riqueza no te protegerá. Tus aficiones desaparecerán. Y tu vida se volverá aterradora, en lugar de redimirte como estaba destinado.

Ante la adversidad, o te encuentras a ti mismo, o te pierdes. O te adaptas y estás a la altura de la ocasión, o sucumbes. Las opciones ahora se vuelven claras y simples. No son complejas. No se pierden en medio de la confusión, la complejidad y la variedad de opiniones que dominan la conciencia de las personas.

El Conocimiento dentro de ti sabe estas cosas de las que hablamos. No se deja engañar por el mundo. No tiene miedo del mundo. No está atrapado en todas las distracciones, la confusión y las contiendas del mundo. Mantiene para ti tu verdadero propósito, sin merma, inalterado, incorrupto dentro de ti.

Para encontrar la paz, debes encontrar la fuerza. Para encontrar la fuerza, debes construir tu vida sobre el Conocimiento. Para encontrar aliento, debes dar los Pasos al Conocimiento, porque solo el Conocimiento puede darte este aliento frente a la convulsión y la incertidumbre que te rodean.

Tus elecciones se vuelven elementales y fundamentales ahora. No es una cuestión de perspectiva ni de opinión. Esa es la preocupación de las personas que han muerto para el mundo y para sí mismas. Entumecidas, insensibles e indiferentes, ellas están perdidas en sus pensamientos. Están disociadas del mundo que las rodea. Buscan solo lo que es placentero, lo que es reconfortante, lo que las tranquiliza y se conforma a sus ideas y creencias. ¿Qué puedes hacer por ellas?

Tu llamada es para ti. Tu servicio es para otros. Debes atender esto ahora, y ese es el enfoque de la Nueva Revelación de Dios para el mundo, la única Revelación de este tipo que habrá. No hay otra. Y eres una persona bendecida y prometedora por recibir y ser consciente de esto. En este momento, todavía no comprendes qué gran bendición es para ti, que tienes esta gran oportunidad de restaurar tu vida, de recuperar tu fuerza, de desarrollar tus capacidades y de prepararte para un futuro que será diferente al pasado.

Gente del mundo, escuchad Nuestras palabras. Hablamos a todos, no a una nación ni un grupo, no solo a los ricos e indulgentes, también a los empobrecidos y oprimidos, e incluso a quienes les oprimen. Hablamos a las personas de hoy y a las del mañana. Porque Nosotros somos el presente y el futuro.

Escuchas con una audición más profunda dentro de ti. Ves con una visión más profunda. Porque Dios te ha dado los ojos para ver y los oídos para escuchar. Pero no los usas. No los conoces. Estás perdido en tus miedos y deseos.

Tu mente pasa de la complacencia al pánico en un instante, porque no has establecido el punto medio en el que puedes lidiar, con gran poder y fuerza, tanto con la tragedia como con la belleza del mundo que te rodea. Puedes mantener unidas dentro de ti las realidades del Cielo y los requerimientos de la vida en la Tierra. Te conviertes en el velo entre tu Antiguo Hogar y el mundo que has venido a servir. Tu mente se vuelve la punta de un gran recipiente de contribución, libre ahora de todo lo que parece superar y abrumar a otros.

Todo lo que tu corazón desea debe ser servido desde aquello, dentro de ti, que representa tu naturaleza más profunda y tu verdadero propósito para estar aquí. Pero el proceso de restauración tiene muchos pasos, y hay muchos Pasos al Conocimiento que debes seguir. Cada uno es importante. Cada uno te acerca a tu destino y te alivia aún más de tu pasado.

Debes prepararte para el mundo incluso mientras lo sirves, porque en este momento no conoces tu mayor propósito. Tus definiciones no pueden abarcarlo, porque no has alcanzado esa posición en la montaña de la vida desde donde puedes verlo con claridad y puede expresarse libremente a través de ti.

Este es el viaje que debes emprender. Lo emprendes no solo por ti, sino también por los demás y por el mundo. Esto es lo que te permite superar la ambivalencia, la resistencia, la ansiedad y la baja opinión de ti mismo.

Dios te ha dado el milagro para restaurarte y redimirte, para convertirte en una fuerza poderosa en el mundo. Esto puede superar cualquier cosa que hayas creado, cualquier gran fracaso o desastre, pero debes dar los Pasos al Conocimiento para que se realice.

Estás aquí para restaurar el mundo y preparar a la humanidad para su futuro y su destino como raza libre en la Comunidad Mayor. Esto te redimirá, porque has venido para esto. Y será lo único que importe cuando regreses a tu Familia Espiritual y te pregunten: «¿Has logrado tu objetivo?». Y en ese momento sabrás si lo lograste o no. Todo lo demás será olvidado o no tendrá importancia, y el misterio de tu vida estará claro como el día.