Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 10 de abril de 2012
en Boulder, Colorado, Estados Unidos
Texto original: The Mission of the Messenger
Escucha el audio original aquí (en inglés):
Descargar (cliquea en el botón derecho y selecciona “guardar enlace como”)
Más información sobre este texto
Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.
Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.
En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.
Dios ha enviado al mundo una Nueva Revelación, distinta a todo lo que ha sido enviado durante más de mil años.
Un Mensajero ha sido enviado al mundo: un Mensajero que lleva una vida un tanto ordinaria, un Mensajero que es un hombre humilde y que ha tenido una preparación muy larga para este papel.
Aunque otros puedan reclamar tal título de ser Mensajeros de Dios, en verdad solo se envía uno al mundo. El Cielo lo sabe, por supuesto, aunque la gente hará otras afirmaciones y aseveraciones.
Las personas tienen miedo del Mensajero. Temen lo que podría significar para ellas, cómo podría cambiar sus ideas o cómo podría llamarlas a algún tipo de servicio o asociación mayor.
Muchas personas rechazarán la Nueva Revelación de Dios únicamente en base a esto, porque tienen miedo de que haya una Nueva Revelación en el mundo que podría alterar el curso de la historia y el destino humanos y desafiaría muchas de las nociones y creencias predominantes que han sido institucionalizadas y están muy bien establecidas.
Pero el Creador de toda vida no está atado a estas cosas, y solo provee la Revelación y el Mensaje esenciales para el bienestar de la humanidad y para su futuro y su destino, tanto en este mundo como dentro de una Comunidad Mayor de vida en el universo.
La Nueva Revelación de Dios es más extensa, inclusiva y detallada que cualquier otra cosa que se haya traído antes al mundo. Se está dando en un tiempo en el que la familia humana se ha alfabetizado y está participando en una economía y civilización globales con comunicaciones internacionales. Es un entorno muy diferente al de cualquiera de las Revelaciones previas, las cuales fueron muy regionales en su naturaleza y solo se expandieron a lo largo de un gran periodo de tiempo y mediante mucha discordia, conflicto y violencia.
La humanidad se encuentra en el umbral de un universo lleno de vida inteligente, un universo no humano con el que ahora debe aprender a tratar.
Y la humanidad está viviendo en un mundo de recursos en declive e inestabilidad medioambiental, diferente a todo lo que se ha visto en miles de años. Ni siquiera vuestra historia puede explicar lo que esto podría significar, salvo la propia historia de la Tierra.
La Revelación trae su propio comentario. No es simplemente una enseñanza misteriosa que se deja a la interpretación humana, como ha sido el caso antes.
Esta Revelación es completa y comprehensiva, tocando casi cada aspecto de la vida individual y de la vida de la humanidad, tanto ahora como en el futuro.
Pero como todas las Revelaciones en la historia, habla de cosas mayores que las preocupaciones actuales de la humanidad. Habla de cosas que serán determinantes en si la humanidad escogerá unirse en un mundo en declive o si luchará y peleará sobre quién tendrá acceso a los recursos restantes.
La Nueva Revelación será determinante en si la humanidad puede prepararse para su interacción con la Comunidad Mayor, interacción que ya está ocurriendo debido a una Intervención en el mundo actual por parte de razas que están aquí para aprovecharse de la debilidad, las expectativas y los conflictos humanos.
Un Mensaje tan grande ha requerido una tremenda preparación para el Mensajero y para aquellos pocos individuos que han sido llamados a asistirle en su preparación y proclamación.
Él no está aquí para responder cada pregunta o para dar una solución a cada necesidad. Su Mensaje habla de la necesidad del alma dentro del individuo, la necesidad de reconectarse con la Fuente de la vida y ganar la fuerza que Dios ha dado a cada persona mediante la presencia de una inteligencia más profunda en su interior, llamada Conocimiento.
El Mensajero no está aquí para discutir, debatir o disentir respecto a los asuntos del mundo o las ambiciones de los diferentes grupos, naciones o tribus. Está aquí para traer un Mensaje de Revelación y redención a las personas de todo el mundo, sin importar su posición cultural individual o su afiliación religiosa, si es que tienen alguna.
Esto trasciende las naciones, la cultura y la ideología religiosa. Trasciende las controversias sobre estas cosas, porque es un Nuevo Mensaje de Dios para la redención y la preparación del mundo entero frente a una realidad y un futuro que serán muy diferentes del pasado.
Solo Dios puede proveer algo así, porque en este momento las religiones están divididas, incluso a nivel interno. Discuten y son incapaces de tratar adecuadamente los grandes problemas globales emergentes, que superarán a la humanidad en el futuro si esta no se prepara.
Discutir sobre quién tiene la mejor religión o el fundador más impresionante solo puede ahora dañar a la humanidad. Es algo divisivo y exclusivo, que aumenta el dilema y la fracturación de la familia humana.
Dios es más inteligente. Y el elegido para traer la Revelación es el perfecto. Él ha pasado las pruebas. No ha fracasado en la larga preparación y todo lo que esta requirió de él y de su familia.
Las personas resistirán esto, se ofenderán y acusarán al Mensajero de toda clase de cosas, pero él es el escogido. El fracaso en ver su valor y su papel es un fracaso por parte del que percibe, un fracaso a la hora de reconocer y recibir la gran bendición que Dios está enviando ahora al mundo.
El Mensajero no tiene orgullo. Él es un hombre humilde, pero debe aceptar la gran llamada y las grandes responsabilidades que esto pone sobre sus hombros, así como las grandes penurias que tendrá que enfrentar al traer una Nueva Revelación al mundo.
Dios ha hablado de nuevo. Y la Revelación de Dios no es para algún grupo de la élite o culturalmente privilegiado, para los ricos y los indulgentes. Es para la persona en cualquier rango y capa de la sociedad —de cualquier sociedad, incluso la más primitiva, la más avanzada, la más aislada o la más global.
Solo la sabiduría del Creador puede hablar así, a través de la Presencia Angélica, a través de la Voz de la Revelación, la cual estás escuchando en este momento.
La misión del Mensajero es traer la Revelación al mundo, encontrar a los primeros en responder y darles la oportunidad de involucrarse con la Revelación y de aceptar su propia naturaleza más profunda y su llamada en la vida.
Es por eso que se ha dado una gran parte de la Enseñanza, para pavimentar el camino de la revelación personal para aquellos que pueden recibirla, adaptarse a ella y aplicarla en su vida con éxito.
La Enseñanza no hace grandes demandas, salvo en que pide una honestidad mayor de lo que la mayoría de la gente demuestra en este momento, una honestidad no simplemente para proyectar las ideas y creencias propias sobre el mundo, sino para reconocer la corriente más profunda de la vida de uno mismo y elegir seguirla en un estado de humildad y determinación, pues ese es el poder y la presencia del Conocimiento en el individuo, el cual la Revelación de Dios revela completamente por primera vez.
Aquí no hay héroes que adorar. Aquí no hay Día del Juicio. Aquí no hay prueba final, que de todos modos casi todo el mundo fallaría.
Pues Dios es más listo que eso. Dios sabe que sin el Conocimiento las personas flaquearán y fallarán, cometerán errores estúpidos, entregarán indebidamente su vida y sucumbirán a fuerzas peligrosas y opresivas. Porque sin el poder de Dios en su interior para guiarlas, ¿qué otra cosa pueden hacer sino demostrar su debilidad y su confusión y el hecho de que sus vidas están dominadas por otros?
Como ves, el Dios de este mundo es el Dios de toda la Comunidad Mayor y de todo el universo: de billones y billones de razas y más, en una galaxia y en numerosas galaxias, y en otras dimensiones, y en la Creación inmutable más allá de todo eso. Ahora estás tratando con un Dios de tal magnitud y expansión que tus ideas y creencias palidecen y se quedan cortas frente a tal magnificencia.
Este es el Dios que ha puesto el Conocimiento dentro de ti para guiarte, bendecirte y prepararte para una vida mayor, para sacarte de tu servilismo y tus involucraciones patéticas y tu lástima de ti mismo, para restaurarte el honor y la dignidad, el respeto a ti mismo, la bondad, la compasión y la humildad.
Es la misión del Mensajero enseñar estas cosas, ofrecer estas cosas, soportar la resistencia y el rechazo de aquellos que no pueden ver y no sabrán.
Esta es la mayor llamada, como ves. Esto es lo que restaura al individuo y le da la promesa de una vida mayor. Esto es lo que trae honor y dignidad a todas las personas, incluso a las más pobres entre las pobres, las cuales viven en la degradación.
Esto pretende establecer una mayor ética de unidad y cooperación ante un mundo de recursos en declive. ¿Puedes imaginar siquiera ese mundo, tú que quizá has vivido en un estado de abundancia? ¿Puedes imaginar lo que esto podría hacer a la familia humana? Esto podría destruir la civilización humana.
El encuentro de la humanidad con fuerzas agresivas que actúan subrepticiamente en el mundo podría demoler y destruir la civilización humana.
Las personas no saben esto. No piensan en esto. Quizás es demasiado para ellas, que han dado todos sus pensamientos a cosas pequeñas, temiendo perder sus privilegios. Ellas no ven la imagen mayor, la que determinará el resultado para todos.
Pero para aquellos que pueden ver y escuchar, la Revelación les hablará y ellos serán los primeros en responder. Y a través suyo, la Revelación hablará a aquellos que han estado más absortos y han sido menos capaces de ver los grandes eventos llegando en el horizonte. Un solo hombre no puede hacer todo esto. Se requerirá la implicación de muchos trabajando en concierto con el Mensajero.
Y después está el problema de la gente que es egoísta y agresiva, que cree que es muy importante en el universo y afirma tener su propia versión; que actua sin estar en concierto con el Mensajero, intentando vincular la Nueva Revelación con otras enseñanzas o con sus propias ideas.
Esta es la corrupción que ocurre siempre que algo puro se trae al mundo. Es por eso que la Revelación está dándose antes que la Proclamación. Es por eso que está escrita. Es por eso que puedes escuchar la Voz de la Revelación por primera vez en la historia de la humanidad. La misma Voz que habló a Jesús, a Buda y a Mahoma, tú la puedes escuchar.
¿Puedes escuchar? Tú que escuchas muchas otras cosas de escaso valor, ¿puedes escuchar estas palabras? Incluso si tienes dudas y sospechas, ¿puedes escuchar al Mensajero y a la Revelación? Esta es tan clara como el día, sin engaño, sin complejidad, sin comentarios humanos enturbiando la corriente y contaminando la atmósfera de la Revelación.
La misión del Mensajero es establecer aquí la Revelación de Dios suficientemente en sus años restantes, de modo que la humanidad pueda comenzar a prepararse para un mundo cambiante y para su interacción con la propia Comunidad Mayor.
Esto cambiará vuestra teología. Esto cambiará vuestro entendimiento de Dios y de cómo Dios opera en el mundo. Esto desafiará vuestras creencias religiosas fundamentales sobre lo que significa la redención, porque cuando piensas en Dios en la Comunidad Mayor, esto lo cambia todo.
¿Qué es el Cielo para billones de razas y más? ¿Qué es el Infierno cuando sabes que Dios ha puesto el Conocimiento dentro de ti y que nunca puedes escapar de él —de su bendición y su redención?
¿Qué es la afiliación religiosa de uno mismo ante el entendimiento de que existen billones de religiones en el universo, más o menos conectadas con la realidad de la Presencia y el Poder de Dios?
¿Quién puede decir cuándo Dios hablará de nuevo? ¿Quién, sin arrogancia ni ignorancia, puede decir que Dios no puede hablar de nuevo? Incluso los Mensajeros de Dios no pueden decirlo. Incluso la Hueste Angélica no puede decirlo. Por tanto, ¿qué persona puede afirmar tener la autoridad para determinar lo que Dios hará a continuación? Esto es el epítome de la arrogancia y la necedad.
La misión del Mensajero tendrá que enfrentar todas estas cosas. Tendrá que enfrentar la arrogancia intelectual. Tendrá que enfrentar un rechazo absolutamente ciego. Tendrá que enfrentar toda forma de acusación.
Esto es contra aquel que está trayendo la mayor expresión del amor de Dios que ha sido recibida en 1400 años. Esto se dirige a aquel cuya vida, aunque imperfecta y con dificultades, es no obstante una demostración de la propia Revelación.
Por primera vez en la historia de la humanidad, el mundo entero puede presenciar el proceso de la Revelación en vez de solo escuchar sobre ella en cuentos distantes e historias fantásticas.
Por primera vez, la familia humana puede escuchar la Voz de la Revelación y leer las palabras de la Revelación; no como fueron retratadas siglos después por personas que no conocieron al Mensajero; no transmitidas mediante la tradición oral para beneficio de las poblaciones analfabetas, sino como algo justo en este momento.
La humanidad no tiene siglos para reconciliarse con esto. El cambio que está en marcha es demasiado rápido. La convergencia de fuerzas mayores es demasiado poderosa y abrumadora.
Por todo el mundo, las personas están sintiendo aprensión y ansiedad sobre la dirección del mundo. Sea a lo que sea que ellas adscriban estos miedos y sin importar cómo intenten definirlos, esto se debe a que están sintiendo las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo. Están sintiendo que la humanidad está quedándose cada vez más débil y vulnerable, sujeta ahora a fuerzas más allá de su conciencia.
Es por esto que Dios ha enviado la Revelación al mundo. Es por esto que el Mensajero está aquí.
Hónrale. Respétale. Él no es un dios, pero ninguno de los Mensajeros fue un dios. Él no es perfecto, pero ninguno de los Mensajeros fue perfecto. Él ha forcejeado con la Revelación, porque todos los Mensajeros han forcejeado con sus Revelaciones.
Él será atacado y condenado, porque todos los Mensajeros han sido atacados y condenados por la misma inconsciencia, arrogancia e ignorancia que el Mensajero tendrá que enfrentar hoy y está enfrentando incluso en este momento.
Su misión no es construir puentes, cambiar gobiernos o rectificar cada problema, error e injusticia en el mundo.
Su misión es dar la restauración secreta al individuo y preparar a la humanidad para los mayores eventos en la historia humana, que ya están aquí y están llegando desde el horizonte incluso en este momento.
La humanidad no tendrá nada si no puede sobrevivir en un mundo en declive. Vuestros mejores tesoros, arte y obras desaparecerán.
Si no puede establecer sabiduría, salvaguardar sus fronteras y unir a sus pueblos al menos lo suficiente para poder responder por su bienestar, protección y avance mutuos, la humanidad no tendrá nada en una Comunidad Mayor donde la libertad es muy rara.
A la Luz de la Revelación, la estupidez, la ignorancia y la arrogancia humanas son reveladas completamente. Es como si una gran Luz brillara sobre el mundo y todo lo que es oscuro y secreto, todo lo que es engañoso y malicioso, quedara expuesto a la Luz de la Revelación: la debilidad de las posiciones de las personas; la penosa calidad de sus vidas; su gran necesidad de restauración, dignidad y redención; la corrupción humana; el engaño humano; y aquellos que afirman ser religiosos sin serlo, y que usan la religión buscando poder y dominio.
Todo esto será revelado a la Luz de la Revelación, y es por eso que aquellos que negarán la Revelación tendrán que hablar en su contra, pues esta amenazará su posición y expondrá su debilidad, sus errores y sus peligrosas tendencias.
La Revelación es el fruto de un gran Amor, pues Dios no está enfadado con la humanidad. Dios sabe que sin el poder y la presencia del Conocimiento guiando a la gente suficientemente en su propia conciencia, la gente actuará de forma estúpida, egoísta y destructiva.
Dios lo sabe. La humanidad no. Entender esto no es meramente una cuestión de creencia. Es cuestión de un reconocimiento más profundo, de una resonancia más profunda dentro de ti mismo, de la honestidad más profunda de ver que no puedes realizarte por ti mismo y que una mayor Revelación es muy necesaria en el mundo.
¿Puede la gente ser así de honesta? ¿Puede la gente ser así de sobria consigo misma sin condena? ¿Puede la gente realmente evaluar dónde se encuentra y el grado en el que su vida se ha vuelto vacía, sea rica o pobre, privilegiada o desfavorecida? ¿Puede enfrentar esto y reconocer que este vacío es una llamada a Dios y que Dios ha respondido?
La misión del Mensajero es llevar la Revelación a tanta gente como sea posible durante su tiempo restante aquí en la Tierra, así como llevarla a quienes continuarán su gran trabajo con su bendición y portarán el Nuevo Mensaje hacia el futuro para llevarlo a incluso más gente: a los desfavorecidos, a los ricos, a las naciones ricas, a las naciones pobres, a los nativos viviendo en la naturaleza, a la gente de las grandes ciudades.
La Revelación está aquí. Puede estudiarse en solitario. Puede estudiarse junto a otros de manera efectiva. Puede escucharse. Puede leerse. Puede traducirse con claridad. Debe compartirse. Ese es el deber de cada persona que la recibe y será su deseo natural hacerlo.
Pero como todas las grandes Revelaciones en su tiempo, será resistida y será difícil al principio, porque el mundo no sabe que necesita una Revelación de Dios. El mundo no está preparado para esto, y muchas personas están predispuestas en su contra por diferentes y variadas razones.
En su momento, si puedes ver esto con claridad, verás que el Mensajero está demostrando en un sentido muy amplio la verdadera realidad de tu vida: que fuiste enviado al mundo a hacer algo importante. Quizá no será a una escala grandiosa y global. Eso no importa.
Todos fueron enviado al mundo con un mayor propósito, y el hecho de que la gente no sea consciente de ello o no pueda encontrarlo debido a la opresión religiosa o política, o de que la gente esté ciega a esto y no pueda escucharlo, ni sentirlo y apoyarlo en el otro, representa la tragedia de la familia humana. Esta es la causa de la corrupción, la disensión, el conflicto, el odio y todo aquello que acosa a la familia humana e impide que se vuelva un pueblo más grande en el universo.
Todas estas cosas que acosan a la humanidad obstaculizan el camino de su libertad en la Comunidad Mayor. Todas estas cosas deben ser comprendidas ahora por suficientes personas —quizá no por todas, pero sí por suficientes personas—, de modo que un mayor movimiento pueda ocurrir en el mundo y pueda revelarse una mayor conciencia que ya vive dentro de cada persona en este momento.
Aprender la Revelación significa volver a la relación con el Conocimiento, el cual es la parte de ti que nunca ha dejado a Dios, que todavía está en comunicación, que es sabia y no está corrompida por el mundo, que no tiene miedo del mundo; una sabiduría y una fortaleza que es la fuente de todo el coraje y la integridad que puedas haber establecido hasta ahora en tu vida.
Este es el regalo del Mensajero. Este fue el regalo de los Mensajeros del pasado. Pero sus historias han sido alteradas. Y a menudo sus palabras han sido malinterpretadas.
Porque todas las Revelaciones de Dios son para devolver al individuo el poder y la presencia del Conocimiento, pues esta es su verdadera conciencia y es lo que le llevará a Dios de un modo puro y eficaz.
El mundo es bendecido porque Dios ha hablado de nuevo. El mundo es bendecido porque el Mensajero está en el mundo.
Recibe esta bendición. Compártela con otros. La Revelación es muy grande. No puedes entenderla en un momento. No puedes leerla en una frase. Debes venir a ella buscando su sabiduría y su relevancia para tu vida y para el mundo que ves.
Esta es la prueba, como ves. Es la dificultad y la gran oportunidad de vivir en el tiempo de Revelación. Es la prueba, la prueba para el receptor.
Dios no castigará a aquellos que fallen, pero ellos no estarán en posición de recibir la Revelación y el gran empoderamiento, claridad y bendición que traerá a sus vidas y sus asuntos.
Dios no castiga a los malvados, porque Dios sabe que sin el Conocimiento surgirá la maldad.
Es por eso que la Revelación llama a las personas a la mayor inteligencia que vive en su interior, la cual es fundamental para todas las cosas buenas que pueden ocurrir para ellas y para el mundo.
Esto trae una gran clarificación a tu comprensión de la Presencia y el Poder Divinos y de cómo Dios obra en el mundo —el Dios de los universos.
Esta es tu gran oportunidad, el momento más importante en la historia humana, el gran punto de inflexión para la familia humana que determinará si será una civilización libre y coherente en el futuro o si declinará y caerá bajo la persuasión extranjera.
Este es el gran punto de inflexión, el gran desafío, la gran oportunidad, la gran llamada y la gran redención.
Permite que esta sea tu comprensión.