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Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 25 de abril de 2012
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: Understanding the New Messenger

Escucha el audio original aquí (en inglés):

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Más información sobre este texto


Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

Hoy hablaremos sobre comprender al Mensajero.

Hay algunas personas que recibirán con los brazos abiertos la idea de que hay un Nuevo Mensaje de Dios en el mundo. Ellas verán su necesidad. Verán cómo las viejas tradiciones se han fracturado y han caído en la disputa, tanto entre unas y otras como a nivel interno. Verán el extremismo religioso y su impacto destructivo en la historia humana, así como la violencia que se ejerce en su nombre, incluso en este mundo actual. Y dirán: “Sí, un Nuevo Mensaje de Dios sería algo muy bueno ahora mismo.”

Pero hasta estas personas podrían tener grandes problemas para reconocer la presencia del Mensajero, para tener entre ellas a un hombre que realmente ha sido enviado al mundo con este propósito. ¿Cómo se relacionarán con esta persona? Si esta persona es quien el Nuevo Mensaje dice que es, entonces deberían honrarle, respetarle y recibirle, de lo contrario estarán entre aquellos que, una vez más, niegan la Revelación cuando esta se da al mundo.

[La Revelación] pone a todo el mundo en el pundo de mira. Desafía a todos. Oh, sin duda podría ser muy fácil acomodarse a una nueva serie de ideas y prácticas, sí. Pero ¿tener un Mensajero entre vosotros?

Bien, para muchas personas esto podría ser un desafío bastante grande, tan grande que ni siquiera prestarán atención al Nuevo Mensaje de Dios. Solo se preocuparán por el Mensajero, queriendo criticarlo o repudiarlo. O quizá pensarán que el Mensajero es como un cartero que simplemente entrega mensajes, una persona sin importancia, solo un vehículo de transmisión.

Pero los Mensajeros de Dios han sido algunas de las personas más grandes de todos los tiempos en este mundo, y su demostración y sus enseñanzas personales han recibido la más alta estima, siendo incluso veneradas por muchos. Por tanto, no puedes considerar que el Mensajero de Dios sea simplemente alguien que entrega el correo.

La propia Revelación es la mayor que se ha dado nunca a la humanidad y la más coherente, porque ahora se trata de un mundo más educado, alfabetizado, un mundo de comercio y comunicaciones globales donde un mensaje puede propagarse por todo el mundo, tal como el Nuevo Mensaje de Dios lo está haciendo en la actualidad.

No se trata de un Mensaje para una sola tribu o región. Aquí Dios no está instruyendo a un pequeño grupo sobre cómo sobrevivir en la adversidad. No es algo para alguna región del mundo donde se han estado realizando durante mucho tiempo una o dos prácticas espirituales específicas y ahora esto llega simplemente como una corrección, como un nuevo entendimiento a la luz de una tradición, una única tradición.

No, este es un Mensaje para el mundo entero. No hace especial homenaje a una gente, a una nación, a una tribu o a un grupo. Con independencia de tu lugar de procedencia en el mundo o de tu posición económica o social, esto te habla también a ti.

No está aquí para rescatar a un pueblo de la opresión. No está aquí para guiar a un grupo a una nueva tierra. No está aquí para enseñar a la gente cómo trascender el mundo, sino por el contrario cómo estar en el mundo y servirlo, lo cual, en última instancia, es el mayor propósito por el que todos están aquí.

Siendo así, ¿cómo considerar al Mensajero de un entendimiento tan monumental, un entendimiento que no solo trae sabiduría de las eras de este mundo, sino que trae Sabiduría de la Comunidad Mayor de vida en el universo? Eso nunca se ha hecho antes, porque nunca antes fue necesario. Pero ahora la humanidad se encuentra frente al precipicio de la vida en el universo y debe prepararse para interactuar con ella —algo que supone su mayor desafío y el más trascendental.

Por tanto, el Mensajero no es una persona involuntaria a la que simplemente se ha escogido para traer aquí información que será consumida. Es una Revelación que pretende cambiar el curso de la historia humana, dando a la gente todo un nuevo entendimiento y una nueva manera de verse a sí misma, así como de ver el mundo, el destino humano y el futuro de este mundo.

Ciertamente, el Mensajero de una Revelación así debe ser alguien extraordinario en el mundo, con un entendimiento mucho mayor que el que la mayoría de la gente podría afirmar tener honestamente. De hecho, debido a que es el vehículo de la Revelación, él es alguien único en todo el mundo, porque no hay ningún otro que pueda traer la Revelación.

Porque Dios solo envía una Revelación cada muchos años y siglos. Esto basta, como ves. Si Dios enviara muchas Revelaciones habría Revelaciones compitiendo entre sí. La gente quedaría en oposición mutua. Habría mucha controversia y el riesgo de corrupción y confabulación sería muy elevado, como ves.

Por tanto, solo hay un Mensaje y un Mensajero. Pero las personas no quieren escuchar esto, porque significa que deben hacer algo. Deben encarar algo. Y, en última instancia, deben cambiar sus vidas, particularmente si quieren que Dios las ayude. Porque si quieres que Dios te ayude, realmente tienes que cambiar tu vida.

Por tanto, el Mensaje y el Mensajero se vuelven entonces agentes de grandes cambios en el mundo, y para aquellos que se benefician de cómo son las cosas en este momento esto parecerá amenazante y perturbador. Y ellos estarán dispuestos a intentar librarse de esto —a menospreciarlo al menos, o a destruirlo si pueden—. Por otra parte, aquellos que tienen una necesidad mayor y más legítima en su vida quizá podrán ver esto como una redención, como un empoderamiento, lo cual realmente es.

Cómo responderá la gente a que Dios esté hablando de nuevo al mundo y envíe al mundo un Mensajero es la gran pregunta y la gran incógnita. Ni siquiera la Hueste Angélica sabe cómo resultará esto.

Se trata de una prueba para el corazón humano en cada persona que pueda responder. Es una prueba a su integridad y a su honestidad consigo misma. Muchas personas pensarán: “Bueno, Dios está aquí simplemente para hacer que mi vida me vaya mejor. Todo lo que tengo que hacer es creer” —creer en una ideología, en una enseñanza religiosa o en la teoría de una iglesia o institución—. Ellas piensan que Dios es su sirviente, que está aquí para corregir sus errores, favorecer sus inversiones y rescatarlas de las situaciones difíciles de la vida, y solo entonces ellas creerán, como si Dios tuviera que probarse ante ellas. Porque ellas mismas no pueden sentir y saber esto por su cuenta.

Lo que debes entender aquí es que la Nueva Revelación de Dios no es simplemente un regalo y una bendición para el mundo —algo que indudablemente es—. Es [también] una prueba para la humanidad.

Si la humanidad no puede responder, Dios no va a castigar a la familia humana, pero os quedaréis en un mundo en declive que enfrenta oposición e intervención desde el universo a su alrededor, siendo incapaces de reconocer la verdadera naturaleza de vuestra difícil situación, siendo incapaces de responder, siendo incapaces de inspirar a las personas a cooperar entre sí, lo cual será necesario para atender estos dos grandes desafíos.

Dios no castiga. Dios simplemente se retira. Y eso es algo suficientemente terrible por sí mismo. Por supuesto, puedes rezar a Dios por muchas razones: en tiempos de verdadera necesidad, para atender tus dificultades y tragedias y las de tus seres queridos, y esto es totalmente comprensible. Y Dios no descuidará esto, porque Dios nunca descuida esto.

Pero si la gran Revelación para el mundo no puede recibirse suficientemente aquí, entonces ¿qué más va a hacer Dios por ti y por el propio mundo? Todavía puedes sentirte bendecido por la Gran Presencia, pero la humanidad seguirá su camino de declive y desintegración —ciega, necia, obsesionada, preocupada solo con las conveniencias y la ganancia y el beneficio a corto plazo—. No sabe de su viaje calamitoso y se niega a reconocer la verdad y el error obvios de sus maneras de proceder.

Por tanto, el Mensajero se vuelve importante. De hecho, es la persona más importante en el mundo actual. Porque sin él y sin la Revelación, la humanidad está en grave peligro. El mundo está siendo agotado. La humanidad va a quedarse sin recursos críticos. Una intervención está en marcha por parte de ciertas razas depredadoras que operan secretamente en el mundo. ¿Cómo resolveréis estas cosas? ¿Y quién tiene el poder y el compromiso para resolver estas cosas?

Se trata de un desafío y una dificultad tan grandes que Dios ha enviado una Nueva Revelación al mundo para enseñaros cómo vivir en un mundo en declive, para prepararos para una Comunidad Mayor de vida, para advertiros de la Intervención que está ocurriendo en el mundo y para empoderar a las personas de todas las fes, naciones y tribus, de modo que ganen la fuerza del Conocimiento que Dios ha puesto dentro de cada persona, dentro de cada corazón humano.

Aquí no hay héroes que venerar. Aquí no hay Día del Juicio. Dejad a un lado esta insensatez.

Tenéis una gran crisis creciente en el mundo, mayor que cualquier cosa que la humanidad en conjunto haya tenido que enfrentar antes. Dios lo sabe y está enviando la conciencia, la advertencia, la bendición y la preparación. Sal de tu preocupación contigo mismo y podrás empezar a ver la imagen mayor con más claridad, si tienes el coraje y el corazón para hacerlo.

Las personas que negarán al Mensajero son aquellas que temen que su entendimiento previo pueda ser desafiado y tengan que ajustar y corregir su pensamiento y cambiar su enfoque de la vida. Aquí los ricos lo encontrarán más difícil que los pobres, porque los pobres están ya muy necesitados y carecen de una gran inversión en el mundo.

Aquellos que niegan al Mensajero lo harán para proteger sus inversiones, su filosofía, su teología y su posición social. Ellos esperan que Dios honre estas cosas. Pero Dios no tiene en cuenta estas cosas. ¿Crees que el Señor de todos los universos está preocupado por el prestigio de un puñado de personas en el mundo?

Dios ni siquiera está interesado en asociar la Nueva Revelación con las predicciones y profecías del pasado, pues estas son en su mayor parte invenciones humanas, o se ha vuelto invenciones humanas a lo largo de la historia, a medida que han sido alteradas y aplicadas inapropiadamente. Las profecías son un mensaje para un tiempo concreto, no para todos los tiempos, no para todas las personas, lugares y situaciones. Las personas que negarán al Mensajero tienen miedo de la Revelación.

Tienen miedo de poder tener a alguien de esta importancia entre ellas. Tienen miedo a la posibilidad de tener que desafiar su propia posición en la sociedad. Tienen miedo a seguir a sus propios corazones. Ellas seguirán en cambio a las fijaciones de sus mentes, de sus creencias, de sus admoniciones, de sus asociaciones políticas —todas las cosas que mantienen al individuo encadenado e incapaz de responder a la Presencia de Dios en su interior.

¿Ves lo que estamos diciendo aquí? La Revelación arroja una luz sobre todas las cosas, grandes y pequeñas, benditas y corruptas. Revela la corrupción a todos los niveles, como si todo aquel que está ocultándose fuera revelado a la gran Luz de la Revelación. Su posición se muestra por lo que realmente es. Su debilidad se expone. Su compromiso se revela.

Solo los verdaderamente honestos y llenos de coraje están dispuestos a enfrentar estas cosas, reconociendo la gran necesidad que tiene su propia alma de recuperar su conexión con Dios y su mayor propósito para estar aquí.

Solo aquellos que se dan cuenta del gran peligro que enfrenta la civilización humana podrán superar su ansiedad y sus consideraciones para poder contemplar e investigar por sí mismos el significado, el poder y la gracia de la Revelación.

Este es el mismo problema que cada gran Mensajero ha tenido que enfrentar al venir al mundo: mucha adversidad, mucha deshonestidad, mucha corrupción, mucho malentendido, mucho abuso de la religión, mucho abuso del poder político y económico.

Pero ahora, como ves, se trata de algo más formidable, porque ahora el mundo entero puede reaccionar, no simplemente los dirigentes locales. La Nueva Revelación está saliendo ahora al mundo entero, y por tanto la resistencia puede venir del mundo entero —de todas las naciones, religiones y gobiernos, los cuales de una manera u otra se sentirán desafiados a medida que el Mensaje se haga cada vez más potente y más y más gente pueda reconocer su eficacia y su importancia en el mundo.

Por tanto, el Mensajero puede alcanzar a muchas más personas en muy poco tiempo, lo cual es necesario dadas las grandes crisis en el horizonte, pero al mismo tiempo la resistencia y el rechazo pueden ser abrumadores.

A las religiones les llevó siglos obtener reconocimiento más allá de su punto de origen en el mundo, expandiéndose muy lentamente ya que la comunicación era muy lenta. Los viajes y el transporte eran muy lentos. Ahora, alguien al otro lado del mundo puede leer la Revelación de Dios con solo apretar un botón.

¿Ves el poder de esto? Todas las personas de buena fe pueden ser impactadas una vez que toman conciencia de la presencia que Dios ha hablado de nuevo. El poder de esto es tremendo porque el tiempo es escaso. La humanidad no tiene décadas o un siglo para averiguar qué hacer frente a sus grandes desafíos.

La humanidad está quedándose sin recursos. Está quedándose sin tiempo. Debe ser muy valiente en su manera de encarar y resolver las cosas, y no simplemente mantener lo que ha creado antes.

Debe haber gran fortaleza, gran coraje, gran honestidad y gran claridad en la comprensión de lo que estáis enfrentando aquí. Pero incluso las personas más cultas están todavía incapacitadas por sus propios prejuicios y su falta de visión. Vuestras universidades no enseñan realmente el Conocimiento y la sabiduría. Allí se sumerge a la gente en información y perspectivas. Por tanto, no puedes dirigirte a los expertos para ver, saber y actuar en consecuencia.

El regalo se da a cada persona, y el Mensajero hablará de esto. Debes encontrar el poder del Conocimiento que Dios ha puesto dentro de ti. El Mensajero hablará de esto. Debes traer equilibrio y honestidad a tus relaciones y asuntos con otros. El Mensajero hablará de esto.

Debes prepararte para un mundo en declive, no solo de manera práctica en el exterior, sino aún más importantemente en el interior, reconociendo al hacerlo el poder de orientación que Dios te ha dado. El Mensajero hablará de esto.

El Mensajero hablará de cosas muy grandes e imperativas, no solo para el mundo en conjunto sino para ti como individuo. Esto no se presenta en anécdotas e historias pastorales. No se presenta enigmáticamente, de forma que tenga que ser clarificado por el comentario humano a lo largo de los siglos. Se da de manera simple, llana, clara y directa, y se repite muy a menudo para que la oportunidad para el reconocimiento pueda ser muy grande. ¿Puede la gente escuchar esto y responder apropiadamente?

Debes ver que el Mensajero no es simplemente alguien llevando paquetes. En realidad, parte de la Revelación está en su interior. No se revela en la palabra o en los escritos. Está en su interior. Él tiene el poder de iniciación en este sentido.

Pero él es un hombre mayor ahora. Ha tenido que superar una preparación muy larga y muchas dificultades por el camino. Queda muy poco tiempo para recibirle, y cualquiera que lo haga será bendecido en el intercambio, tanto si puede reconocer esto en el momento como si no.

Aquí debes tratar tanto con el Mensajero como con la propia Revelación. No puedes tener una cosa sin la otra, porque ambas se completan, como ves. No reconocer al Mensajero es no entender correctamente el proceso de Revelación, el significado de su presencia en el mundo y la comprensión que la Revelación muestra sobre cómo Dios trabaja en el mundo y cómo sirve a mundos enteros en un universo lleno de vida inteligente.

De igual modo, no puedes hacer del Mensajero un héroe o un dios. Aunque merece mucho respeto y acuerdo, él no es un dios. Pero ninguno de los Mensajeros han sido dioses. Simplemente han sido las personas más importantes en el mundo, eso es todo. Ellos no son perfectos. No tienen poderes colosales, pero son una demostración de la Revelación. Son humanos. Puedes ver su falibilidad si realmente la buscas. Es lo que traen al mundo —el hecho de que son un vehículo para algo mayor, un recipiente para algo mayor— lo que hace que su poder y su presencia sean tan importantes en el mundo siempre que aparecen.

Ellos no aparecen muy a menudo, como ves, porque aunque toda época tiene sus profetas y a menudo más de uno, solo una vez cada milenio se trae al mundo una Nueva Revelación de Dios. Y solo se traen al mundo en tiempos de gran cambio, gran oportunidad y gran riesgo.

Si puedes entender lo que estamos diciéndote hoy, verás que estás viviendo en un tiempo de Revelación —un tiempo muy, muy importante para estar en el mundo, un punto de inflexión muy significativo para el mundo.

Si puedes ver esto pensarás sobre tu vida de manera diferente, en vez de ser solo una persona luchando por tener cosas, llevarte bien con otros y permanecer sano, seguro y a salvo. Verás que tu vida realmente tiene aquí una dimensión y un propósito mayores, y que este propósito está relacionado de algún modo —directa o indirectamente— con vivir en un tiempo de Revelación.

Es como si estuvieras viviendo en un momento de la historia que solo sucede una vez cada mil o dos mil años. Eso hace que tu presencia en el mundo sea especialmente importante, tanto que las personas en el futuro verán a aquellos que vivieron en esta época con envidia. Y dirán: “¿Reconocieron la Revelación? ¿Reconocieron al Mensajero?”

Tienes la bendición de estar aquí en el mundo en este momento, de poder escuchar Nuestras palabras. Dios mío… no tienes idea de la bendición que tienes, de lo que esto podría significar para tu vida y para otros que te conocen o que podrían escucharte hablarles.

Desde el punto de vista del Cielo esto supone una bendición y una oportunidad grandes y significantes. Pero lo que el Cielo sabe es diferente de lo que la gente quiere. Y lo que la gente quiere es muy diferente de lo que el Cielo considera verdadero e importante.

El Mensajero será resistido y menospreciado, pero debe tener representantes. Debe tener testigos. De lo contrario, el mundo le aplastará e intentará anular su presencia y su regalo al mundo.

Es por eso que decimos que todo el que sepa del Mensajero es desafiado a responder. No basta con decir: “Bueno, esta persona afirma tener un Nuevo Mensaje de Dios, pero no sé.” Eso no es honesto. Dentro de tu corazón puedes saber y estás destinado a saber.

Las personas piensan: “Oh, llegan mensajeros todo el tiempo. Siempre hay mensajeros en el mundo.” Y lo dicen porque no quieren encarar el hecho de que algo de gran importancia esté ocurriendo hoy en el mundo. Y no quieren realmente lidiar con esto. O quizá están celosas de que no sean ellas mismas el mensajero. O piensan que todo el mundo es un mensajero, o que los mensajeros son tan comunes como cualquier otra cosa, que están por todas partes, entregando mensajes.

Estas personas no quieren tratar con la realidad de la situación. No quieren que esta les llame a prestar atención. No quieren ser impactadas. No quieren tener que responder. No quieren tener que enfrentar el desafío y la gran oportunidad que la Revelación les trae. Simplemente quieren seguir haciendo lo que están haciendo y no ser perturbadas por estas cosas.

Todo esto es, naturalmente, un problema de falta de honestidad con uno mismo y con los demás —una gran dificultad en la familia humana y una gran dificultad por todo el universo, podríamos decir.

Debes ver que el Mensajero no es una persona ordinaria. Sin intentar deificarle o elevarle a alguna posición noble y perfecta, debes reconocer que él está portando la Revelación. A través de adversidades, enfermedades y oposición, él la está portando. Y si puedes recibirla y responder a ella debes ayudarle de alguna manera, porque él no puede presentar esto solo. Necesitará muchos testigos y muchos defensores.

Es una cosa extraña que las personas rezan pidiendo redención, pidiendo una nueva vida, pidiendo ser liberados de la miseria, la vergüenza, la culpa y los pesares de su pasado. Y luego, cuando el regalo les llega, no quieren tratar con ello. Cuando la respuesta les llega, bueno, es demasiado grande. Es demasiado difícil. Es demasiado incómoda. Es socialmente inaceptable. Quizá les indigna que la traiga solo una persona y solo pueda haber una persona. Esto tal vez va contra sus visiones igualitarias o sus nociones democráticas, porque piensan que saben cómo la Revelación ocurre o debería ocurrir. El Mensajero tendrá que enfrentar —y está enfrentando hoy— todas estas cosas.

Luego, el Mensajero tiene que hacer frente a la gente que quiere ser parte de todo esto, pero que quiere ser servida, salvada y nutrida. Ellos traen sus problemas, sus debilidades, sus incapacidades, esperando que el Mensaje y el Mensajero se lo resuelvan todo cuando, en realidad, son ellos quienes tienen que trabajar estas cosas. Y la Revelación les da el camino para hacerlo.

En vez de venir a servir a la Revelación, solo quieren ser servidos por ella. Quizá, al principio, su necesidad es grande y la Revelación les servirá, pero todo individuo es enviado al mundo para ser un contribuidor. Y una vez que consigue la salud y la libertad para hacerlo, esa es su tarea. Esa es su llamada, como ves. No hay realización personal al margen de esto. Es verdaderamente así debido a tu naturaleza más profunda, debido al lugar de donde has venido y al que retornarás.

El Mensajero hablará de estas cosas. Él no está aquí para derribar cosas. No está aquí para destruir las instituciones. No está aquí para hablar con dureza contra las instituciones y gobiernos humanos y las instituciones religiosas.

Él está aquí para traer Gracia y el gran Amor de Dios, así como el requerimiento de que la gente responda a su naturaleza más profunda y tome los Pasos al Conocimiento —los pasos hacia la inteligencia más profunda que Dios ha puesto en su interior para guiarla.

Él trae por tanto bendiciones, empoderamiento y requerimientos. La Sabiduría que trae es mayor de lo que cualquier persona podría nunca entender, mayor incluso de lo que el Mensajero entiende. Es por eso que nadie puede afirmar hacer esto. Sería falso hacer tal afirmación.

Este es el desafío ante ti, como ves, ante ti que estás escuchando Nuestras palabras. Esto no trata sobre creencias, pues eso es de la mente. Trata sobre el alma, tu corazón y tu naturaleza más profunda, no sobre las obsesiones de la mente.

Rechazar la Revelación porque no se ajusta a tus creencias es completamente necio y arrogante, porque la Revelación siempre está aquí para llevarte más allá de tu entendimiento actual y revelarte cosas que no has visto o que no podrías ver por tu cuenta.

Por tanto, rechazar la Revelación porque no encaja en tus definiciones o en tus ideas religiosas es simplemente dar la espalda a aquello que podría elevarte y podría restaurar y redimir tu vida. El Mensajero hablará de estas cosas.

¿Ves el desafío aquí? No puedes hacer un trato con Dios. Y no puedes venir a Dios en tus propios términos. Dios establece los términos y los requerimientos y provee las oportunidades, dadas aquí en una forma pura, sin corrupción humana, sin abusar de otros, sin que sea difamada y mal usada por las instituciones, los gobiernos, etcétera. Está aquí en una forma pura.

Dios ha hablado de nuevo, y está aquí. Es algo puro. Pero debes encontrar ese lugar dentro de ti que es puro para responder a esto con honestidad y responsabilidad.

Entonces podrás ver al Mensajero con gratitud y estar agradecido por su presencia y por aquellos que le enviaron al mundo. Estate agradecido por tu presencia y por lo que su presencia podría significar para tu vida —la resolución, la claridad, la gracia y la oportunidad que esto te trae a ti y a otros a través de ti.

Muchas personas dirán que rezan por su redención y restauración y por la de sus seres queridos y la del mundo entero, pero no quieren que esto llegue hoy porque hoy sería demasiado inoportuno. Pero está aquí hoy. Y es inoportuno. Y es desafiante. Y es maravilloso.

Te muestra lo que es fuerte dentro de ti y lo que es débil, lo que debe dirigir y lo que debe seguir. Te restaura tu integridad, tu dignidad y tu mayor propósito en el mundo, porque es un regalo de Dios y no una invención humana.

Honra al Mensajero y ayúdale de la forma que puedas. Y acepta que debes prepararte para tu mayor papel. En este momento no estás listo. Y agradece que la preparación se haya dado, que la sabiduría del mundo pueda ayudarte en esto y que la corrupción y la tragedia del mundo puedan mostrarte la gran necesidad de esto.

Estate agradecido, porque en gratitud conocerás tu propio corazón. Y recordarás a aquellos que te enviaron aquí, hace mucho tiempo.