Texto original: The Consequence of Revelation
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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.
Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.
En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.
Si Dios solo hablara a la humanidad una vez cada milenio, sin duda ello tendría gran consecuencia en cómo se recibiría y qué se haría con ello como resultado. Sin duda, estas grandes intervenciones de lo Divino señalan grandes puntos de inflexión en la historia humana y en la evolución de la conciencia, la interacción social y el pensamiento humanos.
Un tiempo así ha llegado de nuevo en este tiempo de Revelación. Y son grandes las consecuencias, porque la humanidad enfrenta sus mayores pruebas. Enfrenta un mundo de recursos en declive y creciente población. Enfrenta el deterioro de su entorno natural y una alteración del clima del mundo, con los grandes impactos que esto tendrá en la capacidad de la humanidad para producir alimentos y usar los medios de transporte.
La humanidad enfrenta sus mayores pruebas. Se encuentra a las puertas de una Comunidad Mayor de vida inteligente en el universo, un universo no humano que no valora la conciencia y los logros humanos. La humanidad está llegando a un punto en el que debe madurar, ser responsable y unirse si quiere sobrevivir en su propio mundo y seguir siendo libre dentro de esta Comunidad Mayor, donde la propia libertad es rara.
Ha hecho falta un umbral tan grande como este para llamar al mundo un Nuevo Mensaje de Dios. Y ahora Dios ha hablado de nuevo a través del Mensajero de Dios, entregando un Mensaje más amplio y completo que todo lo que se ha dado antes al mundo, dado en un tiempo de Revelación.
Es tarde. Las consecuencias son significativas. La humanidad enfrenta un nuevo mundo, un nuevo mundo de perturbación medioambiental, un nuevo mundo de convulsión política y social, un nuevo mundo que no será como el pasado, un nuevo mundo que debe comprenderse con nuevos ojos, no con las suposiciones del pasado. Incluso la sabiduría del pasado podría en ciertos casos ser ineficaz o inadecuada para hacer frente a las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo y que lo están golpeando incluso en este momento.
Para la humanidad es un tiempo de gran reconsideración —un tiempo de responsabilidad colectiva, un tiempo para cesar sus interminables conflictos y sus patéticas indulgencias y enfrentar un mundo mucho más difícil, así como la realidad de la Comunidad Mayor, de la cual la humanidad prácticamente no sabe nada en absoluto.
Es por esta razón que Dios ha hablado de nuevo y ha enviado un gran Mensaje al mundo. Pero ni siquiera el Creador de toda vida puede garantizar o determinar cómo se recibirá aquí este Mensaje o cómo se considerará al Mensajero. Porque el Mensajero no está aquí para corroborar Revelaciones pasadas o cumplir profecías antiguas, sino para traer una conciencia y un entendimiento completamente nuevos al mundo, un mundo que se encuentra en un gran punto de inflexión que todavía pocos pueden ver y aún menos entender.
Las personas están ansiosas. Tienen miedo. Miran al horizonte con inquietud. Saben que los tiempos son inciertos y que se harán aún más inciertos. A pesar de las promesas de los gobiernos y las instituciones, el corazón humano está intranquilo, porque hay una Oscuridad Mayor en el mundo.
Es un tiempo de gran consecuencia. Si la Revelación fuera rechazada o se frustrara, si el Mensajero fuera retenido o destruido, ello tendría un gran impacto en el resultado para todas las personas y también para sus hijos y los hijos de sus hijos.
En este sentido, el Mensajero es la persona más importante en el mundo, porque su presencia y el éxito o fracaso de su misión de traer a la humanidad esta mayor conciencia, esta Nueva Revelación, tendrá mucho mayor impacto que las decisiones o las circunstancias de cualquier otra persona en la Tierra.
Pero el Mensajero no puede asegurar su éxito. Él ha probado hasta ahora que es capaz de recibir la Revelación, y ahora está comenzando a comunicarla y presentarla al mundo. Pero este éxito no puede descansar sobre sus hombros, sino que debe compartirse entre los muchos que pueden recibirle, y entre los muchos que responderán a los que pueden recibirle, y así sucesivamente.
Si la humanidad puede ser alertada y preparada para las Grandes Olas de cambio y para los grandes riesgos del contacto con el universo, entonces la humanidad tiene la gran posibilidad de construir un futuro mucho mejor que su pasado —un futuro sin guerra y conflicto incesantes, un futuro sin empobrecimiento y opresión degradantes y abrumadores, un futuro en un planeta Tierra más yermo pero gestionado y mantenido sensatamente, de modo que la humanidad puede tener un futuro en él.
No pienses que la humanidad se marchará a otro mundo, porque no hay mundos habitables en vuestra vecindad y los más cercanos están muy poblados por razas mucho más antiguas que la vuestra. No pienses que la humanidad puede despojar su planeta de origen y que Dios os ofrecerá una alternativa, pues no hay alternativa, como ves.
Abandona estas fantasías, estas suposiciones ridículas. Entra en razón, reconociendo que os encontráis en un mundo frágil que está siendo degradado con cada día que pasa. Comprende que estáis ante un universo del que no sabéis nada, un universo lleno de vida inteligente, una mayor realidad, una realidad competitiva a una escala que no podéis ni imaginar.
No pienses que vuestra tecnología os salvará. No pienses que Jesús va a retornar —o el Imán, o Maitreya—. Porque Dios ha enviado un Nuevo Mensajero al mundo. Él no está aquí para cumplir con el pasado, sino para preparar a la humanidad para su futuro y su destino.
Si su voz es ignorada, si él es demasiado resistido, si no hay suficiente gente que pueda recibir y responder al Nuevo Mensaje, entonces la humanidad continuará hacia su desesperado y predecible futuro, su camino hacia una creciente autodestrucción, alejándose de su mayor destino, enfrentando un colapso dentro del mundo y la subyugación por parte de fuerzas de más allá del mundo —cosas de las que la humanidad en conjunto apenas tiene alguna conciencia, si es que la tiene.
Es una situación muy grave, pero el Creador ama a la humanidad y ha enviado una bendición, una advertencia y una preparación. Se le ha encomendado a un hombre que la reciba, un hombre que ha sido preparado para este rol antes de venir aquí, un hombre enviado aquí por la Asamblea Angélica, un hombre humilde, sencillo, un hombre sin posición social y que ha pasado los últimos cuarenta años preparándose y recibiendo la Revelación.
Él será atacado. Será rechazado. Será evitado. Será ridiculizado. Porque esto siempre pasa en tiempos de Revelación.
Aunque el mundo celebra a sus héroes y heroínas, los Mensajeros no son reconocidos. Ellos, que tienen el mayor poder para alterar el curso de la humanidad, son apenas reconocidos por nadie.
Estáis viviendo ahora en un tiempo así, un momento crucial de gran promesa y de gran posibilidad; un tiempo de circunstancias extremas y grave error humano; un tiempo en el que debéis fortaleceros y en el que la presencia del Conocimiento, la inteligencia más profunda que Dios os ha dado, ha de renovarse para poder tener el coraje y la determinación para enfrentar un nuevo mundo y tener la orientación que necesitáis para prepararos para la Comunidad Mayor.
Estas cosas no pueden dejarse en manos de gobiernos secretos, grupos secretos u organizaciones de élite, porque es el mundo el que debe prepararse, de lo contrario pueden perderse la soberanía y la libertad futuras de la humanidad—entregadas a cambio de tecnología, entregadas sobre la mera promesa de paz y prosperidad, cedidas por intereses egoístas que no tienen la sabiduría para comprender con quiénes están tratando y el curso de acción que realmente deben tomar.
El Mensajero está aquí para dar a la humanidad aquello que falta, el ingrediente que falta: el poder y la presencia dentro de cada persona, que deben encenderse para que la persona despierte de su agitado sueño de temor, tragedia y deseo. Es lo único que despertará a la gente a su mayor propósito, pero debe darlo el Creador. No es algo que la humanidad pueda hacer por su cuenta. Debe mostrarse. Debe activarse. Porque no podéis elevaros sin este poder y esta activación.
Si la humanidad no logra recibir la Revelación, vuestro mundo continuará su declive, destruyendo no solo individuos sino naciones enteras de gente, poniéndoos en guerra y disputa sobre quién tendrá los recursos restantes; una situación mucho más grave, terrible y trágica que todo lo que la humanidad ha enfrentado antes.
Y en este caos creciente, fuerzas venidas del universo llegarán prometiendo paz, prosperidad y alta tecnología. Vendrán ofreciendo regalos con sus planes secretos, planes largamente considerados, que han estado elaborándose durante mucho tiempo. Pensaréis que ellos son maravillosos, casi divinos, pero es todo un ardid. Es todo un engaño para debilitar a la humanidad.
¿Qué discernimiento tendrá la humanidad cuando esté desesperada, cuando se haya llevado a sí misma a la desesperación? ¿Qué sabiduría tendrá? Sus videntes serán negados o desatendidos.
El resultado es predecible. Ha ocurrido innumerables veces en el universo cuando una nación sobrepasa la riqueza de su mundo y cae en el agotamiento y la desesperación, solo para ser tomada por poderes externos —no mediante una conquista violenta, sino mediante el aliciente y la seducción.
Si supierais algo sobre la Comunidad Mayor lo entenderíais. Pero la humanidad no sabe nada de la Comunidad mayor. ¿Cómo podría saber, aislada aquí en este mundo? Para vosotros el universo está repleto de temor y fantasía. Estáis enamorados con sus posibilidades. Estáis aterrorizados de sus realidades.
Es por eso que la Revelación debe proporcionar la realidad y la espiritualidad de la Comunidad Mayor, para revelaros cómo es realmente la vida en esta región del espacio, qué podéis esperar, cómo deberíais comportaros, cuándo y dónde debería tener lugar la interacción y bajo qué circunstancias. Si no, seréis los nativos ignorantes y fácilmente seducibles del nuevo mundo, cayendo presas de la tentación o siendo llevados a someteros por miedo y de este modo deshacer toda vuestra cultura y realidad.
Esta es la gran advertencia y debéis prestarla atención, de lo contrario no entenderéis la bendición y la preparación. Es tiempo de madurar y ser serios sobre vuestra vida, vuestro propósito y el significado de vuestra existencia aquí.
Los ricos se miman interminablemente con sus aficiones, sus pasiones y sus juegos, mientras el resto del mundo se hunde en la desesperación, la pobreza y la degradación. Sin duda, este no puede ser un mundo que vaya a sobrevivir como una raza libre en el universo. Sin duda, esta es una raza que no tendrá la sabiduría colectiva para contener sus actividades y prepararse para su futuro. Sin duda, este [mundo] será una presa fácil para aquellos que usan la astucia y la artimaña para lograr sus objetivos.
Porque el mundo es rico. No comprendes lo rico que realmente es, lo valioso que es en un universo de mundos yermos. No conoces el valor de este mundo ni el significado de tu presencia aquí en este momento, en un tiempo de Revelación.
El Mensajero está cargado con esto, con comunicar todas estas cosas y mucho más. Porque la Revelación habla casi sobre cada aspecto de tu vida, dándote fuerza, promesa, claridad e integridad, levantando el velo de la ignorancia, liberándote de las cadenas del miedo, la ansiedad y la autorrecriminación.
Es un regalo fabuloso, más precioso de lo que puedes comprender en un principio. Y según este mundo se oscurezca, este regalo se reconocerá más. Según la amenaza a la libertad y el bienestar humanos aumente, la Revelación comenzará a revelar su mayor promesa.
Al principio, estarán aquellos que ya están inquietos, que no han podido comprometerse con las grandes tradiciones religiosas del pasado, que no se complacen con cómo parecen ser las cosas, que no están satisfechos con los pequeños placeres y los grandes dolores, que tienen la presciencia y la humildad para responder a una Nueva Revelación. Su número será pequeño al principio, pero esto siempre ha sido así en los tiempos de Revelación.
Las personas no quieren encarar una Revelación de Dios. Piensan que será un castigo. Piensan que será una serie de demandas. Se sienten tan culpables de su mal comportamiento y sus crímenes contra sí mismas y contra otros, que no quieren escuchar lo que Dios puede tener que decir. Ellas temerán el castigo. Temerán la condenación.
Pero lo que Dios da es el gran Amor, la gran Sabiduría y la preparación en este gran punto de inflexión, de manera que la humanidad pueda enfrentar la realidad de un nuevo mundo y la realidad de la Comunidad Mayor y comience a prepararse.
Dios te ha dado los ojos para ver y los oídos para escuchar, pero todavía estás sordo y ciego. Porque todavía no has respondido al Conocimiento lo suficiente en tu vida para poder verlo con claridad y escuchar la verdad entre todo lo que es agradable, prometedor o atractivo.
Pero puedes tomar los Pasos al Conocimiento y recuperar esta fortaleza, porque el mundo la requiere ahora. No es meramente para tu edificación, tu mejora o tu iluminación personales. Es realmente para jugar una parte en un gran punto de inflexión para la humanidad —la parte pequeña pero esencial que debes jugar.
No pienses que Dios va a intervenir y salvar al mundo en el último momento. Porque Dios te ha enviado a ti y a todos los demás para salvar el mundo antes de que haya un último momento.
Pero esta misión y este propósito no se reflejan en tus deseos y objetivos personales. Debes responder a una voz más profunda dentro de ti y a la Voz de la Revelación que está presentando el Nuevo Mensaje de Dios para el mundo.
Es muy difícil confiar en que algo sea tan puro, poderoso e importante cuando el mundo te ha mostrado lo que es muy corrupto, lo que está muy degradado, lo que es muy engañoso y decepcionante.
Pero Dios te ha dado los ojos para ver y los oídos para escuchar. Sabrás que la Revelación es verdadera, y cuanto más te sumerjas en ella más verdadera se volverá. Porque resonará con la verdad de tu propio Ser incluso si no se conforma a tus ideas, tus creencias o tus expectativas.
Pero como ves, tus ideas, creencias y expectativas ni siquiera te permiten ver el nuevo mundo al que estáis entrando y en el que vivís ya. No te permiten ver la realidad de la Comunidad Mayor o incluso que existe una Comunidad Mayor y que esta puede tener importancia para tu vida.
Son tus creencias, tus actitudes y tus preferencias las que te ciegan y te incapacitan para escuchar esta mayor voz dentro de ti y dentro de otros. Acepta esto como tu condición y tu punto de partida será honesto. Y tu respuesta tendrá la posibilidad de ser genuina y eficaz.
Dios ha hablado de nuevo. La Revelación está en el mundo. El Mensajero está aquí. ¿Qué podría ser más importante que esto? ¿Qué podría tener un mayor impacto en tu vida y tu futuro y en la vida y el futuro de tus hijos?
Mira hacia delante. ¿Qué ves en el mundo? Sí, tienes miedo porque lo que ves te hace sentir miedo y te sentirás inefectivo ante ello.
Dios debe fortalecerte, descargarte, reanimarte y devolverte a un estado de integridad, de modo que puedas ser poderoso y efectivo para contribuir a un mundo necesitado, de modo que tus regalos puedan reconocerse y entregarse allí donde se han de entregar. Porque esta es la base de la realización en el mundo.
El Conocimiento dentro de ti no puede ser destruido. Es la parte de ti que no puede destruirse, y por tanto carece de miedo. Pero está aquí en una misión, que es tu misión, la misión que te ha traído al mundo. No estás aquí simplemente para consumir, sobrevivir y gratificarte. Realmente, estás aquí con un mayor propósito, y aquellos que te enviaron te están observando ahora.
La consecuencia de tu respuesta a la Revelación es importantísima para determinar el resultado para ti y si tu gran y difícil viaje en el mundo será exitoso y satisfactorio.
Debes enfrentar las grandes necesidades del mundo y comprender que la humanidad por sí sola no puede resolverlas. Todavía no hay aquí suficiente sabiduría o diligencia colectivas para que la humanidad lo hiciera. Hay individuos inspirados. Hay individuos comprometidos a servir, pero su número es escaso y no pueden dominar las pasiones y demandas de la humanidad. Es por eso que debe darse la Revelación a tanta gente como sea posible.
Y aquellos que están listos, que han sido removidos, responderán. El Mensajero no tendrá que hacer milagros para ellos, porque la Revelación es el milagro, y su capacidad de responder a la Revelación es el milagro. ¿Qué mayor milagro que este podría haber? ¿Acaso algún tipo de fenómeno o truco?
Aquellos que están interviniendo en vuestro mundo desde la Comunidad Mayor pueden crear fenómenos y trucos. Pueden hacerte pensar que son divinos y que debes seguirles sin dudar. Con el Conocimiento no lo harías y verías el engaño. Pero muchos no están con el Conocimiento, aunque este vive en su interior en este momento.
La aceptación o el rechazo de la Revelación tendrán la máxima importancia para el futuro de la humanidad y para el resultado de tu vida. Pero debes ver esto con tus propios ojos y escucharlo con tu propio corazón y tu alma. Nuestras palabras puede que no basten. Incluso el hecho de que el Mensajero esté en el mundo puede que no baste.
Es por eso que el Mensaje se está dando al individuo, con el énfasis en el individuo, y no se está llevando a los pasillos del poder, donde todo acaba manipulado y corrupto.
Dios ha hablado de nuevo. El Mensajero está en el mundo. Tienes la bendición de vivir en un tiempo de Revelación. La gran promesa está ante ti.
Es esta consecuencia para ti y para tu vida —y luego más allá de ti para otros y para el mundo— lo que es lo más importante. Es tu capacidad de responder —tu responsabilidad— lo que es lo más importante. No necesitas ser perfecto. No necesitas estar en paz en todo momento, porque eso no va a suceder —no si eres responsable y honesto sobre tu vida.
El Mensaje es puro. Revelará toda la corrupción, la negación, la intriga y el engaño humanos. Tu respuesta debe ser pura. Estará más allá del dominio del intelecto, en una parte por completo diferente de ti de la que sabes muy poco.
Es la respuesta lo que determinará el resultado. Si la humanidad no puede prepararse para la Comunidad Mayor entonces perderá su libertad y su soberanía. Las perderá si no puede prepararse para las Grandes Olas de cambio, si las naciones no pueden unirse para su propia preservación y apoyarse mutuamente para mantener el equilibrio, la armonía, la estabilidad y la seguridad en el mundo.
Es vuestra debilidad la que será aprovechada. Es el desmoronamiento de la civilización humana lo que supondrá la oportunidad de intervenir para otros. Debes ver esto con nuevos ojos, sin condenación.
Dios no puede cambiar la percepción humana, pero Dios te ha dado el Conocimiento, que no está limitado por la percepción humana. Y este puede surgir en tu conciencia —este poder, esta gracia, esta presencia—. Esa es la gran redención para ti, y eso es lo que dará a la humanidad la claridad, la sabiduría y el poder para tomar las medidas que debe tomar para asegurar el mundo y prepararse para su futuro en la Comunidad Mayor como raza libre y autodeterminada.
Que el regalo esté contigo, porque el regalo está contigo. Pero no puedes hacerlo surgir por tu cuenta. Debe ser llamado a surgir de ti por un Poder Mayor, y esa Llamada es el Creador llamándote como parte de la Creación. Y tu respuesta será una respuesta a esto, que es la comunicación más importante de tu vida.