La emergencia global

Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 20 de octubre de 2015
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: The Global Emergency

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.


La humanidad se encuentra en el umbral de un gran cambio global, un cambio mundial a una escala nunca vista antes, causado ahora por el mal uso y el abuso del mundo por la humanidad, causado por la ignorancia y la codicia humanas. Esta es ahora una condición que afectará la vida de cada persona.

Aunque pocos son todavía conscientes de esto, se trata de una situación de emergencia global. Habéis cambiado la química de la atmosfera, las aguas y el suelo. Y ahora el mundo está cambiando —cambiando muy rápidamente, muy peligrosamente, cambiando ahora en formas que os afectarán más de lo que comprendéis.

El Nuevo Mensaje de Dios para el mundo debe hacer sonar la alarma y proveer la preparación para una nueva realidad mundial. Este es un tiempo y un umbral que llamará a muchos a emerger de sus vidas preocupadas consigo mismos, a emerger de su miseria y confusión personal para servir a un mundo en peligro.

Esta es una de las razones por la que hay una intervención del universo más allá de vosotros, porque los que valoran este mundo para sí mismos reconocen lo que está ocurriendo. Han testado la atmósfera del mundo. Ellos entienden lo que la humanidad ha hecho para contaminar su aire, sus aguas y sus suelos. Porque esto ha sucedido innumerables veces en el universo. Es algo que se entiende bien allí.

Así que ahora hay una carrera para ganar el control del mundo, para preservarlo para el uso de los de fuera. Ellos están directamente conectados a esto, como ves.

Esta es una situación de emergencia global a una escala que todavía no habéis reconocido. Tiene el poder de destruir la civilización humana. Tiene el poder de generar intervención externa. Tiene el poder de crear caos aquí a un nivel nunca visto antes.

Vais a tener que seguir ahora un poder más profundo dentro de vosotros, porque cada vez habrá más fricción a vuestro alrededor y por todo el mundo, a medida que las comunidades humanas son estresadas hasta un punto de ruptura, a medida que las antiguas animosidades comienzan ahora a desbordarse y a engullir a las naciones y regiones, a medida que la competencia por los recursos restantes se vuelve feroz y peligrosa, produciendo conflicto y deterioro a una escala nunca vista antes.

Para algunos parecerá ser el fin del mundo, el cumplimiento de una antigua profecía, como si fuera todo la obra de Dios. Pero Dios no es el autor de esta emergencia global. Dios es el testigo. Esta situación es la consecuencia de la ignorancia y el egoísmo de la humanidad y de su miopía y falta de comprensión del futuro y de las consecuencias de sus acciones.

Ahora Dios debe advertir a la familia humana del gran peligro que ha creado, de la gran calamidad que ha puesto en marcha. Porque durante este tiempo, la humanidad puede prepararse y puede mitigar las consecuencias de sus acciones.

Si no lo hace, entonces la civilización humana estará en peligro, en todas partes, en todas las naciones. Las economías quebrarán. Millones de personas se quedarán sin trabajo. Millones de personas tendrán que abandonar sus países de origen, que se habrán vuelto estériles e inhabitables.

Es por eso que la Nueva Revelación de Dios para el mundo debe hacer sonar esta alarma, debe dar esta advertencia. Habéis cambiado el clima del mundo. Ahora está cambiando por sí mismo. Va a seguir cambiando. Producirá sequías, inundaciones y privación. Arruinará las economías de los países que tienen que lidiar con las consecuencias y los eventos, con las calamidades que ahora serán cada vez más frecuentes y cada vez más destructivas.

Este es un tiempo en el que la humanidad tendrá que unirse para proteger el mundo y salvarse a sí misma. Aquí Dios está dando la Advertencia, la Bendición y la Preparación para que os salvéis a vosotros mismos y salvéis vuestra nación, vuestras familias y comunidades y la civilización humana.

No podéis permitiros el lujo de descender en el caos, porque eso agotaría el resto de los recursos del mundo, dejando un grado de empobrecimiento que no podéis imaginar.

La Asamblea Angélica que supervisa este mundo ha visto esto venir. Y se está acercando muy rápido ahora, acelerándose a sí mismo y acelerándose aún más debido a que la humanidad continua contaminando el aire, las aguas y los suelos, poniendo en movimiento fuerzas que aún no entiende plenamente, poniendo en movimiento fuerzas de cambio y convulsión que trabajarán contra la humanidad, que amenazarán ahora a la humanidad.

Es una carrera para salvar a la civilización humana. Es una carrera que debe llevarse a cabo. Es la llamada a la cooperación y la unidad para hacer frente a una realidad que nunca se ha visto antes aquí en la Tierra durante la época de la civilización humana.

Dios sabe lo que está viniendo. La Asamblea sabe lo que está viniendo si la humanidad no se prepara. Porque esto ha sucedido innumerables veces en el universo, donde mundos raros y hermosos como éste son destruidos y arruinados por el desconocimiento de su población nativa, explotados, saqueados y contaminados en tal grado que el entorno natural comienza a declinar.

No podéis permitiros esto. Debéis verlo. Debéis encararlo. Debéis tener el coraje, la honestidad y la humildad para enfrentarlo. Solo un gran peligro ahora, solo una gran tribulación, solo una gran oportunidad para la unidad humana y la cooperación, nacida ahora de la necesidad, requeriría que Dios hablara al mundo de nuevo.

Es tarde. La humanidad se ha demorado demasiado tiempo. Esta es una crisis que ha sido prevista por aquellos que son clarividentes y están bien informados. No penséis que hay otros problemas ante la humanidad que puedan competir con lo que estamos diciendo hoy aquí. No penséis que hay alguna otra gran necesidad o requisito que supere lo que estamos diciendo hoy aquí. Es una gran advertencia. Está sobre vosotros.

Las ciudades costeras y los puertos del mundo podrían inundarse en 30 años. Las tierras se secarán. Las cosechas fallarán. Habrá migración humana a una escala nunca vista, con gran tribulación y conflictos emergiendo. Será una situación abrumadora si la humanidad no se prepara.

Es la cosa más importante del mundo. Se requerirán todos los recursos, talentos, capacidades y cooperación de la humanidad para lidiar con esto y asegurar el futuro de la humanidad en un mundo que ahora ha cambiado y se ha vuelto más difícil y más peligroso. Será el mayor esfuerzo humano en la historia de este mundo.

Pero la humanidad debe unirse. Debe poner fin a sus conflictos incesantes y a su competencia destructiva para colaborar ahora, o las naciones caerán como fichas de dominó. Y su crisis será tan abrumadora que superará la capacidad de la humanidad para tratar con ella en el futuro si la humanidad no puede prepararse y no se prepara. Hemos hablado de esto repetidamente, pero la crisis es cada vez mayor. Está creciendo.

Dios ama a la humanidad, de lo contrario miraría hacia otro lado y permitiría que los amargos frutos de vuestras acciones os confrontaran y os sobrepasaran. Pero Dios ama este mundo y pretende que sea una nación libre y avanzada en el universo, donde la libertad es rara y donde los mundos como éste son raros y muy difíciles de encontrar.

Razas de más allá del mundo se han enfrentado a estas situaciones. Son bien conocidas, y es por eso que ahora la explotación de la tierra y la intervención se están llevando adelante con tal determinación, sin el uso de la fuerza. Porque esas pocas naciones que están involucradas en esto no quieren degradar aún más el mundo con conflictos, y se apoyarán en el trabajo y la cooperación humana para lograr el control aquí. Ellas no quieren destruir a la humanidad, sino usarla para sus propios fines. Y puesto que la conquista no está permitida en esta parte del universo, deben buscarse otros medios: el engaño y la persuasión, armas mucho mayores de lo que creéis.

Las personas están consumidas y obsesionadas consigo mismas. Los ricos están atrapados en una telaraña de codicia, confusión y decepción. Los pobres están luchando para sobrevivir cada vez con mayor dificultad. Los gobiernos están comprometidos en mantener una realidad que solo puede degradar aún más el mundo.

No pienses que esto será fácil. No pienses que alterar el curso en el que la humanidad se encuentra requerirá solo unas pocas cosas. No pienses que hay soluciones fáciles y básicas. Hay miles de soluciones que serán necesarias, y vosotros solo tenéis unas pocas. Tendréis que encontrar las otras, y se necesitará gran colaboración y esfuerzo humano para hacer esto posible.

Estáis viviendo en una situación de emergencia mundial. No pienses que esto no afectará a tu vida profunda y completamente. Puede arruinar vuestras economías. Puede conducir a hambrunas y muertes masivas. Puede llevar a la guerra, la guerra perpetua, a una escala que nunca se ha visto aquí antes. Puede crear calamidades muy violentas y continuas, como si la naturaleza se agitara en contra de la humanidad, en peligro ahora por lo que la humanidad ha creado —por el mundo que ha creado, el cambio que ha creado, la destrucción que ha creado, destrucción que ha traído sobre otras formas de vida y ahora sobre sí misma.

Esta es una llamada a todas las naciones, a todas las religiones. Dios ha provisto la preparación esencial, la cual debe ocurrir si la humanidad va a tener el coraje, la determinación y la visión para ver lo que debe hacerse, tomar las medidas que deben tomarse y construir la cooperación que debe construirse.

No es suficiente con centrarse solo en acabar con la pobreza o en traer una mayor justicia en tantos lugares donde se necesita. No es suficiente solo con usar el mundo más inteligentemente. No es suficiente solo con el cese de la contaminación.

Vais a tener que enfriar el planeta —una tarea mucho más grande de lo que nunca se ha logrado, pero aun así lograble—. Pero esto requerirá una radical redistribución de los recursos, una redirección de la voluntad y el propósito humanos, una mayor utilización de las ciencias y capacidades humanas. Vais a tener que enfriar el planeta.

La emergencia global cambiará todo lo que la humanidad está haciendo ahora mismo. Tendréis que replantar los bosques y restaurar los suelos y limpiar los ríos. Las personas tendrán que vivir de forma muy simple, porque toda la riqueza del mundo será gastada en esto.

No hay ningún lugar donde esconderse para los ricos. No hay aislamiento real para los privilegiados, porque todo lo que tienen será amenazado por las cosas de las que hablamos aquí hoy.

Es el Gran Amor de Dios el que está trayéndoos esta advertencia. No penséis que es de alguna manera exagerada, porque ni siquiera os estamos diciendo todas las cosas. Y no os estamos diciendo todo porque no tenéis todavía el coraje, la capacidad y la determinación para oírlo y encararlo.

Muchos ignorarán lo que os estamos diciendo. Muchos no responderán. Y ellos serán arrastrados cuando las Grandes Olas golpeen —inconscientes, faltos de preparación, porque no las vieron venir, no prestaron atención a la advertencia y no reconocieron las señales.

Cambia tu vida. Simplifícala. Usa tan pocos recursos del mundo como puedas. Colabora. Perdona. Conoce lo que está ocurriendo en el mundo. Ve la gran crisis viniendo sobre el horizonte. Mira con ojos honestos y objetivos, con tanto coraje como puedas reunir.

Dios te ha dado la gran fuerza y determinación [que necesitas] para elevarte para esta ocasión —la mayor ocasión en toda la historia humana, una ocasión que va a determinar el futuro de cada persona y de sus hijos y sus futuras generaciones—. Dios te ha dado el poder y la determinación en el nivel del Conocimiento, el Conocimiento que vive dentro de ti más allá de la superficie de tu mente, más allá de tu intelecto y de todas tus preocupaciones y quejas.

Es en este nivel donde las personas deben ser encendidas, o no tendrán el coraje y la determinación, el coraje o la honestidad o la compasión para enfrentar algo de esta magnitud. Y es por eso que Dios os está dando la llave, el ingrediente secreto, la única cosa que marcará la diferencia, la diferencia en tu vida como individuo y la diferencia en la vida de la humanidad en su conjunto. Porque Dios ha puesto un Conocimiento más profundo dentro de ti. Y este no está corrompido o contaminado por el mundo y todas sus ilusiones y tragedias, su miseria y su degradación.

Dios te ha dado la fuerza que necesitarás, y está siendo proporcionada en la Nueva Revelación de Dios para el mundo, tal vez la revelación más importante jamás dada —dada ahora para salvar a la humanidad de sí misma; dada ahora para salvar a la civilización humana; dada ahora para redimir a todos los que puedan responder a ella; dada ahora con gran urgencia, con gran advertencia, pero también con la gran Bendición del Creador. Porque Dios no quiere veros caer en el momento de mayor necesidad.

No te encierres en tu pequeña vida temerosa. No te retires hacia las sombras. No te preocupes con pequeñas cosas, o romances tontos que no tienen promesa en un mundo cambiante.

Esta es una llamada a elevarse para la mayor ocasión en la historia. Es una llamada de una necesidad tan grande y tan profunda que, si la reconocieras tan siquiera parcialmente, ello alteraría completamente tus prioridades, tus acciones y tus intenciones.

Las Grandes Olas de Cambio revelarán la corrupción, la ilusión, la ignorancia y la estupidez humanas. Pero también tienen el poder de generar una fuerza lo suficientemente grande como para activar y poner al servicio del mundo la mayor fuerza y el mayor propósito de la humanidad y la mayor dotación que el Creador le ha dado.

Pero para ver la solución debes ver el desafío. Debes ver la situación de emergencia global. Y debes ser parte de ella, porque formas parte de ella. Debes encontrar tu lugar y tu rol. Debes prepararte mediante la Revelación. Debes ganar los ojos para ver y los oídos para escuchar. Si puedes hacer esto, tu rol individual empezará a emerger lentamente según pones tu vida en orden y ganas la visión para ver lo que está ocurriendo en tu mundo y en tu vida.

No busques iluminación. No busques escape, porque no hay escape. Hay solo contribución y colaboración, o bien fracaso y catástrofe.

Que esta sea tu comprensión.