Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 26 de abril de 2015
en Boulder, Colorado, Estados Unidos
Texto original: The Great Warning
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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.
Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.
En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.
Dios ha enviado el Nuevo Mensaje al mundo en un gran punto de inflexión para la familia humana —un punto de inflexión para el que no estáis preparados ni conscientes, un punto de inflexión que es tan grande que alterará el curso de la vida para todos los que están aquí hoy, así como el futuro de todos los que vendrán a este mundo.
Es un gran umbral, el mayor que la familia humana ha tenido que enfrentar, en parte debido a que está despojando el mundo y en parte debido a su evolución, que le ha llevado al umbral del espacio, una Comunidad Mayor de vida en el universo de la que no sabéis nada en absoluto.
Las grandes Revelaciones del pasado y los Mensajeros que las trajeron no os prepararon para esto, porque esa no era la necesidad en ese momento.
Pero habéis alcanzado ahora el umbral en el que estáis cambiando el mundo en tal grado que ello creará un medioambiente donde os resultará cada vez más difícil sobrevivir. Y os enfrentáis a una intervención procedente del universo a vuestro alrededor, por parte de esas razas que buscan explotar vuestra debilidad, vuestra división y vuestras circunstancias cambiantes para sus propios fines y su propio beneficio.
Mientras tanto, la humanidad está consumida con sus propios problemas internos y su fricción entre naciones, culturas y religiones. Está consumida, poseída consigo misma, ciega y tonta mientras se encuentra en el umbral de la Comunidad Mayor, falta de preparación para tratar con el resultado y los efectos de su saqueo de este mundo, un saqueo tal que está cambiando la atmósfera, las aguas y los suelos —todas las cosas de las que dependéis en cada momento y cada día para vivir en este mundo, este espléndido mundo, una verdadera gema en el universo.
El hecho de arruinar el mundo ha traído a otros hasta aquí para salvar el mundo para sí mismos y ser sus nuevos líderes, si se les puede dar la oportunidad.
Mucha gente siente mucha ansiedad sobre el futuro y preocupación por lo que va a pasar, y esto está justificado. Independientemente de cómo expliquen esto o qué piensen que significa, es todo la misma respuesta a un gran cambio en vuestras circunstancias y a un gran desafío a vuestra libertad y bienestar.
Solo el Señor del universo puede advertiros de estas cosas con perfecta claridad. Y eso está haciéndose ahora a través la Asamblea Angélica, que habla como una sola Voz para traer la Nueva Revelación de Dios al mundo.
Porque Dios no ha hablado al mundo en 1400 años. Han llegado mensajes para cosas específicas, mediante ciertos agentes, pero nada para el mundo entero, nada para alterar el curso del comportamiento temerario de la humanidad y su destino.
Revelaciones de esta naturaleza solo llegan quizá una vez cada milenio. Tenéis el gran privilegio y el desafío de estar viviendo en dicho tiempo de Revelación. Es la máxima oportunidad si podéis entenderla, si podéis recibir lo que Dios quiere dar a la humanidad y no solo usarlo para vuestros propios propósitos egoístas, sino aplicarlo para el bienestar y el futuro de la familia humana en este mundo, que está ahora en peligro desde dentro y desde fuera.
Porque habéis cambiado la composición química de la atmósfera en tal grado que el planeta se volverá ahora más caliente y las aguas ascenderán. Los océanos ascenderán y continuarán ascendiendo, consumiéndolo todo a su paso. Grandes sequías y tormentas azotarán el mundo, como están comenzando a hacer ahora.
Será un tiempo de creciente dificultad y emergencia. No os sorprendáis de que esto esté ocurriendo, porque habéis cambiado las condiciones de la vida aquí en tal grado que esto pudo ser previsto y ha sido previsto por ciertos individuos.
Pero la imagen es más grande que esto, como veis, porque vuestra creciente vulnerabilidad ha atraído una intervención desde el universo, por parte de razas explotadoras que pueden presentarse como amantes de la paz y deseosas de servir a la humanidad. Pero esto es solo un engaño.
El planeta tiene un gran valor en el universo. Pero nadie lo atacará, porque eso no se permite en esta parte del espacio. Nadie quiere destruir sus grandes valores. Y nadie quiere destruir a la humanidad como fuerza de trabajo residente en este planeta.
Con cada día que pasa estáis perdiendo vuestra autosuficiencia, aumentando con ello vuestra vulnerabilidad frente a la persuasión, las seducciones y el ofrecimiento de regalos desde el exterior. A medida que la condición de la humanidad siga declinando, ¿quién entre vosotros o vuestros líderes tendrá la sabiduría y la contención para no aceptar estas cosas?
El mundo está cambiando muy rápido, y parte de esto no lo podéis evitar. Solo podéis mitigarlo, lo cual es algo que raramente se está haciendo hoy en el mundo.
Porque la gente no se da cuenta de que está viviendo en un estado global de emergencia, en los estados iniciales de este, donde mucho puede hacerse y resolverse y mucha preparación puede estar en marcha.
¿Pero quién entre los que conocéis, en vuestra cultura, vuestra nación y vuestra familia, se está preparando para las Grandes Olas de cambio? ¿Os estáis preparando vosotros mismos para las Grandes Olas de cambio? ¿O estáis tontamente viviendo para el momento, ciegos e ignorantes respecto hacia dónde os estáis dirigiendo, lo que está llegando en el horizonte y las grandes señales que el mundo os está dando ahora para alertaros y prepararos?
Dios ha dado ahora la preparación para el gran cambio que está llegando, dada en un momento de máxima importancia y oportunidad, dada en un momento en el que la humanidad todavía tiene tiempo para prepararse y contrarrestar mucho del daño que podría hacerse en el futuro, si descuidáis vuestros deberes y responsabilidades ahora.
Solo Dios sabe lo que está llegando en el horizonte. Vosotros estáis preocupados con vuestros asuntos y necesidades y vuestros debates y quejas. Pero ni siquiera estáis mirando. ¿Quién entre los que conocéis está realmente mirando? Las personas se ocultan tras sus religiones, sus escrituras; se ocultan tras sus [opiniones] políticas, tras sus problemas. ¿Quién tiene el coraje y la humildad para mirar y preguntar, con toda honestidad, qué es lo que está llegando ahora?
Las personas no quieren saber. No quieren ver. No quieren enfrentar el desafío, a pesar de que enfrentarlo les haría más fuertes de lo que son hoy y les daría una oportunidad de hacer algo inteligente para sí mismas y para sus seres queridos.
No busquéis confort. No busquéis alivio. No tratéis de encontrar paz y ecuanimidad en un mundo que habéis sido enviados a servir —un mundo que ahora enfrenta sus mayores desafíos y su mayor oportunidad para la unión y la cooperación, si suficientes personas pueden reconocer la gran necesidad de este tiempo y los tiempos venideros.
No importa si rezáis a Dios. No importa si os postráis en la iglesia, el templo o la mezquita si no estáis dispuestos a hacer realmente lo que Dios os ha enviado aquí a hacer, que es jugar vuestra pequeña pero importante parte en prepararos a vosotros mismos y a vuestra nación para los dos grandes desafíos que la humanidad está ahora enfrentando y enfrentará de manera creciente según pase el tiempo.
No hay un problema mayor que este. Porque si fracasáis en cualquiera de estos desafíos, si fracasáis en prepararos para las Grandes Olas de cambio, si fracasáis en contrarrestar la Intervención que está ocurriendo hoy en el mundo —algo que tenéis el poder de hacer—, entonces la libertad humana se perderá, y se os pondrá en una serie de circunstancias más difíciles y desafiantes de lo que ahora podéis imaginar.
Este es un desafío tan grande e importante que Dios ha hablado de nuevo, para tratarlo directamente, para prepararos, para traer propósito, ecuanimidad y cooperación entre las religiones del mundo, que deben todas ayudar ahora a preparar a la humanidad para el gran cambio que se avecina. No debería haber conflicto entre ellas, porque Dios las inició todas. Aunque han sido todas cambiadas por el hombre a lo largo del tiempo, todavía tienen un gran propósito ante su Fuente y un servicio que dar al mundo en cooperación mutua.
Ahora debéis empezar a pensar en cosas en las que no habéis pensado antes, a considerar el resultado y las consecuencias de grandes eventos en el mundo y no meramente pensar sobre vuestros intereses, necesidades o distracciones personales.
Debéis volveros responsables —capaces de responder, dispuestos a mirar, reconociendo vuestras limitaciones al hacerlo, reconociendo vuestras debilidades y vuestras fortalezas—. En este tiempo debéis realizar una profunda evaluación de vuestra vida, de lo contrario las Grandes Olas os consumirán, a vosotros y todo lo que tenéis. Y cuando esto ocurra, reconoceréis que no lo visteis venir porque nunca estuvisteis mirando o prestando atención.
Los mares ascenderán. Durante el próximo siglo y medio, los mares ascenderán más de 30 metros. ¿Dónde vais a vivir? ¿Qué les ocurrirá a vuestros puertos y ciudades y a vuestras tierras de cultivo primarias? ¿Qué les ocurrirá a los deltas del mundo y a los millones de personas que viven allí? ¿Quién les acogerá cuando deban huir de su nación, incapaces de sobrevivir allí por más tiempo?
Es esto lo que debéis considerar. Mirad un mapa del mundo y ved lo que se perderá. La mayoría de las ciudades principales del mundo se inundarán y no podrán ser protegidas. ¿Qué le ocurrirá a toda la gente que deba partir, incluso en las naciones ricas y sus ciudades y líneas de costa? ¿A dónde irán? ¿Qué harán ellos, junto con vosotros y vuestros ancestros recientes, que habéis cambiado el clima del mundo, a medida que los casquetes polares y los glaciares se derritan, a medida que el agua [dulce] se vuelva un recurso cada vez más preciado y las sequías aumenten por todo el mundo? Estas son las cosas que deben mitigarse ahora, mientras todavía tenéis una oportunidad de hacerlo. No penséis que hay otros problemas más importantes que este. No lo subestiméis.
Debéis construir vuestra arca, para vosotros mismos y para vuestra familia y vuestra comunidad —no solo para vuestras propias necesidades, sino para las necesidades de todos a vuestro alrededor—. Si esperáis demasiado, será demasiado tarde para prepararse, y todo el mundo estará en pánico —todos aquellos que no vieron y no pudieron ver, o que eran demasiado débiles o ancianos o estaban demasiado enfermos para prepararse—. Será un gran pánico, un pánico creciente, un pánico entre las naciones, un pánico dentro de las naciones.
Debemos deciros estas cosas para que entendáis la importancia de la Nueva Revelación de Dios para el mundo y la importancia de vuestra presencia en el mundo en este momento, que no es meramente para perderos en pasatiempos, fantasías y objetivos personales. Tenéis una responsabilidad ante aquellos que os enviaron y aquellos que hicieron grandes esfuerzos para traeros aquí en este tiempo, bajo estas circunstancias, para servir a un mundo que enfrenta su mayor prueba y su mayor crisis.
Salid de las sombras. Salid de la adición y la obsesión. Salid de vuestros romances sin esperanza y vuestros tontos objetivos, que no tendrán promesa alguna en un futuro como este. Este es el desafío de vuestra vida, como veis. Descartadlo bajo vuestra responsabilidad. Descuidadlo bajo vuestra responsabilidad. Disputarlo bajo vuestra responsabilidad.
Porque la tecnología no os salvará. Una raza extraterrestre no os salvará. Ellos son parte del problema, como veis. Solo la voluntad, la determinación y la cooperación humanas fortalecerán a la familia humana en los grandes cambios venideros. Es vuestra responsabilidad moral. Es vuestro mayor propósito para estar aquí. Es de lo que trata realmente vuestra vida.
Vuestro servicio no será grandioso. No atraerá mucha atención. Será ayudar a una persona, o a un grupo de gente, o a una ciudad o un pueblo, donde sea que estéis destinados a dar. El servicio debe ocurrir a todos los niveles y en muchas formas, por parte de crecientes cantidades de personas.
No esperéis a que los cielos se oscurezcan y las aguas asciendan, las tierras se sequen y la gente esté desesperada. Porque entonces será demasiado tarde para hacer gran cosa —tanto para vosotros mismos como para los demás.
Dios os está dando ahora los ojos para ver y los oídos para escuchar. Los tenéis ya dentro de vosotros, en una inteligencia más profunda en vuestro interior llamada Conocimiento. Esta inteligencia está más allá del intelecto. Es más poderosa que vuestro intelecto. Es mayor que vuestras ideas, vuestras suposiciones, vuestras creencias o vuestras preferencias.
Debéis enfrentar esta mayor realidad. Si no lo hacéis, vuestra vida será desperdiciada y perdida, y vuestro propósito no será reconocido ni cumplido.
Si enfrentáis esta realidad, al principio estaréis asustados, pero ganaréis fuerza según sigáis reconociendo la gran necesidad que está emergiendo. Esto os ayudará a reevaluar vuestra vida y a renunciar a pequeñas cosas peligrosas y dañinas. Supondrá el ímpetu y la inspiración perfectos para poner vuestra vida y vuestra mente en orden y aprender cómo seguir el Conocimiento, porque ese es el sentido de toda espiritualidad y religión verdaderas.
Dios os ha dado una perfecta inteligencia guiadora, que no tiene miedo del mundo ni está corrompida por el mundo. ¿De qué otra parte de vosotros podéis afirmar esto con toda honestidad? Aquello que es débil dentro de vosotros debe seguir aquello que es fuerte. Aquello que es débil dentro de vosotros debe seguir a otros que son fuertes en el sentido que estamos diciendo.
La humanidad se ha arrinconado a sí misma. No hay una salida fácil. No hay soluciones simples. No hay tecnología que vaya a cambiar todo esto. La humanidad no sabe cómo prepararse. Solo tiene pequeñas piezas de la preparación y la mayoría de ellas realmente nunca han sido testadas antes.
Si dais a esto vuestra atención, ello os ayudará a entender. Si entendéis que fuisteis enviados aquí para esto, ello pondrá un mayor equilibrio en vuestra vida y podrá comenzar a emerger una mayor fuerza dentro de vosotros.
Por primera vez en la historia humana, el Señor de todo el universo ha proporcionado a la familia humana los Pasos al Conocimiento, una antigua enseñanza que ha sido dada a otras razas en el universo a lo largo de incontables eones. Es esto lo que debe estudiarse, porque os pondrá en contacto con el mayor poder en vuestro interior, que está conectado a Dios. Seáis religiosos o no, no importa qué tradición de fe sigáis, o incluso si no tenéis tradición de fe, es todo lo mismo. El regalo es el mismo. La necesidad es la misma. La verdad es la misma.
Disputadlo teológicamente. Disputadlo psicológicamente. Disputadlo a nivel político o económico. No importa. Es todo un fracaso en responder. No defendáis vuestra debilidad de esta manera, sino ved que Dios mediante la Revelación os está llamando a reconocer la condición del mundo y de vuestra vida, así como vuestro futuro y vuestro destino aquí.
Hacedlo por vosotros mismos. Hacedlo por vuestros hijos. Hacedlo por todo lo que amáis y apreciáis en el mundo. Pero más allá de esto, hacedlo por aquellos que os enviaron aquí, que están observándoos para ver si podéis responder.
El Mensajero está en el mundo. Él es un hombre mayor ahora. No estará aquí para siempre. Él tiene parte del regalo en su interior, porque fue enviado desde la Asamblea Angélica, como lo fueron todos los anteriores Mensajeros.
Este es el tiempo. Este es el momento. Esta es la crisis. Solo cuando veáis que no tenéis respuesta para estas cosas os tornaréis hacia aquello que tiene una respuesta y puede conduciros paso a paso a reposicionar vuestra vida y vuestra mente correctamente, de modo que podáis tener sabiduría y claridad, en vez de miedo y reprensión.
Este es el amor que Dios os está dando. Es duro. Es desafiante. Es incómodo. No es meramente para reconfortaros y tranquilizaros. Es para llamaros al servicio, a un mayor servicio y reconocimiento, a una mayor cooperación entre vosotros y otros —entre grupos, entre religiones, entre naciones, para la preservación y el avance de la humanidad.
Muchas personas lo rechazarán. Se aferrarán a sus anteriores creencias e ideas e inversiones. Rechazarán esto ciegamente como algo imposible, o pensarán que es el fin de los tiempos para la humanidad, y que todo lo que tienen que hacer es rezar, cuando en realidad deben prepararse.
Porque esta es la gran transición. Pero las grandes transiciones, por su propia naturaleza, sin difíciles y arriesgadas. Las personas pueden fracasar durante tales grandes puntos de inflexión. Y el fracaso aquí sería más costoso que cualquier cosa que hayáis experimentado jamás en este mundo. No podéis permitiros esto.
El Cielo está observando para ver quién puede responder, quién se preparará, quién pondrá su vida en orden y tomará los Pasos al Conocimiento y construirá los Cuatro Pilares de su vida —el Pilar de las Relaciones, el Pilar del Trabajo, el Pilar de la Salud, el Pilar del Desarrollo Espiritual—, los Cuatro Pilares sobre los que cualquier vida verdadera debe sostenerse y puede ser estable en tiempos turbulentos e inciertos.
Esta es la llamada. Esto es verdadero amor. Si no hubiera verdadero amor, el Creador de toda vida miraría hacia otro lado y dejaría que la humanidad cayera en el caos y la disolución, solo para ser tomada por poderes externos que son mucho más crueles y severos que cualquier cosa que podáis imaginar.
No os rindáis. No os deis por vencidos. No capituléis ante vuestros propios miedos o los desafíos a vuestro alrededor. No seáis víctimas. Sed contribuidores. Aquí ganaréis fuerza, propósito y renovación. Porque solo una mayor situación puede ahora restaurar, renovar y preparar a la humanidad para enfrentar los grandes desafíos que llegarán.
La Nueva Revelación de Dios para el mundo es la mayor Revelación jamás dada, dada ahora a una comunidad mundial, una comunidad alfabetizada, un mundo de comercio global, un mundo de creciente conciencia global, un mundo de comunicaciones globales.
Es la mayor oportunidad antes de que las cosas comiencen realmente a romperse. Es el tiempo más importante, como veis. Es el tiempo de vuestra vida. Responded a esto y comenzaréis a emprender vuestro gran retorno a vuestra Fuente, a vuestro propósito y al mayor destino que os ha traído aquí, bajo estas circunstancias de las que hablamos.
El Mensajero está en el mundo. Aprended de él. Asistidle si podéis. Recibid de él. Es el único que puede traer la Revelación de Dios al mundo. Cuando haya terminado, el Sello de los Profetas se cerrará tras él, y no se dará nada más durante mucho tiempo.
Es debido a esto que su Mensaje es tan grande y tan detallado, tan repetitivo, tan amplio, tan inclusivo, tan directamente importante para cada aspecto de vuestra vida, dado a lo largo de un extenso periodo de tiempo, dado con su propio comentario, de modo que su verdad no dependa de futuros comentaristas, que no conocieron al Mensajero y que probablemente no comprendieron la Revelación. No puede haber confusión ahora. Los errores del pasado respecto a cómo las grandes Revelaciones se usan y se emplean no pueden repetirse.
Todo es importante ahora. Cada día es importante. Cada decisión es importante. Vuestras decisiones, las decisiones de otros; vuestro comportamiento, el comportamiento de otros —todo es importante ahora—. Vuestra vida es importante ahora, pero solo en este mayor contexto.
El fracaso debe evitarse y resistirse a cualquier coste, porque enfrentar las Grandes Olas de cambio os costará todo. En vez de construir grandes armadas y enriquecer a unos pocos individuos, tendrán que emplearse todos los recursos de vuestras sociedades y naciones.
Encarad el Poder y la Presencia, y la Gracia os asistirá. Podéis superar vuestras debilidades y vuestro miedo porque hay un mayor poder dentro de vosotros. En la Nueva Revelación de Dios para el mundo, este poder se resalta como lo más evidente y necesario.