El Nuevo Mensaje de Dios

Las personas en todas partes están llevando un gran poder en su interior, un poder que aún no han descubierto. Es una Inteligencia más profunda que el Creador de toda vida le ha dado a cada persona.

Esta Inteligencia más profunda no funciona igual que tu intelecto. No está condicionada por el mundo. No está sujeta a la duda, al miedo, a la confusión, al resentimiento o a la ira. Es serena, clara y poderosa. No puede ser persuadida por ninguna fuerza o poder, ya que solo responde a Dios.

Esta Inteligencia mayor se llama Conocimiento y vive dentro de ti, bajo la superficie de tu mente. Todos los días el Conocimiento te aconseja para protegerte, guiarte y conducirte. Pero si estás viviendo en la superficie de tu mente, atrapado en la turbulencia de la superficie —que es como la turbulencia en la superficie del océano—, entonces no escucharás estos mensajes. No sentirás esta mayor presencia dentro de ti. No reconocerás las advertencias ni la dirección del Conocimiento.

Las personas intentan estar siempre estimuladas —con la radio y la televisión, con libros y conversaciones interminables—, manteniéndose a sí mismas en la superficie de su mente, donde no pueden sentir ni la presencia ni el poder del Conocimiento, donde no pueden escuchar ni responder a la guía que el Conocimiento está proporcionándoles.

Quizá de vez en cuando sentirán una inclinación más honda. Reconocerán una señal o tendrán un sentimiento profundo sobre algo, pero estas experiencias son a menudo intermitentes y con frecuencia se interpretan mal. Incluso las personas que sienten que son intuitivas por naturaleza, con frecuencia malinterpretan las señales que están recibiendo, al intentar que todo encaje con lo que quieren, o que cumpla sus deseos y sus metas, o que apoye una filosofía que tienen sobre la vida. Por tanto, aunque muchas personas responden al poder y a la presencia del Conocimiento, a menudo interpretan mal sus señales, pensando que es otra cosa.

Algunas personas creen que cada señal interna debe estar relacionada con el amor, cuando en realidad el Conocimiento advierte sobre cosas. Te está alertando de la presencia del peligro. Está intentando impedir que cometas errores críticos o que entregues tu vida a personas o cosas que no tienen un valor real ni futuro.

Esto también es amor: la guía del amor, la moderación del amor, las advertencias del amor. Sin embargo, si crees que el amor va sobre la felicidad, la paz y el placer, entonces no entiendes su poder y potencia verdaderos. El amor que un progenitor tiene por su hijo, la preocupación que tendrá por él y el intento de los padres de protegerlo de daños, peligros o influencias perjudiciales representan el tipo de amor que vive dentro de ti.

¿Cómo puedes experimentar este Conocimiento, que guarda para ti tu mayor propósito para venir al mundo y que puede enseñarte a navegar los tiempos difíciles venideros bajo cualquier tipo de circunstancia? ¿Cómo puedes experimentar esto por ti mismo?

Debes aprender a estar en quietud. Debes aprender a escuchar profundamente dentro de ti, no solo unos momentos aquí o allá, sino de manera más regular, como parte de tu práctica espiritual. Cuando vengas a orar, no pidas cosas simplemente y aprende a escuchar. Dios ya ha puesto la respuesta dentro de ti, pero está en lo profundo de tu interior, y debes penetrar la superficie de tu mente para experimentarla.

Al igual que el océano, la superficie es turbulenta y errática, siempre cambiante; pero muy adentro, en lo profundo del océano, existen fuertes corrientes que están moviendo las aguas del mundo. Tu mente es semejante. En la superficie es arrastrada por los peligros y preocupaciones de tu vida exterior. Es persuadida, influenciada e impactada por el mundo que te rodea: por las opiniones de otras personas, por los requerimientos de tu vida, por tus deseos y tus temores. Pero en lo profundo existe una corriente más profunda de vida que no está sujeta a estas influencias externas. Es fuerte, permanente y tiene una dirección verdadera. Está moviendo tu vida.

A medida que aprendas a seguir los Pasos al Conocimiento, aprenderás a sentir la presencia de esta Inteligencia mayor. Y con el tiempo, aprenderás a discernir correctamente sus señales y mensajes y a aceptar su presencia y su poder en tu vida.

Así es como Dios te hablará. Así es como Dios te influenciará para protegerte y guiarte de manera que tengas y experimentes una vida mayor en el mundo —una vida al servicio del mundo, una vida que está conectada al mundo real que te rodea—. Este es el mayor descubrimiento en la vida, y está esperándote.

Ya has experimentado el poder y la presencia del Conocimiento en los momentos de tu vida en que sentiste un deseo abrumador de emprender un cierto tipo de acción, o una preocupación por un evento antes de que sucediera, o una preocupación por un ser querido, solo para encontrar que esa preocupación estaba bien justificada.

Existe un poder dentro de ti que es sabio. Te está moviendo hacia delante en algunos sentidos y te está reteniendo en otros. Representa tu conciencia más profunda, la conciencia que Dios ha puesto dentro de ti. Puede que le pidas a Dios milagros. Puede que le pidas que intervenga en tu vida. Pero Dios ya ha puesto la respuesta en ti: el poder y la presencia del Conocimiento, la Mente eterna más profunda en tu interior. Solo ella sabe quién eres, por qué estás aquí, con quién debes encontrarte en esta vida y qué has de contribuir aquí en última instancia al servicio de la humanidad y del mundo.

Llevas la gran dotación dentro de ti. Está esperando a ser descubierta. Está esperando a que tomes los Pasos al Conocimiento y adquieras la sabiduría que necesitarás para llevar este Conocimiento al mundo, para proteger este Conocimiento y para discernir su guía y experimentar sus regalos.

Esta es la bendición que el Creador de toda vida te ha dado a ti y a cada persona. Y en la medida en que el Conocimiento pueda experimentarse y expresarse en este mundo, el mundo será bendecido, se evitarán grandes desastres y la humanidad continuará avanzando en una dirección positiva.

Este es el antídoto contra el mal. Es la bendición para el mundo, una bendición que vive dentro de ti.