Texto original: The Sacred
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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.
Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.
En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.
Es momento ahora de hablar de lo Sagrado —de qué es verdaderamente sagrado, qué debe ser venerado y qué debe ser reconocido— y ver cómo es muy diferente de las cosas que se consideran sagradas y muchas personas mantienen como sagradas.
Porque lo que es sagrado no puede tocarse. No se le puede dar un nombre. No puede tenerse entre las manos. No es un lugar. No es un edificio. No es un objeto. Porque lo que es sagrado es lo que es permanente.
Pues al principio, estaba lo Sagrado. En el fin, estará lo Sagrado. En la mitad, en el medio, está lo Sagrado. Es pasado, presente y futuro. Es un momento de experiencia. Es una revelación.
Es un recuerdo que se remonta a través de los pasillos de tu mente, tan atrás que llega más allá de esta vida, más allá de este conjunto de circunstancias. Es como recordar algo que siempre ha estado, pero que ha sido olvidado.
Cuando las personas tienen esta experiencia, saben que hay algo permanente en su vida. No es una creencia en que algo es permanente. No es una creencia basada en el miedo y la aprensión. No es una adaptación para compensar la ansiedad que acompaña a la conciencia de la mortalidad y la limitada vida de uno mismo aquí en el mundo. Lo Sagrado es como una llama que nunca se apaga.
Cuando las personas tienen una experiencia sagrada o alguien en la historia pasada ha tenido una experiencia sagrada, las personas consideran sagrados los lugares específicos donde sucedieron esos acontecimientos, donde se hicieron sacrificios. Tales lugares son considerados sagrados y se crean en ellos hermosos monumentos, algunos tan hermosos que las personas acuden de todas partes para visitarlos, rendir homenaje y experimentarlos.
Pero no son sagrados. Si supieras lo que en realidad es sagrado, lo entenderías. Si hubieras experimentado lo que es sagrado, lo entenderías. No habría problema aquí y no argumentarías.
En algunas tradiciones, la Tierra misma es considerada sagrada, la Tierra completa, no solo un lugar en particular. Pero la Tierra no es sagrada, es solo la Tierra.
Este edificio —a pesar de ser bello, a pesar de ser histórico, a pesar de ser vistoso o fenomenal— es solo un edificio. Esta estatua y este objeto, son solo una estatua y un objeto. Hacerlos sagrados, o insistir y creer en que son sagrados, es perder el punto. Pues puede ser sagrado para ti o para tu cultura, pero no es sagrado para otros. Para ellos, es interesante o hermoso. Es solo un objeto, sin embargo. No es sagrado para ellos.
Pero cualquiera que ha tenido esta experiencia de Dios o del movimiento del Conocimiento en su interior, sabrá que es sagrada. Es tan diferente de cualquier otra cosa —de cualquier idea, de cualquier creencia, de cualquier lugar, de cualquier tradición o ritual— que para cualquiera que lo experimente será sagrado o, por lo menos, notable y confuso.
Para conocer lo Sagrado debes liberarte de mucha confusión, mucha hostilidad y mucho apego a las cosas. Pues Dios no está apegado a esas cosas. Y la inteligencia mayor que dios ha puesto dentro de ti —la Mente más profunda, la Mente del Conocimiento— tampoco está apegada a esas cosas.
Pero la mente —la mente del mundo, la mente con la que piensas— convierte las cosas en sagradas. Tiene sus propios dioses. Inconsciente de la gran Presencia, inconsciente del Fuego del Conocimiento ardiendo dentro de ti, crea sus propios acontecimientos sagrados, lugares sagrados, personas sagradas, objetos sagrados, etcétera.
Está bien honrar un lugar donde algo sagrado ha ocurrido, u honrar a una persona que ha demostrado lo que es sagrado en su vida de la manera más auténtica. Pero no llames a esos lugares sagrados, pues eso es confusión. Pasa a través de esos lugares, honra o recuerda a la persona o el acontecimiento, pero reserva lo que es sagrado para lo que es sagrado.
Pues lo que es sagrado no es un objeto. No es un libro. No es un lugar. Ni siquiera es un acontecimiento. Estas son todas cosas en el tiempo, a través de las cuales lo Sagrado se mueve.
Si puedes conocer lo que es sagrado, puedes experimentarlo en todas partes. Estará contigo en todas partes. Puede hablarte en todas partes. Puede moverte —el movimiento más profundo de tu vida— en todas partes.
Las pasiones pueden ir y venir. Grandes romances pueden ir y venir. Las experiencias de la vida pueden ir y venir. Puedes experimentar gran belleza y gran tragedia, creación y destrucción, eventos dramáticos y eventos mundanos, pero lo que es Sagrado sigue ahí.
Está quieto, y está moviéndose. Está tan quieto que tienes que quedarte quieto para experimentarlo. Aun así, está moviéndose, porque has sido enviado aquí para hacer algo, dar algo, reconocer algo y unirte con ciertas personas por un propósito mayor. Este movimiento también es sagrado.
No es como si Dios fuera una estrella distante. Dios se está moviendo en tu vida; se está moviendo a través del mundo y a través de las personas, lugares y acontecimientos, porque todos han sido enviados aquí para dar algo y hacer algo. Y el hecho de que las personas no hayan experimentado esto —o no lo hayan reconocido ni cumplido— es la raíz del sufrimiento de todos.
Sin embargo, muchas personas saben que hay algo sagrado en la vida, y por eso tratan de darle alguna expresión: la vaca sagrada, el templo sagrado, el libro sagrado, la historia sagrada, el objeto sagrado, el sol sagrado, la Tierra sagrada, incluso los cielos, el universo y la Comunidad Mayor.
Sin embargo, lo que es Sagrado en la vida se mueve a través de todas esas cosas, se mueve como el viento. No puedes capturarlo. No puedes aferrarte a ello. No puedes mostrárselo a otro y decir: “Esto es. Cree en esto”.
Los objetos sagrados se pierden. Los grandes templos son destruidos o se derrumban. Incluso la sagrada Tierra no estará ya aquí en el futuro lejano, y todo lo que ha sido considerado sagrado en ella ya no estará aquí.
Pero lo Sagrado permanece. Está en el Misterio. Debes tener el coraje y la confianza para entrar al Misterio, para estar en quietud.
Las personas no pueden estar en quietud porque están asustadas: asustadas de lo que podrían sentir, de lo que podrían saber, de lo que podrían ver. Porque esas cosas ya están en su interior, esperando a ser descubiertas. Las personas tienen miedo de sí mismas. Tienen miedo a la vida. Temen el cambio. Temen a Dios. Sin embargo, todas esas cosas existen en su interior, esperando a ser descubiertas.
Para aquellos que han experimentado el Misterio, para aquellos que han experimentado lo Sagrado, esto es más real que cualquier cosa que puedas tocar, que puedas pensar o que puedas ver, escuchar o sostener en tus manos. Todo eso se vuelve menos real, menos importante.
Eres libre entonces de pasar a través de la vida como el viento, como la Presencia, como lo Sagrado. Sí, sigues siendo una persona, y tienes obligaciones y dificultades. Tienes dolores y sufres por cosas. Hay decepciones. Hay frustración. Pero hay algo Sagrado que compensa el dolor, la discordia y la confusión de la vida.
Dios envía Nuevos Mensajes al mundo para renovar lo Sagrado y restaurar la conciencia de lo Sagrado en las personas. No es solo para afectar a la historia humana. No es simplemente para darle a la humanidad una nueva conciencia, o para poner en marcha un mayor conjunto de acontecimientos que puedan alterar el curso de la historia humana. Los Nuevos Mensajes de Dios están diseñados para hacer estas cosas, pero fundamentalmente están aquí para restaurar lo Sagrado. Están aquí para compensar la confusión y la disociación de las personas con respecto a lo Sagrado.
Pues lo que es Sagrado se vuelve profano, y se convierte en ídolos, rituales, creencias y opresión. Lo Sagrado ahora ha sido denigrado volviéndose un mecanismo de control sobre las personas, un yugo y un arnés para la humanidad, una demanda, un conjunto de reglas que son inflexibles e inhumanas.
Lo Sagrado se ha perdido. Las personas son oprimidas y empobrecidas. Pelean unas con otras sobre lo que piensan que es sagrado. Pelean unas con otras sobre cuál de los Mensajeros de Dios debería ser honrado. Pelean unas con otras sobre la historia de su religión. Pelean unas con otras por los recursos del mundo. Colisionan sobre sus ideas, y el dolor y el sufrimiento de la humanidad se perpetúan y se profundizan. Y lo Sagrado deja de ser para las personas una inspiración, un Misterio, el movimiento invisible de Dios y los emisarios de Dios.
Entonces, a grandes intervalos, un Nuevo Mensaje de Dios debe ser enviado al mundo. Aquí no hay un profeta final, porque las necesidades de la humanidad y las necesidades del alma dentro de cada persona llaman por lo Sagrado.
Sin esto, como ser humano eres un animal inteligente, tan inteligente que eres consciente de tu futuro y tu mortalidad, tan inteligente que sufres en un grado mucho mayor que cualquier otro ser en la naturaleza. Pero lo Sagrado vive contigo. Sin lo Sagrado, la vida es árida, un desierto, carente de realización, carente de un sentido de permanencia, paz o resolución. La Tierra y el universo son fríos e implacables. Sin lo Sagrado, parte de ti estará por siempre sin realizar, una parte de ti más profunda, la parte de ti que espera a ser descubierta.
No llames a nada sagrado. Ningún lugar. Ninguna persona. Ningún libro. Ningún templo. Ninguna iglesia. Ninguna mezquita. Acércate a ellos con reverencia y respeto, pero no los llames sagrados. Porque lo que es Sagrado es mucho mayor. Está para llevarte más allá del mundo mientras estás en él, para que puedas estar en el mundo sin ser del mundo.
Esto es lo que te da el poder y la conexión a Dios. Por supuesto, es misterioso, porque existía antes del mundo y existirá después del mundo. Es por eso que no puedes verlo, ni escucharlo, ni sostenerlo en tus manos.
Para experimentarlo, debes aprender a estar en quietud. Y debes tomar los Pasos al Conocimiento, la Mente más profunda que Dios ha puesto dentro de ti, que es donde el movimiento de Dios puede ser experimentado, donde la sabiduría de Dios puede ser experimentada, donde la Voluntad de Dios y su Presencia en tu vida pueden ser experimentadas.
No tienes que ser religioso para tener esta experiencia. Tampoco necesitas creer en una religión. La religión puede ser de ayuda si es entendida como un camino a lo Sagrado. Pero si la religión es solo una utilidad, solo algo a lo que sientes que debes obedecer, solo una convención social o un requerimiento político, entonces ha perdido su valor real para ti.
Pero para aquellos que no son religiosos, que no tienen una fe religiosa, que no siguen una prescripción o un camino definido, lo Sagrado también está disponible. Si pueden experimentarlo y sentir su movimiento en sus vidas, esto aliviará sus quejas, su hostilidad, su angustia, su vergüenza, su miedo a la vida, su miedo de sí mismos, su miedo de otros y su miedo de Dios.
¿Qué otra cosa podría darte Dios que sea más grandioso que esto —que este gran alivio, esta gran afirmación, esta gran confirmación de que has sido enviado desde más allá del mundo para dar algo muy específico y muy simple al mundo—?
Seguir esto es moverte con lo Sagrado. Es sentirlo moviendo tu vida. Ya seas religioso o no, estás teniendo una experiencia sagrada.
Es más difícil para los ricos experimentar lo Sagrado, porque ellos han convertido muchas otras cosas en sagradas. Es difícil para los pobres experimentar lo Sagrado, porque tienen hambre. Están necesitados. No tienen lo que necesitan para sostenerse a sí mismos, y entonces creen en la magia y los milagros, porque necesitan un milagro para sobrevivir. Necesitan que algo que no pueden ver los ayude. En este sentido, es más fácil para ellos experimentar lo Sagrado.
Pero aquí, de nuevo, lo Sagrado es lo que es permanente — más allá de las necesidades del día, más allá de la riqueza y el esplendor, más allá de las punzadas del hambre.
Si la humanidad pudiera darse cuenta de esto, esto traería el fin de la guerra. Traería la habilidad de cooperar y de unirse. Crearía un conjunto de valores más genuino y común. Significaría que la religión no sería usada como un pretexto para la guerra, como una herramienta del estado, como algo que divide a la humanidad y la pone en conflicto consigo misma. No habría argumentación sobre qué libro es sagrado, sobre qué profeta es sagrado, sobre qué Mensajero es más grande que otro Mensajero. Experimentarías lo que es Sagrado, o bien no lo harías.
Dios te alimenta a través de lo Sagrado. Si no eres alimentado, tienes hambre. El alma se muere de hambre. Incluso si vives en esplendor, incluso si tienes de todo y la libertad de viajar, tu alma estará hambrienta por siempre, y es por eso que estás tan insatisfecho.
Dios te alimenta a un nivel diferente, al nivel del alma, porque es ahí donde tu vida se vuelve real y significativa, tiene propósito y tiene una dirección, ya que te estás moviendo con lo Sagrado y no has asignado lo sagrado a ninguna otra cosa.
Las posesiones son útiles o no lo son. Te ayudan o no lo hacen. Tienen valor en aquello a lo que sirven. Quizá necesitas muchas cosas para llevar a cabo tu propósito en este mundo. Quizá necesitas pocas cosas o nada. El valor de las cosas se asocia ahora aquí con un propósito mayor, con servir a lo Sagrado sin volverse sagradas en sí mismas.
Incluso tu cuerpo: no lo llames sagrado. Pero puede servir a lo Sagrado. Solo Dios sabe realmente cómo esto puede hacerse por completo. Para saberlo tú, debes seguir a la Inteligencia más profunda que Dios ha puesto dentro de ti, que es donde puedes experimentar y expresar el movimiento de lo Sagrado.
Todo verdadero artista lo sabe. Todo individuo que es realmente creativo lo sabe. Ellos saben que son el vehículo para algo más misterioso. No es solo que hagan tareas únicas o fenomenales. Hay algo que los mueve y que es la fuente de su creación, su arte o su música: su inspiración.
El regalo más grande es compartir lo que haces en servicio a lo Sagrado, sin decir que tus acciones, tus lugares o tus libros son sagrados. Porque lo que es sagrado es lo que es permanente. Esto es lo que lo hace sagrado.
El Fuego del Conocimiento que arde dentro de ti está generando el compromiso, el coraje y la convicción para hacer una contribución real al mundo. Es como un Fuego Sagrado. No puedes apagarlo. Solo puedes perderlo de vista. Dios lo ha puesto ahí.
De otra manera, te perderías en el mundo, barrido, barrido por todo: por tus pasiones, tus dificultades, los problemas de la supervivencia, las demandas de otros, los grandes y trágicos movimientos de la humanidad y la civilización. Te perderías en el mundo.
Es por eso que Dios ha puesto el Conocimiento y el Fuego del Conocimiento dentro de ti. Entonces, incluso si te pierdes, sigues estando conectado. Incluso si te confundes, incluso si tu vida es denigrada, sigues conectado a lo Sagrado.
Aquí usas tu templo, tu iglesia, tu mezquita, tu lugar sagrado, la belleza de la naturaleza y tus conmemoraciones para servir a lo Sagrado. Ahora tienen significado y valor. No son cosas sagradas, pero están sirviendo a lo Sagrado. Ese es su valor. Pasas a través de ellos como el viento. Poseen un mayor servicio y un mayor valor, pues sirven a lo Sagrado, y tú sirves a lo Sagrado.
Aquí no hay tiranía religiosa. No hay conflicto religioso. Aquí la religión se vuelve un camino a lo Sagrado, no lo sagrado mismo. Aquí cada camino a lo Sagrado tiene valor si se aplica verdaderamente. No hay condena.
Aquí tus ideas del Cielo y el Infierno se desvanecen, porque ¿qué es el Cielo sin lo Sagrado? Y el infierno es vivir sin lo Sagrado. Esto ya ha sido parte de tu experiencia. Hay peores Infiernos. Hay mayores grados de sufrimiento y disociación. Pero lo Sagrado permanece, llamándote a retornar.
Aquí eres liberado del pasado. Eres liberado de tus creencias del pasado. Eres liberado de tu agresión. Eres liberado de tu odio y tu falta de perdón. Es gracias a lo Sagrado que esto es posible.
Retorna, entonces, a lo que es permanente y es real. No puedes identificarlo. No puedes darle un lugar, una fecha o un nombre. Hacer eso es perderlo de vista.
Dios ha puesto el Conocimiento dentro de ti para que lo Sagrado pueda moverse en tu vida y tú puedas experimentarlo, incluso en tu conjunto actual de circunstancias. Este es el más grande de los regalos, y es la fuente de tu redención. Pues lo Sagrado te dará una nueva vida. Es vida, la vida que Dios creó.