Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 1 de enero de 1989
en Albany, New York, Estados Unidos
Texto original: Your Relationship with the World
Más información sobre este texto
Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.
Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.
En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.
Tu relación con el mundo es muy importante para tu avance debido a que has venido a servir al mundo en su evolución. Tu contribución individual puede ser muy pequeña en el gran esquema de las cosas, pero, no obstante, es esencial y significativa. Se te envió a dar algo al mundo. En última instancia, tus relaciones con los demás están destinadas a servir a la mayor relación que tienes con el mundo.
El mundo es un entorno físico y también un entorno mental. Es un lugar de objetos en movimiento y ambiente de fuerzas mentales. En cierto modo, el mundo es una demostración mucho más grande de lo que eres individualmente, ya que también tiene un cuerpo, una mente y una naturaleza espiritual. Es solo alguien mayor que tú. Si la mente del mundo, la mente colectiva de las personas, usa mal el cuerpo del mundo, la capacidad del mundo para apoyar a la familia humana se verá reducida, deteriorada y finalmente destruida. Si te fijas en la actividad de la gente en el medioambiente, verás que esto se demuestra de muchas maneras. Tú debes aprender a cuidar el mundo como un entorno de aprendizaje. En este sentido, te das cuenta de tu relación con el mundo.
Mientras estés lejos de tu Antiguo Hogar, el mundo es tu hogar. Es tu pequeño hogar, temporal. Te sirve a través de su demostración tanto de la verdad como del error, al igual que tus relaciones con los demás. Te proporciona el entorno en el que puedes recuperar tu Conocimiento y contribuir con tus regalos, al igual que tus relaciones con los demás. Requiere que seas objetivo y uses el discernimiento y la sabiduría, al igual que en tus relaciones con los demás. Requiere que tengas una mayor comprensión de tus propias relaciones, al igual que en tus relaciones con los demás.
Todo lo que haces para otro y pensando en su bienestar, sirve al mundo. Así el mundo, en un momento dado, refleja el equilibrio cambiante entre las fuerzas del bien y las fuerzas del conflicto. El estado del mundo refleja el impacto de las fuerzas de la evolución humana y de las fuerzas que se oponen a ella. El estado del mundo refleja los resultados de las contribuciones de las personas a los demás frente a los resultados de sus intereses egoístas. En un sentido acumulativo esto es cierto.
Al empezar a pensar en tu relación con el mundo, te darás cuenta que tú quieres dar algo al mundo. Sin embargo es probable que tú no sepas todavía lo que es, aunque es posible que tengas algunas pistas importantes. Es probable, si ya estás pensando en contribuir al mundo, que estés muy agradecido con el mundo por lo que te ha dado. Tal vez tu gratitud no es todavía grande, pero será cada vez mayor a medida que reconoces el servicio del mundo para ti.
Al igual que en tus relaciones con los demás, el mundo te está mostrando todo lo que necesitas saber. La diferencia aquí es que puede ser más difícil relacionarse personalmente con el mundo. El mundo no tiene la mente personal de un individuo. Tiene una mente colectiva, que es una mente impersonal. Su valor aquí es muy especial para ti, porque te demuestra que tú también debes descubrir tu mente impersonal, que es la mente más grande del Conocimiento dentro de ti. El descubrimiento de esta mente mayor dentro de ti mismo te permite convertirte en un contribuyente real en la vida. Dios tiene una mente impersonal, porque Dios no es una persona. La mente detrás de tu mente es una mente impersonal, porque detrás de tu mente no eres una persona. Ser una persona es un papel que desempeñas en el mundo. Esto es muy importante, pero no es la Realidad Mayor.
Cuando aprendas a experimentar afinidad con los demás, tendrás acceso a tu mente impersonal, y verás que contiene un amor mayor, una contribución mayor, una comprensión mayor y una expresión mayor que tu mente personal. No necesitas crear un complejo sistema de creencias, sino sólo entender algunas ideas básicas que son esenciales para el pensamiento y la acción correcta.
El mundo requiere de tu atención y tu contribución, al igual que tus relaciones con los demás. Aquí también debes aprender a dar con discernimiento, eligiendo bien dónde vas a dar tu regalo, permite al Conocimiento dirigirte de manera que no des tu regalo donde no estaba destinado a ser entregado. Es importante darse cuenta de que no puedes entender tu regalo hasta que ha encontrado su destinatario correcto. Tú no puedes encontrar tu regalo dentro de ti mismo. Tú no puedes abrir tu regalo para ti mismo. Tu regalo emanará de ti una vez que estés correctamente comprometido con otros. Entonces tu regalo dará de sí mismo, ya que está diseñado para hacer esto. Eres como un mensajero con un mensaje secreto que tú mismo no puedes abrir. Sin embargo, una vez que hayas encontrado el destinatario correcto, ellos sabrán cómo abrirlo, y por lo tanto te revelarán a ti su contenido.
Tu realización en el mundo está muy ligada a la contribución correcta de tu regalo. La contribución correcta de tu regalo depende mucho de tu compromiso con los demás. Aquí puedes comenzar a ver el énfasis necesario en las relaciones. El mundo necesita tu regalo. Se plantean dificultades y obstáculos, pero éstos pueden ser sumamente útiles en enseñarte el discernimiento que necesitarás para ser capaz de encontrar donde se debe dar tu regalo.
Tus relaciones con los demás se basan en el compromiso con el mundo. La relación real depende de la compatibilidad y el compromiso compatible con el mundo. Puedes experimentar una resonancia espiritual con ciertos individuos, pero no ser capaz de participar con ellos. Esto es así porque la relación se basa en la compatibilidad y un compromiso compatible con la vida. No se basa en el reconocimiento espiritual. El reconocimiento espiritual no es la relación, es sólo reconocimiento.
La relación está determinada por lo que podéis hacer juntos. Tu relación con el mundo se basa en lo que puedes hacer en el mundo. No se basa sólo en tu forma de ver el mundo. Ver el mundo con claridad es muy importante, pero esto no es lo que establece tu relación con él. Esto sólo inicia tu relación. Una vez iniciada, tu relación debe establecerse sobre lo que puedes hacer. Es por ello que, junto a las relaciones personales, encontrar tu lugar en el mundo es tan importante.
Respecto a tu relación con el mundo, tienes una cosa que te puede servir y una cosa que te puede engañar. Tú tienes el Conocimiento para servirte y tu idealismo para engañarte, al igual que en tus relaciones personales. Sin embargo, la simplicidad de esta comprensión la vuelve desafiante. En esencia, a más simple el entendimiento de lo que debe hacerse, más difícil puede ser conseguirlo. Piense en esto. La complejidad no requiere mucho de ti, la simplicidad si lo hace. La sencillez exige una acción directa, decisiones inmediatas, mayor dominio de ti mismo y un mayor compromiso de renunciar a lo que es inapropiado. Lo qué es complejo puede hacer las cosas más vagas. Esto te mantiene en un estado de especulación, que no es un estado de Conocimiento.
El mecanismo del mundo es complejo, pero tú verdadera función en el mundo no lo es. La esencia del mundo no es compleja. La esencia de lo que eres no es compleja. Aquí hay que distinguir entre los dos reinos de la existencia: el reino de la acción y el reino del Ser. Mecánicamente hablando, la acción es compleja. Pero lo que dirige la acción y motiva la acción es muy simple. Por lo tanto, si tus relaciones son complejas y contradictorias, puedes estar seguro de que todavía no estás apropiadamente involucrado. Tú todavía no has encontrado la persona adecuada en el momento adecuado para la actividad correcta.
Tú propósito espiritual no es necesariamente el trabajo práctico que haces en el mundo. Esto es especialmente cierto en un principio. Aquí, si eres un estudiante del Conocimiento, el trabajo no es más que una forma de proveerte, mientras te sometes a tu preparación espiritual. Esto es necesario. También encontrarás que el trabajo por el que te sientes atraído puede tener un gran beneficio, sobre todo en el futuro. Pero también, puede serte muy difícil determinar o justificar tus actividades. Porque sólo cuando llegas al descubrimiento de tu vocación espiritual, que es un estado avanzado de ser un estudiante del Conocimiento, te será posible comprender cómo todo lo que has hecho ha servido a este avance. Es entonces cuando miras a tu pasado y al mundo con gratitud y con un verdadero discernimiento. El error es lo que hay que evitar, pero a veces te puede servir. No abrazándolo, sino aprendiendo de él.
El mundo es un terreno mayor de aprendizaje y también un terreno esencial. Debido a que el mundo tiene un cuerpo, tu cuerpo se relaciona con el cuerpo del mundo. Debido a que el mundo tiene una mente, tu mente se relaciona con la mente del mundo, que es la acumulación de todo el pensamiento en el mundo. Tu Ser tiene una relación con el Ser del mundo, que es la Presencia de Dios en el mundo. Aquí mantienes tus actividades físicas en el ambiente físico, y aprendes a hacer esto con sabiduría y objetividad. Piensas en el ambiente mental, y aprendes a hacer esto con moderación y discernimiento. Espiritualmente funcionas en el ambiente espiritual a medida que permites que tu naturaleza espiritual refleje su mayor poder.
Lo que es físico no es mental, y lo que es mental, no es espiritual. Esta es una perspectiva esencial. Aunque existe una relación entre estos tres niveles, las leyes que rigen cada uno de ellos son únicas. No es necesario complicar esto. Pero, es necesario que veas que debes tratar a la esfera física con objetividad, al reino de la mente con discernimiento y al reino espiritual con devoción. De esta forma te acercarás a lo que es físico de una forma práctica y a lo que es espiritual con reverencia. Entonces no te confundirás. Tú serás capaz de tener poder espiritual y ser a la vez una persona funcional en el mundo. Serás capaz de tratar con el mundo en los términos del mundo. Serás capaz de lidiar con los pensamientos de los demás en el plano del pensamiento. Y serás capaz de tratar con los poderes espirituales en el nivel del poder espiritual. De esta forma todas las cosas en tu interior adquieren su orden correcto y natural. Entonces tú serás capaz de percibir el mundo en sus tres dimensiones. Esto no requiere una filosofía o una cosmología compleja. Sólo requiere de ti que mires, veas y sepas.
Aquí es importante no intentar tratar a Dios como si fuese un asunto práctico, porque Dios es misterioso. Al mismo tiempo, no tratar al mundo físico como un misterio, porque este es concreto. Si puedes hacer estas distinciones, te evitarás innumerables formas de autoengaño y de errores que impedirán tu progreso. El mundo es un lugar físico, apenas es misterioso. Y Dios apenas es concreto. Aquí, sí no confundes lo temporal con lo permanente, no confundirás lo que necesita servicio con lo que da servicio. Te darás cuenta de la relación correcta con todas las cosas, y como resultado de ello todas las cosas serán bendecidas y servidas.
Tus Maestros Internos están en el mundo, pero no son del mundo. Tú estás en el mundo pero no eres del mundo. Sin embargo, tú compartes la realidad del mundo porque tienes un cuerpo. También compartes el pensamiento del mundo porque piensas con el mundo. Tus Maestros Internos han sido liberados de pensar con el mundo, por lo que pueden pensar con Dios. Si tú puedes aprender a pensar con Dios mientras estás en el mundo y sin embargo, permites que tu mente piense con el mundo cuando sea apropiado, te volverás un puente entre lo Divino y el mundo. Esta es una manera de expresar tu verdadera función.
Tu mente es el medio, el mundo es el lienzo y Dios es el creador. Dentro de esta mayor comprensión, tus naturalezas física, mental y espiritual, son todas confirmadas y llevadas a una correcta relación entre sí. Este equilibrio es fácil de entender pero muy difícil de lograr. Aquí se te da el camino más corto, el camino directo, el camino conveniente. Este es el camino que no requiere deliberación constante, el camino que no requiere estudio y comparación constante. Aquí se te muestra la puerta abierta a la verdad. Por lo tanto, este es el camino difícil, el camino inmediato. Se te ofrece esto a fin de ahorrarte tiempo y por lo tanto, sufrimiento. Toda felicidad emana del cumplimiento de tu propósito en el mundo. Toda tristeza, ira y confusión resulta de la negación de este propósito.
Tú eres una pieza del rompecabezas. El mundo es el tablero en el que se construye el rompecabezas. El rompecabezas es el espejo donde se ve el rostro de Dios. Cuando experimentas una relación correcta con cualquier persona, tu pieza individual reflejará el rostro de Dios, al igual que todas las otras piezas individuales. Esto es lo que te aguarda en el futuro. Ahora, tu tarea es encontrar dónde encajas y dónde perteneces. Una vez que encuentres a las personas adecuadas con el propósito correcto, tu contribución será llamada de ti, se dará a sí misma y comenzarás a experimentar el poder y el movimiento espiritual. Experimentarás propósito, significado y dirección siempre crecientes en tu vida a medida que aceptes y cultives estas relaciones y mientras te dediques a ellas.