El dinero


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers

Texto original: Money (no disponible online)

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

Wisdom from the Greater Community, volume 2
Volumen 5 > Sabiduría de la Comunidad Mayor Volumen 2 > Capítulo 22

El dinero es un recurso que sirve a tus motivos y demuestra lo que valoras.

El dinero es un tema que está en la mente de la mayoría de las personas. Es un tema que surge naturalmente cuando contemplas intentar algo de mayor importancia y magnitud en la vida. Entonces, ¿qué pasa con el dinero?

En primer lugar, como con todo lo demás, debes obtener una nueva relación con este recurso y aprender a tratarlo como un recurso. Para tener una nueva relación contigo mismo y con la vida, debes reevaluar tu relación con muchos elementos específicos importantes que conforman tu existencia práctica en el mundo: tu relación con el amor, tu relación con los amigos, tu relación con tu mente y tu cuerpo y tu relación con el dinero.

El dinero es un hecho de tu vida que no puedes eludir. Tendrás que lidiar con él al menos hasta cierto punto, incluso si asumes una existencia muy ascética. Es una necesidad práctica en tu vida. Presenta sus propios problemas, muchos de los cuales se pueden evitar y algunos de los cuales son inevitables. El dinero es un recurso al que las personas dan un gran sentido y significado.

El dinero, entonces, no es el problema. El problema es el uso del dinero. Aquí debes mirar tus motivos, tu naturaleza y tu preparación. Tus motivos con el dinero determinarán cómo lo percibes, qué cualidades le atribuyes, qué posición le das en las prioridades de tu vida y qué tratas de hacer con él. Tu naturaleza determinará tus predisposiciones y coloreará en gran medida cómo percibes el dinero y qué papel sientes que jugará y debería jugar en tu vida. Tu preparación es muy importante, porque determinará cuán maduro eres en tu trato con este recurso y cómo y con qué propósito intentarás usarlo.

Por tanto, existe tu motivo, existe tu naturaleza y existe tu preparación. Cuanto más preparado y más avanzado estés en el Camino del Conocimiento, más usarás el dinero como un recurso, sin intentar usarlo para fortalecer tu supervivencia o bienestar, tu posición en la sociedad o cualquier ventaja que estés buscando lograr sobre otros.

Aquí volvemos nuevamente al motivo. Para mirar el dinero, debes mirarte a ti mismo y hacerte algunas preguntas muy importantes. De hecho, tarde o temprano tendrás que hacer las preguntas más importantes de todas, que son: “¿Por qué estoy aquí? ¿A qué debo servir? ¿Qué tengo que dar?” y “¿Qué quiero comunicar?”. Hasta que llegues a estas preguntas esenciales sobre tu vida, usarás el dinero por una mezcla de razones, lo cual hará que tu percepción y comprensión del mismo sea muy confusa y a veces hasta contradictoria. Lo utilizarás para sobrevivir; lo utilizarás para el placer; lo utilizarás para impresionar a otros; lo utilizarás para adquirir cosas; lo utilizarás para deshacerte de cosas. El dinero es un recurso que sirve a tus motivos y demuestra lo que valoras.

Algunas personas hacen grandes afirmaciones sobre el significado y el valor del dinero. Otras lo niegan completamente, pensando que es una sustancia maligna, algo que corrompe o desvía, enredando a quien lo usa en circunstancias peligrosas y desafortunadas. Algunas creen que el dinero tiene poderes mágicos, y otras que tiene poderes demoníacos. Algunas lo consideran una sustancia divina, y otras piensan que es algo que solo puede corromper el bienestar y la integridad de una persona.

Sin embargo, el dinero no es el problema, porque simplemente es un medio de traspaso para llevar a cabo lo que valoras y lo que pretendes hacer en la vida. Aquí es la naturaleza de los individuos y su propia madurez lo que determinará sus motivos y lo que valoran. El dinero será usado para servir a eso. Es sabio, entonces, considerar el dinero como una sustancia neutral, al menos en lo que a ti respecta. Aquí debes entender qué valores pones en él. No puedes simplemente afirmar que “el dinero es neutral”; debes entender cómo lo ves actualmente y comprometerte a cambiar esa visión, retirando el significado que le habías dado antes y reconociendo el dinero como un recurso importante que puede usarse para diversos propósitos.

Ahora bien, algo fundamental a recordar aquí es que las personas seguirán dando al dinero una excesiva importancia y le atribuirán un gran poder, sea divino o demoníaco. Por eso, incluso si consideras que el dinero es una sustancia neutral, debes reconocer que el resto del mundo no lo ve así, y tendrás que lidiar con él con mucho cuidado y consideración. El dinero representa un poder en el mundo. Es un poder que ha reclamado muchas vidas y continuará haciéndolo. Por eso, incluso si sientes que tu relación con el dinero finalmente ha llegado a una base de verdadera comprensión, en el mundo seguirás teniendo que lidiar con él con mucha cautela.

El dinero es un recurso importante, porque puede alimentar el logro de muchas cosas valiosas. Por eso, no es prudente pensar que no tiene sentido ni mérito. De nuevo, es importante considerar en qué manos se sitúa, a qué propósito sirve y qué valores demuestra. Lo necesitarás para lograr cualquier cosa. Lo necesitarás para abastecerte, porque el dinero es un medio de traspaso para lo que se necesita en la vida en el mundo. Está hecho para darse y recibirse.

Por eso, cuando hablamos de dinero estamos tratando un tema muy confuso y enredado, repleto de los muchos significados que se le atribuyen —basados en grandes temores, malentendidos, deseos y ambiciones—. Algunas de estas asociaciones son reconocidas y admitidas, mientras que otras son herméticas y ejercen su influencia sin que el individuo se dé cuenta. No es un tema sencillo. En muchos sentidos, el dinero representa la confusión mental que es el agente causante —y el subproducto natural— de gran parte del sufrimiento y la miseria en el mundo. Es el resultado de que las personas vivan sin el Conocimiento.

Cuando hablamos de tu relación con el dinero, estamos hablando de la condición de tu vida. Estamos hablando de tus motivos, que representan lo que valoras y lo que estás intentando hacer. Todo esto se basa en quién crees que eres y en lo que crees que debes hacer en la vida para asegurar tu bienestar. Así que, cuando hablamos de dinero, hablamos de ti de la forma más profunda.

Reevaluar tu relación con el dinero es un proceso de introspección y autoanálisis. Si puedes llevarlo a cabo sin condena y con la mayor objetividad posible, podrás obtener una gran comprensión y establecer un entendimiento importante que te permitirá tratar mucho más sabiamente contigo mismo, con los recursos necesarios en la vida —como el dinero— y con la manera que tienen otras personas de acercarse a ti.

Ahora daré algunas ideas generales sobre cómo utilizar el dinero de manera efectiva. El punto de partida aquí es rehacer tu relación con el dinero. Para ello, necesitas saber qué postura tienes con él actualmente. Tu comprensión de esto debe basarse en una evaluación muy honesta. En otras palabras, debes reconocer la postura que tienes realmente con él —no cómo deseas o piensas que deberías estar con él, sino cómo realmente estás con él—. Si existe miedo y ansiedad en relación al dinero, debes reconocerlo. Si eres codicioso o egoísta con el dinero, debes reconocerlo. Si evitas el dinero y no quieres lidiar con él, pensando que es demasiado poderoso o demasiado confuso, debes reconocerlo. Aquí debes tener un punto de partida realista. De lo contrario, no podrás continuar. No podrás revaluar nada, a menos que conozcas tu posición actual y la utilices como punto de partida.

Ahora bien, para la mayoría de las personas, demasiado dinero o demasiado poco no es bueno. Recuerda, el dinero es un recurso. Si tienes demasiado poco, estarás siempre necesitándolo y adquirirá demasiada importancia en tu vida. Si tienes en exceso, entonces pasarás tu vida protegiéndolo, administrándolo y manteniéndolo a salvo de otras personas. De hecho, en esta situación, la postura de otras personas respecto al dinero es una interferencia constante y puede poner en peligro tu vida y hacer que el dinero sea una carga mucho mayor de lo que este sería de otra manera. Es por eso que los ricos están generalmente dominados por su relación con el dinero. Sin embargo, los pobres también están dominados por su relación con el dinero.

Aquí es importante que uno busque desarrollar un equilibrio significativo. ¿Cuánto es suficiente? ¿Qué cantidad de dinero te permitirá ser un recurso útil, sin convertirse en una influencia dominante? Aquí debes determinar lo que sabes en vez de lo que quieres. Si puedes seguir lo que sabes, ello te dará una visión real y equilibrará tu relación con el dinero. Lo que quieres aquí siempre superará tus necesidades. Gran parte de lo que las personas quieren se basa en su miedo a la pérdida, en su experiencia pasada de pérdida y en sus ansiedades sobre la pérdida futura. Quieren protegerse contra la dura realidad de la vida a expensas de su Conocimiento, su sentido de sí mismas y su honestidad.

Por tanto, la primera pregunta fundamental que debes hacerte es: “¿Dónde estoy en este momento en mi relación con el dinero?” Para responderla, necesitas revisar tus experiencias pasadas y verte con tanta objetividad como sea posible. Aquí tendrás que preguntarte: “¿Qué significado doy al dinero? ¿Con qué propósito me sirve? ¿Cómo puedo usarlo de manera efectiva para mantenerme y contribuir al mundo?”. Todo esto forma parte de la pregunta: “¿Dónde estoy en este momento en mi relación con el dinero?”.

La segunda pregunta importante que debes hacerte es: “¿Cuánto dinero realmente necesito?”. Para poder responderla con eficacia, debes tener un sentido y una experiencia más profundos de saber dentro de ti. De lo contrario, tus deseos dictarán la respuesta, y una vez más te verás obligado a tratar de cumplir tus metas y expectativas sobre la base de tus deseos, lo cual, de nuevo, te pondrá en una relación equivocada con el dinero.

¿Cuánto es suficiente? Si te haces en serio esta pregunta, debes ir a la tercera pregunta importante, que es: “¿Qué estoy tratando de lograr?”. Esto, por supuesto, es una cuestión muy importante. De hecho, es una de las preguntas esenciales. “¿Qué estoy tratando de lograr?”. La respuesta a esta pregunta determinará cuánto dinero necesitas y qué tipo de relación con el dinero deberás tener. Algunas personas necesitan muy poco dinero para realizar su verdadera contribución en el mundo, solo lo suficiente para mantenerse vivos: comida, refugio, ropa, un poco para la recreación y un poco para el futuro. No necesitan mucho. Otros, sin embargo, necesitarán más. Tal vez van a criar una familia. Tal vez iniciarán algún tipo de empresa. Tal vez serán defensores de algo importante en el mundo. Su necesidad de dinero aquí es mayor, porque deben proveer para otras personas. Deben proveer para su establecimiento comercial. O deben proveer para su activismo en el mundo.

La gama de necesidades puede variar considerablemente. Si estás intentando recaudar dinero para una actividad importante en la vida, para apoyar una misión o un activismo, entonces puedes necesitar mucho más de lo que personalmente requerirías, pero de todos modos no deseas que el dinero te estorbe. Por tanto, el requisito personal sobre el dinero varía mucho, incluso para aquellos que están aprendiendo a vivir una vida real y genuina.

Cuando haces la pregunta, “¿Qué estoy intentando lograr?”, siempre debes comprender que la respuesta a esta pregunta es algo que se desarrollará y cambiará. Pero tu respuesta debe ser lo suficientemente sólida como para que puedas apoyarte en ella y usarla como referencia. Debe ser una base, incluso mientras evoluciona y cambia a lo largo de tu vida. No puede ser simplemente una forma de especulación, una serie de fantasías esperanzadoras o algunos magníficos objetivos personales. Debe ser algo muy sólido.

Una vez más, debes evaluar dónde te encuentras ahora. Si estableces que vas a hacer algo que está mucho más allá de tu alcance y preparación actuales, entonces tu evaluación de lo que estás intentando lograr no te resultará útil. Por tanto, la respuesta a esta pregunta debe reflejar dónde te encuentras ahora y lo que estás haciendo ahora. Tal vez estás trabajando hacia algo más grande de lo que ahora entiendes, o bien, como suele ser el caso, hacia algo que no entiendes. Pero aun así, estás donde estás ahora, y tienes un conjunto de problemas que resolver en la vida ahora. Las cosas que sabes que debes hacer, algunas de las cuales estás haciendo y algunas de las cuales estás descuidando o negando, son lo que tienes que hacer ahora. Por eso, esta no es una pregunta definitiva que solo el futuro puede responder. De momento, es una cuestión práctica.

Determinar lo que debes lograr te ayudará a determinar cuáles son tus motivos. Si reconstruyes tus motivos basándote en esta comprensión, entonces podrás rehacer tu relación con el dinero. Las personas siempre tienen motivos, pero rara vez son responsables de su creación. Solo los aceptan del entorno a su alrededor. Los absorben de los valores culturales que comparten con otros. Van siguiendo lo que todo el mundo piensa y quiere, así como lo que todo el mundo está intentando ser, hacer y tener, etc. Aquí tienes la oportunidad de restablecer tu definición de ti mismo, basándote en lo que sabes y en lo que es real para ti.

El dinero es un recurso para servir a un propósito. ¿A qué propósito está sirviendo? Bueno, puede decirse que el dinero es necesario para vivir en el mundo. Tienes que comer, tener refugio, tener ropa. Sí, pero eso no explica lo mucho que las personas invierten y se implican en ganar, proteger y gastar dinero. Podrías vivir una vida muy simple, tener suficiente para comer, tener un refugio adecuado, buena ropa y un poco de sobra. Personas de todo el mundo viven con una fracción de lo que estás usando tú para vivir, y muchas no están sufriendo por ello. Pero cuando quieres ser más de lo que eres, entonces se vuelve un énfasis tener constantemente más y adquirir más, y luego sientes que tienes que proteger lo que ya tienes, y que debes mantenerlo. Eso requiere más y más dinero. Por tanto, tener más se vuelve un énfasis cada vez mayor, y el dinero se vuelve una mayor y más oscura carga y sombra para ti.

Hasta los ricos sienten a veces que apenas pueden mantenerse financieramente al día con las cosas. Sus gastos son tan grandes que tienen que trabajar más y gastar más tiempo en proteger su dinero —más tiempo invirtiéndolo, protegiéndolo y evitando su pérdida o disipación—. Pero para un nivel de supervivencia puramente de subsistencia, necesitas muy poco dinero. Esto es obvio cuando piensas en ello. Pero entonces puedes decir: “Yo no sería feliz viviendo una vida muy simple”. Muchas personas dirán eso, pero yo digo: ¿por qué no? ¿Qué estás intentando lograr? ¿Simplemente quieres estar más cómodo, tener más diversión personal, tener más cosas con las que jugar, siempre tener una casa más grande o mejor y más ropa? Más, más, más. Aquí el dinero se vuelve una gran carga para ti y no puedes usarlo objetivamente. Estás alimentando una serie de deseos, ambiciones y requisitos autoimpuestos que pueden tener poco que ver con el por qué estás en el mundo o lo que realmente estás intentando lograr.

Algunas personas titubean en su relación con el dinero. Se apasionan con él y quieren tenerlo, y van a ganarlo, y van a asegurarlo, y van a conseguir grandes cantidades, y este trabajará para ellas y así lo tendrán todo resuelto. Luego, con el tiempo, comienzan a darse cuenta de que la inversión está consumiendo cada vez más su atención, su energía, su enfoque, su bienestar y su tiempo. Está erosionando sus relaciones. Está dominando su enfoque y sus prioridades. Entonces, se alejan del dinero diciendo: “Voy a hacer algo muy diferente”. Así que intentan vivir sin dinero o lo niegan. Pero así es como una persona trata de reposicionarse con algo que se ha convertido en una adicción. Mira el comportamiento de la persona adicta: titubea en su adicción. Se entrega a ella con todo tipo de explicaciones y justificaciones, para luego negarla y afirmar que se librará de ella. Más tarde dice: “Oh, no puedo hacerlo. ¿Para qué molestarme?”, y cede una vez más.

El dinero es una herramienta. Más allá de satisfacer las necesidades básicas de supervivencia, es una herramienta. ¿A qué propósito sirve? ¿Qué estás intentando lograr con él? Aquí no debes mirar solo tus propias metas, prioridades y valores, sino que debes mirar lo que el mundo está requiriendo. Si buscas sinceramente descubrir un propósito superior en la vida, no te mires solo a ti mismo. Mírate a ti y mira también al mundo. El mundo dice: “Necesito esto, y esto, y esto”. ¿Qué necesidad puedes satisfacer? De hecho, se precisa el reconocimiento de una necesidad real y el sufrimiento en el mundo para sacar a las personas de su embeleso con lo que quieren y lo que no quieren —de su ensimismamiento consigo mismas.

A veces se necesita un despertar muy rudo. Puede que te suceda algo muy poderoso que te despierte de ese estado de ensueño en el que vives —un estado de ensueño respecto a lo que quieres y lo que debes tener y todo eso—, o quizá te relaciones con alguien cuyas necesidades son muy reales y mucho más genuinas que las tuyas, lo cual te saca de esa niebla. Ese estado de ensueño es realmente una forma de embriaguez. Por ejemplo, puedes estar considerando la posibilidad de comprar tu próximo objeto placentero, un nuevo vestuario de ropa o un coche nuevo, y luego conocer a alguien que necesita dinero para alimentos o que tiene un problema médico que no puede atender porque carece de recursos financieros. Su necesidad es mucho más legítima, real y apremiante que la tuya. Tú estás gastando una fortuna en trivialidades, y esa otra persona necesita dinero para cosas básicas e importantes. Se requiere este tipo de encuentro con la vida para sacarte de tu ensimismamiento y hacerte sentir que tienes algo importante que dar.

Las personas que solo están comprometidas con su propia gratificación son tan profundamente infelices, tan compulsivas y tan adictas que, aunque pueden mostrar belleza, poder, influencia y sofisticación, como seres humanos son realmente patéticas. Han invertido en aquello que no puede producir nada de mérito real, ni para ellas ni para los demás.

La cuestión aquí no es si uno tiene dinero o no. La pregunta es, “¿Es el dinero una necesidad real? ¿Es el dinero un recurso útil?”. Observa tu sociedad. Los jóvenes quieren dinero para divertirse y jugar. Los ancianos quieren dinero para satisfacer sus grandes necesidades médicas y, si pueden permitírselo, más diversión y juego. Existe todo este énfasis en la diversión y el juego.

Por eso, cuando tratamos el dinero, tratamos el propósito. Cuando tratamos el propósito, tratamos lo que las personas valoran y conocen. El énfasis está en devolver a las personas a una verdadera involucración con la vida, renovando su sentido de que están aquí para contribuir algo, dar algo de valor y dejar un legado importante. A menos que este sea el énfasis, el dinero será un problema y no una solución. El dinero será un dios o un demonio, una maldición o una bendición. Estará imbuido de poderes mágicos y místicos, y las personas estarán profundamente confundidas sobre lo que es y lo que puede hacerse con él.

Tus necesidades son pequeñas. Las necesidades del mundo son grandes. Cuando llegues a esta comprensión, estarás en posición de dar y de reconocer lo que tienes que dar. Esto será sacado de ti. En vez de pasar por la vida preguntando: “¿Quién soy yo? ¿Qué quiero? ¿Cómo puedo ser feliz? ¿Qué debería hacer? ¿Qué no debería hacer?”, te vuelves una persona que mira al mundo y dice: “No puedo hacer eso, pero puedo hacer esto otro. Siento que puedo ayudar aquí. Puedo hacer algo significativo aquí”.

¿Quieres experimentar la verdadera espiritualidad? ¿Quieres tener relaciones significativas? ¿Quieres tener un sentido de dirección en la vida? ¿Quieres tener un sentido de tu propio valor? Entonces la contribución debe ser tu énfasis. La enfermedad de la mente nace del ensimismamiento con uno mismo. Nace del egoísmo. Si el dinero sirve a esto entonces es parte de la dolencia. Solo tienes que mirar a tu alrededor para ver las innumerables demostraciones de esto. Todo el mundo está intentando tener más, pero se sienten miserables, temerosos de estar consigo mismos, temerosos de estar con cualquier otro, temerosos de la quietud, temerosos del silencio, temerosos de la intimidad, y son movidos a tener cada vez más y más, muy por encima de sus necesidades legítimas.

En muchos de los discursos de este libro, he hablado de la condición del mundo —lo que está cambiando en el mundo y las grandes influencias que están en juego en el mundo actual, que determinan su evolución y están gobernando su dirección general—. Tú no puedes considerar estas cosas si todavía estás atrincherado en tu propio yo, en tus deseos, tus necesidades y tus miedos. La respuesta no está ahí. La respuesta es volver a involucrarte con la vida, con la Sabiduría, con el Conocimiento, con la dirección interior. Muchas personas se pierden en los asuntos del mundo, y eso también es común. No estoy hablando de eso. Tú debes hacer tu trabajo interno y debes hacer tu trabajo externo. Llegado cierto punto no puedes hacer más trabajo interno, así que debes hacer tu trabajo externo. Esto significa que encuentras una verdadera necesidad en el mundo y trabajas para atenderla.

Como he ilustrado al hablar del gran movimiento del mundo, debes comprender que sus necesidades son enormes. Las personas preguntan: “¿Cuál es mi llamada?”. Y yo digo: “Mira al mundo”. Ellas preguntan: “¿Cuál es mi propósito?”. Y yo digo: “¡Mira al mundo!”. ¡Pero hazlo con los ojos bien abiertos, no con temor ni fantasía, sino con los ojos bien abiertos! Considera la emergencia del mundo a la Comunidad Mayor. Considera la necesidad de recuperar el medioambiente. Considera la inmersión de unas culturas en otras. Considera todas las grandes y apremiantes necesidades de la sociedad. ¿Cuál te llama?

Si quieres perderte en lujos y placeres no encontrarás alivio. Junto con eso habrá un sentimiento de culpa, porque estarás desperdiciando un gran recurso en el mundo. Está bien tener placer, está bien hacer cosas divertidas. Pero mantén tu sentido de la responsabilidad. Estás aquí para contribuir al mundo. El mundo no está aquí para mimarte y hacer que estés seguro; tú morirás. Entonces, ¿qué harás para que esta vida sea una experiencia significativa? ¿Divertirte más? ¿Tomar más vacaciones? ¿Comprar más cosas? Si piensas que eso cubrirá tu necesidad, ve entonces a pasar tiempo con las personas que tienen más que tú. Si lo haces, sin duda te convencerás de que ese no es el camino.

En la naturaleza todo es útil. Nada se pierde y todo contribuye a todo lo demás. Nada se desperdicia. Aprende del mundo natural. Vuelve a involucrarte con él, y verás. Todas las criaturas necesitan ciertas cosas para su supervivencia y bienestar, pero no las verás acumulando grandes tesoros para sí mismas. Todas las criaturas del planeta son vulnerables en el mundo. Más allá de sus instintos protectores y de los refugios que puedan proporcionarse a sí mismas, son vulnerables ante el mundo. Están involucradas en él.

No te pierdas en la idea de que el dinero es bueno o es malo, o de que el placer es bueno o es malo. Esto siempre te llevará por mal camino. Vuelve a preguntarte: “¿Qué debo hacer?”. Aquí observas tus inclinaciones naturales. Evalúas tus capacidades naturales y miras las necesidades del mundo. Tendrás que hacer cosas muy simples y específicas, que quizá no están aparentemente relacionadas con la emergencia del mundo a la Comunidad Mayor y la unificación de la sociedad humana, pero que aun así contribuyen a ello y son necesarias. Encuentra tu papel, cúmplelo y encontrarás tu realización. No hay otra manera. Si quieres conocer tu valor, tu regalo y tu naturaleza, esa es la manera. Tratar de buscar experiencias trascendentales para escapar del mundo y volver a Dios no es el camino. Dios te envió aquí para hacer algo, ¡y sin embargo tú quieres volver con Dios!

Estar en el mundo no es simplemente estar en una prisión de la que debes encontrar una forma de escapar. No estarás en el mundo mucho tiempo, así que tu salida está garantizada. No has sido enviado aquí para siempre. Has venido de un lugar y estás volviendo a un lugar que es muy diferente del mundo. Por eso, tu salida está garantizada. Sin embargo, ¿puedes tener un sentido de tu Antiguo Hogar mientras estás aquí?

La persona que es sanada es la que da y encuentra un lugar para dar. Si sabes que tienes que dar y tienes problemas para encontrar un lugar en el que hacerlo, empieza entonces dando a algo o a alguien que necesite lo que tienes. No es necesario que sea el lugar definitivo donde darás, pero es un punto de partida. Aprendes sobre tu regalo dando. No esperes hasta que llegue la situación definitiva, para entonces tal vez dar si no cuesta demasiado. Empieza a dar ahora. No hay otro alivio para la neurosis o el egoísmo. Aquí no das para tu propia gloria, ni siquiera para tu redención espiritual. Das porque eres necesario. Y encontrarás ese lugar donde genuinamente eres necesario y puedes dar.

En el futuro, que será tu futuro, las necesidades del mundo serán cada vez más apremiantes y las personas se verán obligadas a compartir los recursos del mundo mucho más que ahora. Se verán obligadas a compartir entre sí su herencia y lo que saben. Los ricos se harán más pobres y los pobres necesitarán mucho más. Se equilibrarán muchas de las grandes desigualdades que ves ahora en la riqueza de las personas, porque los recursos se reducirán y la población será mayor. Será cada vez más inapropiado tener mucha riqueza personal. A menos que tu papel en la vida sea ser un benefactor y termines dando la mayor parte, esta riqueza es inadecuada y lo será cada vez más.

Recuerda, dar no es renunciar. Dar es dirigir tus recursos y tu atención a algo que te necesita. Esto es lo que produce bienestar y avance, y tu dar excederá con mucho la necesidad específica a la que se dirige, pues mejorará el ambiente mental y lanzará una ola de inspiración que alentará a otros a dar y a salir de sus propias tragedias.

El futuro, que es tu futuro, requerirá más y más de ti. Esto es bueno para ti, aunque no será bueno para la humanidad si esta necesidad no se atiende. Pero es bueno para ti. Te ofrece una posibilidad real de redimir tu verdadero valor, tu verdadero significado y tus verdaderas capacidades. Tu futuro implica que no podrás tener todas las cosas que quieres tener. Si algo que quieres no es apropiado, lo sabrás. Y si aun así te comprometes con ello, llevarás contigo una sensación de culpa e irresponsabilidad que nadie podrá aliviar.

Tener demasiado es tan malo como tener demasiado poco, porque estás desequilibrado y tu relación con la vida y los recursos de la vida no es correcta y requiere cambio. Estar en relación correcta con el dinero significa estarlo con tus verdaderos objetivos en la vida, así como con el mundo que te rodea. Si tienes demasiado, sufrirás. Del mismo modo, si tienes demasiado poco, sufrirás. Ambas situaciones requieren cambio y reajuste. Tu Conocimiento sabe lo que es correcto —en tu relación con el dinero, con las personas y con la vida, y en todos los detalles implicados dentro de estas categorías—. Estar fuera del equilibrio requiere un reajuste, una reevaluación y una nueva aplicación de ti mismo. Bajo esta luz, ser rico es tan malo como ser pobre. Sin embargo, los pobres tienen una mayor posibilidad de ser felices que los ricos, porque a menudo a los ricos no pueden ser alcanzados. Se han entregado demasiado a sí mismos y se han mimado en exceso. Tal vez, si de repente se volvieran muy pobres, podrían reavivar su vida y despertar y revaluar sus verdaderas necesidades.

Tener demasiado o demasiado poco crea desequilibrio y requiere un reajuste. Aquellos que son ricos y se han dado cuenta del desequilibrio pueden comprometerse a entregar sus recursos, no para hacerse pobres sino para ser benefactores. El papel de los ricos es ser benefactores. No hay razón para enriquecerse si no es para ser un benefactor. Si tu diseño y papel en la vida es ser un benefactor, necesitarás entonces grandes recursos financieros, de los cuales una pequeña parte la necesitarás para llevar a cabo tu propio trabajo y otra pequeña parte la podrás usar para tu placer y felicidad. Pero el enfoque principal en el uso de estos recursos es dar a otros y permitir que otros también den. ¿Por qué hacer que los que viven en la pobreza sean más ricos? ¡Para que puedan dar! Cuando los ricos no dan tampoco dan ejemplo en esto, y como resultado sus vidas se vuelven decadentes y autodestructivas. Dar es lo que inspira a la gente, y se necesita que haya muchos buenos ejemplos aquí. Para algunos, dar requerirá una tremenda educación. Deben lograr una tremenda educación práctica y académica. Para otros, sin embargo, requerirá un tipo diferente de educación, un tipo diferente de sensibilidad.

El dinero, como la inteligencia, es un recurso. Si se utiliza con sabiduría y se dirige correctamente, puede usarse para un mayor propósito espiritual, lo cual hará que tenga verdadero significado y valor. En realidad, casi todas las personas necesitan ajustar su relación con el dinero, porque necesitan descubrir por qué están aquí y qué están intentando lograr. Las respuestas a estas preguntas no son definiciones estáticas, sino una comprensión creciente. Incluso si encuentras la verdad sobre tu situación actual, verás que la aplicación de la verdad tendrá que ajustarse a medida que avances. Puede que tu necesidad de dinero aumente o disminuya, dependiendo de lo que estés intentando lograr. Si estás construyendo un hospital o replantando un bosque, necesitarás bastante dinero. Aquí das a los demás la oportunidad de dar y de afirmar un verdadero valor tanto en su dar como en lo que ellos mismos reciben. Otras personas simplemente necesitan cuidar a enfermos y moribundos, y puede que no necesiten tanto dinero. Algunas necesitarán aconsejar. Algunas necesitarán construir.

Hay muchos ejemplos, demasiado numerosos para mencionarlos aquí. Pero es necesario reafirmar la idea de que el dinero es una herramienta útil para servir a un propósito real. Si sirve a un propósito irreal, tendrá un significado irreal y será una fuente de confusión e incapacitación para las personas. El tiempo para usar el dinero en uno mismo con indulgencia ha terminado. Ahora es tiempo para la contribución. Solo esto puede establecer para ti una relación correcta con el dinero, con otras personas y contigo mismo.

Por tanto, el dinero es un vehículo para expresar un propósito real. De esta forma encuentras tu verdadero valor. Aprovecha entonces esta oportunidad para evaluar tus necesidades actuales y determinar, lo mejor que puedas, qué estás intentando lograr ahora. Haz que esto se base en el Conocimiento y no simplemente en tu lista de deseos. Luego determina tu necesidad real de dinero. Esto determinará cuánto debes trabajar en el mundo y qué debes hacer para asegurar los recursos que necesitas. Si pides más de lo que necesitas, trabajarás más de lo necesario y, como resultado, tu vida estará desequilibrada. A veces debes ganar dinero para un proyecto importante, y debes trabajar muy duro por un tiempo, pero vale la pena. La cuestión aquí no es si es difícil o fácil, sino si es correcto. Aquí el Conocimiento es tu guía, porque dentro de ti lo sabrás. Cuando las cosas no estén bien, lo sentirás y lo sabrás. Cuando las cosas sean correctas, lo sentirás y lo sabrás. Y para tener este contraste necesitas exponerte tanto a las cosas correctas como a las incorrectas. Entonces podrás comenzar a percibir o sentir esta parte mayor de ti que sabe, este punto de referencia vital dentro de ti mismo que Nosotros llamamos el Conocimiento.

Verás mucho de lo que está mal en el mundo. No lo condenes, y permite en cambio que te enseñe a reflexionar sobre el Conocimiento dentro de ti. Permite que lo correcto te inspire. Permite que lo incorrecto te reoriente hacia el Conocimiento y te lleve de vuelta a él. El mundo contiene tanto lo correcto como lo incorrecto. Ambas cosas pueden llevarte a una verdadera relación. Tener una verdadera relación con el dinero es lo mismo que tener una verdadera relación con otro o contigo mismo. Si esta relación sirve a un propósito real y satisface una necesidad real, entonces su expresión será real y su valor será confirmado. Tal es la verdad en cualquier tipo de relaciones.