Honestidad (Sabiduría 2)


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 5 de abril de 1992
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: Honesty

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.



Wisdom from the Greater Community, volume 2
Volumen 5 > Sabiduría de la Comunidad Mayor Volumen 2 > Capítulo 9

Nos gustaría darte una nueva comprensión de lo que la honestidad puede hacer por ti y lo que significa la honestidad en tus relaciones con otros y en tu relación con la vida en general. Cuando las personas piensan en la honestidad, a menudo piensan que es decir la verdad sobre lo que uno conoce, tiene o hace. Esta es una definición útil, pero como todas las definiciones útiles acaba usándose indebidamente y debe darse una nueva definición, aunque la anterior siga siendo útil.

Como estamos dando una visión mucho más amplia de lo que significa la honestidad, digamos para nuestros propósitos aquí que la honestidad es saber lo que estás haciendo y hacer lo que sabes —o si se quiere, a la inversa: hacer lo que sabes y saber lo que estás haciendo—. Esta es una definición muy útil pero, como es nueva, requiere un poco de investigación, y como todas las verdades, requiere mucha consideración y contemplación para poder penetrar en su verdadero significado y su posible aplicación.

Las personas no piensan en la honestidad cuando examinan lo que saben dentro de sí mismas y el valor de lo que hacen. A menos que se infrinja la ley o se mienta descaradamente a otros, la honestidad deja de ser algo que las personas consideren en profundidad; a menos que por supuesto alguien no diga la verdad. Entonces la cuestión de la honestidad se plantea con gran énfasis.

Así que, en tu propia vida, piensa sobre el significado de la honestidad en lo que te dices a ti mismo y no solo en lo que dices a otros. Empecemos por aquí. Miéntete a ti mismo y mentirás a otros. Altera la verdad para ti y la representación de la verdad para ti también se verá alterada. Basa tus actividades o planes en algo falso y el resultado te decepcionará. Es aquí donde la honestidad debe considerarse de nuevo y debe recibir una mayor aplicación.

¿Qué te dices a ti mismo? Este es un buen punto de partida. Si te dices que lo que quieres es lo que es verdadero, entonces lo creerás y también intentarás convencer a otros. Cuando no puedas hacerlo, te sentirás decepcionado o bien entrarás en la confusión. Estás conversando todo el tiempo contigo mismo. Te dices y te explicas cosas a ti mismo, analizas, llegas a conclusiones, cambias tus conclusiones y fortaleces lo que ya conoces.

Como ves, tu mente personal —en oposición al Conocimiento o tu Mente Espiritual— es como un gran árbol que está creciendo. Se levanta sobre el pasado. Como en un gran árbol, las hojas nuevas brotan en lo más alto, sobre todo si estás creciendo en un gran bosque. La parte del árbol que la mayoría de las personas ve no es la parte que está ahora creciendo. Ellas deben ir hasta lo más alto para encontrar los brotes jóvenes más frescos que están creciendo.

Con la mente personal sucede algo parecido. Esta se levanta sobre la gran estructura del pasado, la cual conforma la mente personal, y en la parte más alta se están desarrollando cosas nuevas y creando nuevas experiencias, ideas y demás. Pero la mayor parte se basa en el pasado.

Lo que sucede cuando eres realmente honesto es que te involucras en el presente, con un estado de mente presente. Esto es marcadamente diferente del estado de mente habitual, que busca integrar todas las nuevas experiencias, ideas y demás de acuerdo a la sabiduría pasada o, dicho en otras palabras, para continuar construyendo el pasado. Siempre estás construyendo el pasado, a menos que decidas desarrollar la capacidad de involucrarte con el presente en un estado de mente presente. Un estado de mente presente implica que estás abierto a algo y que estás reteniendo tus anteriores interpretaciones para poder comprender algo con mayor claridad.

El verdadero estado profundo de mente presente es la experiencia directa del Conocimiento, en la que tienes un reconocimiento y una visión de algo que está ocurriendo ahora. Es entonces cuando el Conocimiento puede permitirte trascender los límites del presente, reinterpretar el pasado y pronosticar el futuro. Tal es el poder del Conocimiento, tu Mente Espiritual.

La honestidad, entonces, es una experiencia en el tiempo presente. Si no estás involucrado en esto, entonces simplemente estás reconstruyendo el pasado o añadiendo al pasado. Agregarás las cosas que te son familiares, y si llega a ti algo desconocido, lo convertirás en algo familiar o bien lo pondrás en la categoría de lo desconocido o lo no deseado.

Tener un estado de mente presente requiere preparación, práctica, atención y deseo de la verdad. Considera esto: Cuando eres realmente honesto con otra persona, es posible que cambie la naturaleza de las cosas, tanto en esa relación como en tus actividades en general. La honestidad trae cambios. La falta de honestidad fortalece el pasado.

Si no está guiada adecuadamente, la mente personal es deshonesta por naturaleza. Seguirá construyendo el pasado, integrando todas las nuevas experiencias, ideas y conceptos de acuerdo a sus ideas del pasado con el fin de fortalecer su sentido de identidad. Por tanto, es intrínsecamente deshonesta. No necesariamente es deshonesta de manera intencionada, pero es intrínsecamente deshonesta. Puede llegar a ser honesta si es guiada por un Poder Mayor dentro de ti, que es tu Conocimiento.

Por tanto, ser verdaderamente honesto y tener un estado de mente presente requiere que te involucres con un Poder Mayor dentro de ti. ¿Te parece esto algo extremo para lograr una experiencia de honestidad? En realidad es fundamental, como ves, pues hasta que esto suceda las personas solo serán honestas para obtener una ventaja, lo cual mantendrá su falta de honestidad. “Diré la verdad si me ayuda. Pero si no me ayuda, no la diré”.

Así piensan las personas hasta que superan su mecanismo de pensamiento y lo guían de una manera nueva. La honestidad, entonces, se ve como una buena cosa siempre y cuando sea conveniente. Cuando deja de ser conveniente, entonces se eligen otros caminos. Tal vez la verdad es alterada o parcialmente retenida. Tal vez se alteran los hechos. Tal vez la verdad se viste un poco, para que se vea de manera algo diferente de lo que realmente es.

Las nuevas experiencias, las nuevas ideas y las nuevas personas traen cambios. Y aquí la honestidad se ve comprometida una y otra vez, incluso si la honestidad se valora y se aprecia. Muchas personas se consideran a sí mismas como muy honestas y francas, pero solo lo son dentro de un determinado rango de experiencias. Más allá de este rango, a menos que sean guiadas por un Poder Mayor y tengan un incentivo por la verdad, ellas se vuelven cada vez más deshonestas. La mayor deshonestidad es actuar para el beneficio y la gratificación de uno mismo. Entonces la verdad es usada para otros fines en lugar de ser valorada por sí misma.

La verdad puede confirmar una experiencia o una idea del pasado, o puede requerir un cambio de tu parte. La honestidad y la verdad van de la mano. La verdad debe ser una virtud mayor, algo mayor que el valor de tu propia comodidad y seguridad, porque, de hecho, la verdad te llevará más allá de esta comodidad y seguridad no para negarla o destruirla, sino para darte una mayor base para el Conocimiento.

Por tanto, para ser realmente honesto debes involucrarte con un poder mayor dentro de ti. Debes ser capaz de tener conscientemente un estado de mente presente, una mente abierta. Debes ser capaz de negar conscientemente o de retener el juicio hasta que adquieres una mayor certeza a través de nuevas experiencias. Debes estar abierto al cambio; no el tipo de cambio que te lleva en la dirección que prefieres ir, sino el que tu vida necesita independientemente de tus preferencias.

Al examinar a otras personas, tienes que considerar que hay un rango posible de honestidad. Los límites a su honestidad están determinados por la conciencia, la comprensión y su desarrollo general. La falta de conciencia limita la honestidad, porque sin el Conocimiento tiendes a ser deshonesto para protegerte a ti mismo. La preparación es necesaria, porque te involucra con un Poder Mayor y desarrolla tu comprensión, de manera que puedas utilizar tu mente y tu cuerpo de forma responsable.

Por eso, a medida que la conciencia se expande y crece la preparación, también crecerá el rango de honestidad de la persona. Esto significa que uno es capaz de ser consciente de más cosas y es capaz de tener un estado de mente más presente en todas las situaciones.

Esta cuestión de la honestidad parecería ser irremediablemente compleja y difícil si no fuera por la presencia del Conocimiento dentro de ti, porque el Conocimiento es siempre honesto no importa lo que enfrente. El Conocimiento no teme a nada. No hay nada en el mundo que pueda dañarlo.

Por eso, cuanto más te alíes con el Conocimiento más audaz te volverás, más seguro estarás, mayor sentido de ti mismo y de identidad tendrás, y mayor sentido de orientación y relación poseerás. Esto te da una base sobre la que ampliar tu rango de honestidad y recibir sus recompensas de formas nuevas e inesperadas.

Ahora bien, algunas personas piensan: “Bueno, yo digo lo que pienso. ¡Eso es honestidad!”. Yo digo que no, que eso no es honestidad. Incluso si decir lo que piensas es una forma de confesión, todavía no es honestidad. Tiene potencial para la honestidad, pero decir lo que piensas puede ser destructivo e hiriente para otros, y de hecho puede comprometerte y ponerte en peligro. Por eso, no te aferres a esa definición, ya que está lejos de ser completa.

Aquí debemos tener una nueva comprensión: Quiere lo que sabes. Sabe lo que quieres. La honestidad no requiere que digas todo lo que sientes, Solo requiere que no alteres ni niegues los hechos en cuestión, ni que alteres o niegues tu verdadera experiencia de las cosas. A menudo, te pedirá que retengas tus conclusiones y contengas tu discurso hasta que puedas adquirir una mayor comprensión.

Por tanto, decir lo que piensas, lo cual por lo general es una forma de reacción, apenas representa honestidad. La mayor honestidad es ser consciente de lo que realmente sabes y seguir lo que sabes, de forma que puedas aplicarlo en todas partes. Por tanto, las personas realmente honestas son realmente muy raras en el mundo, e incluso ellas están limitadas por su conciencia y su preparación.

Muchas personas son libres en sus ideas, pero esto realmente no dice nada sobre ellas. Muchas personas expresarán sus opiniones con gran convicción a cualquiera que les escuche, pero si es algo de carácter personal darán una historia muy diferente.

La honestidad está realmente dentro de ti, pero se adquiere primero por la conciencia. Si eres consciente de tus verdaderos sentimientos hacia algo, si eres consciente de lo que debe hacerse, entonces puedes planificar tus acciones de tal manera que tendrás el mayor beneficio con el menor daño posible.

En raras ocasiones, el Conocimiento prevalecerá sobre eso y serás movido a hacer algo muy inesperado y muy contundente. Pero esto es bastante excepcional. El Conocimiento está silencioso la mayor parte del tiempo. Cuando aprendas a seguir el Conocimiento, te volverás silencioso la mayor parte del tiempo.

La honestidad no es algo que impongas al mundo. Es algo que experimentas dentro de ti. Por eso, las personas realmente honestas no siempre hablan, pero cuando hablan dicen la verdad. En otras palabras, no hablarán de mucho de lo que saben que es verdad, porque no es útil hacerlo. Aquí deben desarrollarse la discreción y el discernimiento, dos grandes avances en el Camino del Conocimiento. Entonces tus palabras tendrán mayor impacto y portarán una mayor conciencia.

En cada etapa del desarrollo de una persona existe una experiencia particular de lo que es la honestidad. En consecuencia, a medida que las personas progresan, su experiencia de la honestidad cambia una y otra vez de acuerdo con su progreso. Por tanto, una persona puede decir: “La honestidad es decir lo que piensas”. Otra persona podría decir: “La honestidad es ser consciente de tus sentimientos”. Otra persona podría decir: “La honestidad es no decir mentiras o falsedades”.

Estas definiciones son todas correctas pero incompletas, porque debemos regresar al principio, que es lo que te dices a ti mismo. Si te mientes y luego dices esas mentiras a otros, puedes pensar que estás siendo muy honesto contigo mismo, que estás diciendo lo que piensas, que estás compartiendo tus convicciones. Quizá pienses que no hay nada malo en eso.

Por tanto, regresa a lo que te dices a ti mismo. ¿Qué te dices sobre la última nueva experiencia que tuviste? ¿Qué te dices sobre la persona que acabas de conocer? ¿Qué te dices a ti mismo mientras lees este libro? ¿Qué te dices a ti mismo? Si juzgas este libro de inmediato, estás reforzando el pasado. Si dices: “Bueno, me gusta lo que se dice aquí. Es maravilloso. He leído esto en otra parte. Creo que es bastante bueno”, estás reforzando el pasado. Por otro lado, si dices, “No me gusta esta información. No la entiendo. No es lógica ni razonable. No encaja con mi experiencia”, estás reforzando el pasado.

Para aprender algo nuevo, debes tener una mente abierta. Una mente abierta significa que no estás intentando confirmar lo que ya sabes. Te abres a la nueva información. Aquí te guía tu sentido más profundo, el cual puede anular tus prejuicios, tus miedos y tus inseguridades. Entonces estás en contacto con algo grande en tu vida. Por eso, la honestidad comienza con lo que te dices a ti mismo.

El Conocimiento está ahí para ti. La mayor parte del tiempo será silencioso, pero si escuchas te dará sabios consejos. Para aprender del Conocimiento debes estar en silencio gran parte del tiempo, y luego aprender a detectar y aplicar lo que se te dice o lo que sientes que es el resultado de lo que se te dice. Este es el comienzo de la honestidad.

Esta es la razón por la cual el Camino del Conocimiento es esencial. De lo contrario, las personas siempre refuerzan el pasado y protegen sus mentes personales contra el presente. Esto determina su comportamiento y sus acciones, y como resultado produce confusión, decepción y miseria.

La honestidad en un sentido real es verdaderamente beneficiosa y reveladora, pero lleva consigo una gran responsabilidad. Lleva consigo la responsabilidad de abrirte a la vida, de seguir el Conocimiento dentro de ti y de tomar conciencia de cómo estás reforzando constantemente el pasado con tus reacciones a las cosas, con las ideas que mantienes y con tus prejuicios y preferencias. La vida te da constantemente la oportunidad de superar todo eso. Tienes ahora estas oportunidades.

Sigue lo que sabes y aprenderás a ser abierto. Sigue lo que sabes y aprenderás cómo pensar de manera constructiva. Sigue lo que sabes y serás capaz de entrar en nuevos territorios en la vida y de experimentar la vida de una manera nueva. Esto, entonces, te prepara para la honestidad, la cual es la experiencia de reconocer quién eres.

En el contexto de una relación, hay momentos en los que dices algo o alguien dice algo que es una notable verdad, y respondes a esto como si viniera inesperadamente de la nada. Fue una revelación. Qué diferente es este tipo de experiencia de los tipos habituales de verdades que las personas intentan transmitir.

Esto es moverse en la dirección sobre la que estoy hablando. Es un tipo diferente de honestidad. No puedes simplemente tenerla. Debes trabajar por ella. Debes cultivarla. Debes valorarla. Y tendrás que aplicarla. Esto implica tomar conciencia de cómo la mal usas, la olvidas o la alteras para conseguir alguna ventaja personal. Esto requiere que aprendas a escuchar lo que te dices a ti mismo, en lugar de responder a tus ideas y sentimientos como si fueras un sirviente irreflexivo.

Conforme te involucres con el Conocimiento, este te dará la oportunidad de hacer todo esto. Permite que mis palabras penetren y, a lo largo del tiempo, observa lo que surge como consecuencia. Si afirmas de inmediato que te gustan estas ideas o que no te gustan o haces cualquier otra evaluación, no estás siendo honesto contigo mismo. Seguir un viejo patrón de pensamiento y de comportamiento no es honestidad, sino una forma de servidumbre.

El Conocimiento está contigo. Busca el Conocimiento. Aprende a identificar el Conocimiento. Aprende a dar al Conocimiento el lugar más importante en tu vida. Aprende a ver cuáles son tus responsabilidades y reclámalas para ti. Esto requiere tiempo, preparación y relaciones de apoyo. Requiere un programa de desarrollo que no has inventado por ti mismo. Esto creará un nuevo tipo de conversación en tu interior y también generará un nuevo tipo de respuesta.

Estoy siendo honesto con mis palabras debido a mi intención. Mi intención es más poderosa que mis palabras. Tal vez podrías pensar que sería mejor si la presentación fuera más elocuente o racional. Yo digo: “No seas deshonesto contigo mismo”. Mis palabras son adecuadas para transmitir mi mensaje, para aquellos que pueden oír y para aquellos que desean algo más grande.

Es muy importante aquí que no condenes a otros por su falta de honestidad. Ser deshonesto es parte de la condición humana. Esto no quiere decir que sea tu verdadera naturaleza; simplemente es parte de la condición de ser un ser humano. Es parte de la condición de ser inteligente en el mundo físico, donde eres consciente de tus propias motivaciones y de tu vulnerabilidad.

Ser inteligente en la vida física requiere un emerger espiritual. De lo contrario, la criatura más inteligente será la más miserable y la más autodestructiva. Sin duda, esto se manifiesta en las relaciones humanas. La inteligencia requiere sabiduría. De lo contrario, es peligrosa y destructiva y se volverá contra sí misma. Expandir la inteligencia requiere un motivo espiritual, donde la espiritualidad sea vista como tu mayor identidad. Si vas a tener más poder, necesitas una mayor orientación. Necesitarás mayores definiciones, nuevos modelos, y nuevas formas de desarrollarte y recibir el Conocimiento.

No condenes la deshonestidad. Deshonestidad es lo que puedes esperar a menos que la persona haya hecho un esfuerzo real para contrarrestarla. Gran parte de lo que escuchas, sea agradable o desagradable, es intrínsecamente deshonesto. Nosotros no vemos esto con condena; lo vemos con compasión. Es algo que esperamos. En otras palabras, las personas mentirán hasta que se topen con algún tipo de verdad; o bien hasta que, por pura devoción y deseo, se liberen de los viejos patrones que crearon en el pasado. Es entonces cuando el gran árbol extiende sus semillas y crece algo nuevo que tiene su propio ser en el mundo. Tiene nueva vida.

Ahora bien, cuando digo que la honestidad es estar en un estado de mente presente, no pienses que no debes conocer el pasado. Lo que estoy diciendo es que no permitas que tu pasado determine cómo responderás y qué concluirás como resultado.

Se muy compasivo. Si vas a ser más sabio y más consciente, la compasión es esencial. Serás mucho más consciente como hombre o mujer del Conocimiento. Pero esto puede llevar a una mayor condena a no ser que la conciencia sea atemperada por una mayor comprensión.

Cuando hablo de la Comunidad Mayor y ofrezco esta mayor percepción y perspectiva y proporciono información sobre la Comunidad Mayor, estate atento a lo que te dices a ti mismo. Suspende el juicio. No reacciones. Esto es una disciplina. La nueva información requiere un estado de mente presente. La nueva información requiere esto, y también requiere evaluar todo lo que ha ocurrido en el pasado.

Si quieres tener una gran comprensión de tus actividades pasadas, involúcrate con ellas en un estado de mente presente. Renuncia a la necesidad de sacar conclusiones. No fortifiques tu mente personal creando más y más ladrillos de juicio sobre los cuales apoyarte. El águila que alza el vuelo siempre se eleva más alto que aquel que construye una torre para mirar. Cuanto más alta es la torre, más se convierte en una prisión para ti, una prisión de la que no puedes escapar. Mejor desarrollar alas que construir torres hacia el cielo.

La honestidad es algo que puedes practicar todos los días y en toda situación. Aquí hay dos preguntas que debes hacerte cuando enfrentes las nuevas experiencias que, con independencia de tu estado de ánimo, tendrás continuamente: “¿Qué sé sobre esto?”. Y “¿Qué debo hacer?”. Si haces estas preguntas, debes estar dispuesto a no tener respuestas. Recuerda que el Conocimiento permanece en silencio la mayor parte del tiempo. Es silencioso y observador. Por tanto, para aprender del Conocimiento también tú debes volverte silencioso y observador.

Piensa en ello así: Imagínate por un momento que el Conocimiento es una persona santa y muy sabia; iluminada, si te gusta esa idea. Esta persona está a tu disposición, por lo que vas a él o ella con todas tus preguntas y le dices: “Profesor —o Maestro, o Santo—, dime que debo hacer aquí. Dime dónde debo ir. Dime si debo tomar esta decisión. Explícame lo que me pasó ayer. ¿Cuál es el significado de mi sueño? ¿Seré amado en el futuro? ¿Tendré dinero? ¿Tendré éxito?”.

Sin embargo, cuando vas a tu maestro, encuentras que en la mayoría de los casos el maestro está en silencio. En un primer momento, esto te deja muy decepcionado. Tal vez estás irritado por este silencio. Puede que digas: “Fue una pregunta honesta. Tengo derecho a preguntar eso. Es una pregunta sincera, pero lo único que consigo es el silencio”. Bueno, si vuelves una y otra vez y sigues volviendo, incluso si lo único que consigues es el silencio, después de un tiempo comenzarás a pensar que tal vez deberías contemplar lo que estás preguntando y considerar si realmente estás preparado para tener una respuesta. Al considerar esta posibilidad, tendrás que preguntarte si estás dispuesto a cambiar y cuán flexible eres. ¿Quieres más respuestas solo para darle a tu mente combustible con el que pensar sus viejos pensamientos?

El silencio es una respuesta apropiada para la mayoría de las preguntas que hacen las personas, porque la mayoría de esas preguntas no tienen sentido. Cuando alguien hace una pregunta con una verdadera motivación, un verdadero deseo por la verdad y una voluntad de cambiar, es cuando una respuesta tiene verdadero mérito e impacto.

Por eso, si sigues retornando a tu persona santa y sabia, un día él o ella te dirá: “Escucha, intenta esto”, o “Piensa en esto”, o “Deja de hacer eso”, y te sorprendes porque, finalmente y después de todo ese tiempo, tienes una respuesta. Después de cientos de preguntas y de todo tipo de decepciones y reacciones, finalmente conseguiste una respuesta. Pero no sabes qué hacer con la respuesta, por lo cual vuelves y dices: “Bueno, ¿qué debería hacer? ¿Qué debo hacer?”. Silencio.

La respuesta es un problema a resolver. Tú debes resolverlo. Podrían ser una serie de problemas que debes aprender a resolver. Aprender a resolverlos te desarrolla como persona, madura tu mente y te da una mayor comprensión. Una respuesta sabia es siempre un proceso de desarrollo. Por eso debe ser poco frecuente. A menudo, las personas no están comprometidas con ningún tipo de desarrollo. Simplemente quieren nuevas ideas para mantener sus mentes en marcha y conservar su fascinación.

El Conocimiento dentro de ti es como esta persona santa y sabia. Por eso, vas con preguntas y no consigues nada, y estás disgustado y decepcionado. Dudas de ti mismo y dudas del Conocimiento, y te dices: “Bueno, de todas formas quizá esto es solo un autoengaño. Haré lo que quiera. Tal vez leeré un libro nuevo, obtendré nuevas ideas y haré aquello”. Pero si sigues regresando una y otra vez y no aceptas ninguna de las ideas que tu mente te ofrece haciéndose pasar por el Conocimiento, entonces desarrollarás conciencia y discernimiento, y finalmente incluso verás la necesidad y el mérito de la discreción.

Por tanto, la verdadera honestidad trae consigo la capacidad de esperar, la capacidad de evaluarte a ti mismo de manera constructiva, la capacidad de discernir, la capacidad de no hablar cuando no sea apropiado, la capacidad de hablar cuando sea apropiado, la capacidad de seguir un Poder Mayor dentro de ti, la capacidad de permanecer con lo que sabes, y la capacidad de evitar o alejarte de aquello que es dañino o falso.

Así que, en el camino hacia la honestidad, considera cuál es ahora tu rango de honestidad. ¿En qué circunstancias dirías la verdad? ¿En qué circunstancias te comprometerías con algún tipo de acción, sintiendo que es lo correcto, sin saber las consecuencias o lo que requerirá de ti, y sin saber siquiera si en última instancia será lo correcto? ¿En qué circunstancias no hablarías incluso si estuvieras seguro de algo? Estas son preguntas muy importantes a considerar.

No digas que requieres honestidad por parte de otras personas como si fuera un derecho, tu derecho a la honestidad. De hecho, la honestidad es un privilegio, algo raro y maravilloso en el mundo. Cuando se está diciendo una mayor verdad sin inversión personal ni buscar ventajas personales, eso es una cosa rara. Recibir honestidad no es tu derecho. No demandes honestidad de alguien si esa persona no puede entregarla en esa situación particular.

Recuerda, todos aquí tienen límites. Tú tienes límites. ¿Cuáles son tus límites? Conócelos y serás capaz de ver a los demás con mayor compasión. Reconoce qué grande y difícil asunto es conseguir la verdadera honestidad, y entonces no la exigirás de los demás.

¿Cómo se logra la honestidad? La logras recuperando el Conocimiento y desarrollando una verdadera sabiduría —algo fácil de decir, pero difícil de hacer—. El camino más directo es el ascenso empinado. El camino más rápido hacia la cima de la montaña es la subida directa. Por tanto, toma tu camino zigzagueante hacia la verdad. Paciencia, desarrollo, silencio y discernimiento: aprende a asimilarlos despacio y cuidadosamente. Ten una mente presente.